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Nuevos intentos y pocos avances en materia de anticorrupción en México
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Nuevos intentos y pocos avances en materia de anticorrupción en México
A poco menos de un mes de las votaciones para decidir por el futuro del país, aún existen muchas dudas sobre lo que el candidato y las candidatas proponen en materia anticorrupción, un tema que sigue siendo uno de los principales desafíos en la agenda política de México.
26 de abril, 2024
Por: Macu Torres y Fernanda Galicia / Mexiro A. C.

A lo largo de nuestra historia, el país ha enfrentado profundas raíces de corrupción que han permeado todas las esferas de la sociedad y han erosionado la confianza de la población civil en las instituciones gubernamentales. Ante este panorama, las candidatas y el candidato a la presidencia para las elecciones de 2024 han presentado diversas propuestas y estrategias para abordar esta problemática.

En este contexto, es crucial realizar un análisis exhaustivo de las propuestas para evaluar su viabilidad, efectividad potencial y coherencia con los principios de transparencia, rendición de cuentas y respeto por los derechos humanos. Aunque ya conocemos sus intenciones en cuanto a corrupción se trata gracias al primer debate presidencial, nos dimos la tarea de investigar los planes de gobierno de Xóchitl Gálvez, Claudia Sheinbaum y Jorge Álvarez Máynez. Aquí les va nuestro análisis.

A través de un examen detallado de las propuestas presentadas, es posible identificar tanto fortalezas como debilidades, así como realizar comparaciones que arrojen luz sobre las diferentes visiones y enfoques para abordar esta problemática crucial.

Xóchitl Gálvez presenta un enfoque centrado en la transparencia y la protección de denunciantes, dos aspectos fundamentales para reducir la corrupción. La implementación de una Política General de Transparencia y Datos Abiertos es un paso positivo hacia un gobierno más accesible. Sin embargo, es necesario garantizar que esta política no sea solo un ejercicio superficial, sino que realmente permita un acceso significativo a la información y una supervisión efectiva de las actividades gubernamentales.

La propuesta de establecer un Programa de Protección de Denunciantes y Testigos de Actos de Corrupción es igualmente crucial, ya que puede fomentar una cultura de denuncia y disminuir el miedo a represalias. No obstante, se requiere una infraestructura sólida y salvaguardias legales para proteger la identidad y seguridad de las personas denunciantes, así como una visión colectiva que pueda salvaguardar, por ejemplo, pueblos o barrios que son violentados sus derechos por los delitos de corrupción.

Aunque Gálvez menciona medidas para fortalecer la fiscalización de recursos y regulaciones sobre compras gubernamentales, es imperativo que estas medidas estén respaldadas por mecanismos de supervisión y rendición de cuentas eficaces para evitar posibles abusos.

Otro de los temas importantes que ha mencionado la candidata es que fortalecerá al Sistema Nacional Anticorrupción. Sin embargo, la falta de detalles sobre cómo garantizará su autonomía y recursos plantea preocupaciones sobre la viabilidad y la efectividad a largo plazo de estas propuestas.

La propuesta de Claudia Sheinbaum es el llamado “plan en materia de gobierno honesto y combate a la corrupción” el cual consiste en ocho puntos: 1) Enfoque de Derechos, 2) Acuerdo nacional para un buen gobierno, 3) Agencia Federal Anticorrupción, 4) Rediseñar la Secretaría de Función Pública, 5) Modelo Nacional para investigar delitos de corrupción, 6) Enfrentar la corrupción en la cadena de seguridad-justicia, 7) Mejores contrataciones públicas y transparentes, 8) Criterios generales de la estrategia anticorrupción.

Aunque hay tela para cortar en cada uno de los ocho puntos del programa de Sheinbaum, uno de los elementos que más ha llamado la atención es la Agencia Federal Anticorrupción, la cual se presenta como una institución altamente especializada y operativa, directamente dependiente del Poder Ejecutivo. En esta propuesta se destacan tres puntos principales: especialización y capacidades de investigación, selección y profesionalización del personal, y por último, supervisión de proveedores y contratistas.

Algunos críticos sugieren que estas agencias requieren condiciones específicas para ser efectivas, como por ejemplo: autonomía e independencia, recursos adecuados, personal capacitado, tiempo suficiente para resultados concretos, apoyo político, y capacidades internas de coordinación. Sin embargo, la propuesta de Sheinbaum presenta problemas en varios de estos aspectos.

Primero, una agencia anticorrupción adscrita al Poder Ejecutivo no sería autónoma y estaría sujeta a interferencias políticas. Igualmente, la llamada “austeridad republicana” del gobierno actual y la falta de apoyo a instituciones especializadas plantean dudas sobre si la agencia tendría los recursos necesarios. Por otro lado, la falta de crítica de Sheinbaum hacia las prácticas de nepotismo y favoritismo en el gobierno sugiere incertidumbre sobre si la agencia contratará  personal calificado.

Además, la estrecha relación propuesta entre la agencia y la Fiscalía General de la República podría limitar su efectividad, dada la historia de impunidad y falta de rendición de cuentas de esta última. La falta de acción de Sheinbaum en casos de corrupción durante su gestión como jefa de Gobierno de Ciudad de México también genera dudas sobre su compromiso contra la corrupción, no solo en la narrativa oficialista sino en la efectividad de la gestión pública en la materia.

Por su parte, la propuesta de Jorge Álvarez Máynez de consolidar los órganos garantes de la transparencia es una medida positiva para fortalecer las instituciones encargadas de contrarrestar la opacidad. La coordinación mejorada entre estas instituciones podría aumentar la eficacia en la prevención y detección de actos corruptos.

La propuesta de establecer tiempos acotados para la respuesta y resolución de casos relacionados con corrupción es igualmente prometedora, ya que podría agilizar la justicia y fortalecer la confianza en el sistema. Sin embargo, la falta de detalles sobre cómo se implementarán estas medidas y cómo se financiarán plantea incertidumbres sobre su viabilidad práctica.

Asimismo, su propuesta de utilizar intensivamente las tecnologías de información y comunicación electrónica también es loable, pero es crucial garantizar que se utilicen de manera ética y responsable. La participación activa de la sociedad civil y la academia en el diseño e implementación de estas tecnologías es fundamental para evitar sesgos y discriminación.

El candidato de Movimiento Ciudadano también propuso durante el primer debate presidencial de 2024 la iniciativa “3 de 3” como medida para combatir la corrupción en México y garantizar transparencia en las licitaciones gubernamentales. Esta iniciativa, tiene como objetivo principal fomentar la honestidad y la integridad en el gobierno, reduciendo así los riesgos de corrupción, al incluir la presentación pública y periódica de declaraciones fiscales, patrimoniales y de intereses por parte de todos los funcionarios públicos del país.

Esto permitiría detallar los gastos e inversiones del Gobierno, identificar posibles irregularidades en los ingresos y gastos de los funcionarios, y prevenir el nepotismo y la corrupción a través de la revelación de conexiones de redes políticas o personales.

Aunque la iniciativa “3 de 3” y su reforma constitucional son pasos positivos hacia la transparencia y la reducción de la  corrupción, aún existen desafíos pendientes. Por ejemplo, se necesitan mecanismos efectivos de supervisión y sanción para garantizar el cumplimiento de estas normativas. Además, es crucial abordar otros aspectos de la corrupción, como la impunidad y la falta de independencia judicial, para lograr un verdadero cambio en la cultura política y administrativa del país.

En términos de comparación, las propuestas de Gálvez y Álvarez parecen centrarse más en medidas concretas para fortalecer las instituciones anticorrupción y mejorar la transparencia, aunque estas propuestas siguen encasilladas bajo los mismos paradigmas ya conocidos para abordar la corrupción, lo cual, además de poco innovador, son modelos burocráticos que bien sabemos no han funcionado. La propuesta de Sheinbaum, en cambio, plantea la creación de una nueva institución que genera preocupaciones sobre la concentración de poder. Históricamente, en México, la concentración de poder ha estado relacionada con prácticas autoritarias y la erosión de las libertades civiles. Adicionalmente, sin una coordinación adecuada y una delimitación clara de responsabilidades, existe el riesgo de duplicación de funciones y conflictos de competencia, lo que podría obstaculizar los esfuerzos para hacer frente a la corrupción de manera efectiva.

Otro aspecto fundamental en materia anticorrupción es el papel de las Fuerzas Armadas (FFAA) en el país, es importante exigir a las candidatas y el candidato a la presidencia sus propuestas en esta materia por la relación que existe entre militarización y corrupción.

Recordemos que el Estado mexicano ha realizado cambios normativos, los cuales se han llevado a cabo sin incluir la participación ciudadana, ha tenido como resultado un protagonismo en la agenda pública de las FFAA en diversos aspectos de la vida pública, lo cual agrava el derecho de acceso a la información y la protección de datos personales.

Lo que conocemos con base en evidencia, es que las FFAA han centralizado recursos públicos a partir de modificaciones presupuestarias, transferencia de funciones, adjudicaciones directas y fideicomisos públicos, llegando a tener 227 funciones civiles que se han transferido a las FFAA desde 2009, de las cuales 148 no tienen que ver con garantizar la seguridad pública (MUCD, 2023).

Los recursos económicos en manos de las FFAA en actividades civiles cuenta con los siguientes retos en materia anticorrupción:

i) Falta de claridad y precisión en el marco legal mexicano.

ii) Obstáculos para el acceso a la información en materia de violaciones a derechos humanos.

iii) Obstáculo en el acceso a la información sobre mecanismos de vigilancia por parte del ejército a personas defensoras de derechos humanos y periodistas.

iv) Obstáculo de información en el presupuesto y gasto de las FFAA.

Sin duda, en sociedad civil nos encantaría que las candidatas y el candidato a la presidencia pudieran dar a conocer cómo se reduciría la opacidad y la corrupción de las FFAA en un contexto de profundización de la militarización, ¿cuáles son sus propuestas para cambiar esta tendencia?

En última instancia, hacer frente a la corrupción en México requerirá que las organizaciones civiles tomen el control sobre la narrativa de la corrupción. Es imperativo que la corrupción deje de entenderse como un mero ejercicio burocrático y se pueda abordar como lo que es: una violación de los derechos humanos.

* Macu Torres es activista afro-diverso y creadore de contenidos de Mexiro A. C. Fer Galicia (@mafernn) es directora de Mexiro A. C. (@yomexiro).

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Quién es José Raúl Mulino, presidente de Panamá y cómo ganó con el apoyo de un exmandatario condenado por lavado de dinero
7 minutos de lectura
Quién es José Raúl Mulino, presidente de Panamá y cómo ganó con el apoyo de un exmandatario condenado por lavado de dinero

El delfín de Ricardo Martinelli, quien está asilado en la embajada de Nicaragua, se impuso en unas elecciones de una sola vuelta con alrededor de un tercio de los votos.

06 de mayo, 2024
Por: BBC News Mundo
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La elección de José Raúl Mulino como presidente de Panamá este domingo puede resultar paradójica vista desde ciertos ángulos.

Mulino ganó los comicios de una sola vuelta con 34% de los votos, según resultados parciales, y al recibir la noticia de su triunfo por parte del Tribunal Electoral se comprometió a formar “un gobierno de unidad nacional lo antes posible”.

“Implica un enorme peso sobre mis hombros, que recibo complacido”, dijo.

Mulino es delfín político del expresidente Ricardo Martinelli, quien quedó fuera de la competencia electoral por estar condenado por lavado de dinero, y esto quizás sea llamativo en un país donde la corrupción figura en encuestas como el tema que más preocupa a la gente.

El ahora presidente electo indicó incluso en campaña que piensa “ayudar” al magnate Martinelli, refugiado en la embajada de Nicaragua, a evitar que cumpla su pena de 10 años de cárcel, porque sostiene -como él- que fue resultado de una persecución política injusta.

También podría sorprender que en un país como Panamá, donde estallaron protestas masivas en años recientes, haya triunfado un exministro de Seguridad Pública criticado por una represión policial de manifestantes en el pasado.

Sin embargo, los analistas señalan distintos factores que explican este éxito electoral.

Para entenderlos, hay que comenzar por conocer quién es el próximo presidente panameño, alguien a quien pocos veían como tal hasta hace unos meses.

José Raúl Mulino habla durante un acto político
AFP
Mulino ha prometido volver a la bonanza económica del gobierno de Martinelli, su padrino político, pero los analistas advierten que las condiciones cambiaron.

“Leal al expresidente”

Abogado de 64 años, Mulino alcanza la cima del poder en su país tras una larga trayectoria política, algo que quizá también luzca contradictorio con el descontento popular expresado por los panameños hacia su clase dirigente.

Es hijo de un exgobernador de la provincia de Chiriquí, en la región occidental de Panamá y limítrofe con Costa Rica.

Su madre solía pedirle que riera para cambiar el talante adusto por el que algunos le apodaron “Stalin”, según el diario panameño La Prensa.

Mulino saluda a seguidores con su esposa Maricel Cohen
AFP
Mulino, casado desde 1985 con Maricel Cohen, tiene cuatro hijos.

Sin embargo, en el plano ideológico Mulino está lejos del extinto líder comunista soviético: se define de centroderecha en un país donde la izquierda política es irrelevante.

Casado y con cuatro hijos, Mulino posee una licenciatura universitaria en derecho y ciencias políticas, una maestría en derecho marítimo en Estados Unidos y ha trabajado en el sector privado como socio de un bufete de abogados en Panamá.

Incursionó en política participando en la “cruzada civilista”, un movimiento que reunió a distintos sectores de la sociedad panameña contra el régimen militar que hubo en el país entre 1968 y 1989.

Luego de la invasión de EE.UU. y la caída del régimen del general Manuel Noriega, Mulino fue vicecanciller y canciller del gobierno de Guillermo Endara (1989-1994).

Años después ganó más notoriedad y protagonizó polémicas como ministro del gobierno de Martinelli (2009-2014), primero de Justicia y luego de Seguridad Pública.

Desde este cargo impulsó políticas de “mano dura”, ya fuera con retenes policiales en las calles o con la represión de protestas contra una ley que resultó en dos muertes y decenas de heridos en la provincia de Bocas del Toro en 2010, hechos por los que el Estado tuvo que resarcir a las víctimas con pensiones vitalicias.

Mulino
AFP
Mulino protagonizó distintas polémicas como ministro de Seguridad Pública.

Tras salir del ministerio, Mulino pasó seis meses preso de forma preventiva por presunto peculado en un contrato millonario del gobierno para adquirir radares de una firma italiana.

Pero el caso terminó anulado y Mulino, que llegó a definirse como “preso político”, siempre reivindicó su proceder.

Fue precandidato presidencial para las elecciones de 2019 por el partido Cambio Democrático con que Martinelli había llegado al poder, pero resultó derrotado en las primarias por Rómulo Roux, un abogado que volvió a postularse este año.

Mulino se pasó al partido Realizando Metas que fundó Martinelli en 2020 y fue su candidato a vicepresidente para estas elecciones, hasta que el expresidente quedó inhabilitado en marzo por su condena por lavado.

Fue entonces cuando Mulino se convirtió repentinamente en candidato presidencial en una coalición con el partido Alianza.

Mientras Martinelli es “quizás la figura más popular del país”, Mulino “no es conocido por ser una figura carismática o popular, pero sí leal al expresidente”, dice Juan Diego Alvarado, un politólogo e investigador panameño experto en elecciones, en diálogo con BBC Mundo.

Abrazados

El ahora presidente electo de Panamá realizó una campaña corta y efectiva, sin arriesgarse a participar en los debates entre candidatos, apelando al caudal de votos de su padrino político.

“Vamos a ganar y Ricardo Martinelli estará conmigo desde el primer día”, tuiteó Mulino en marzo.

Este domingo, en plena jornada electoral, visitó al expresidente en la embajada de Nicaragua y su campaña divulgó imágenes de ambos abrazados.

Mulino y Martinelli en un acto político
Getty Images
Mulino mostró durante la campaña su cercanía con el expresidente Martinelli.

Los analistas señalan que buena parte de los votantes de Mulino están disconformes con el gobierno actual de Laurentino Cortizo, del Partido Revolucionario Democrático (PRD), y con el sistema político en general.

En un país que durante la pandemia tuvo un severo confinamiento y su primera recesión en años, y donde ahora asoma una desaceleración económica tras la recuperación reciente, esos votantes añoran el crecimiento sostenido próximo a un 8% del PIB anual que hubo en la presidencia de Martinelli.

La base electoral de Martinelli que heredó Mulino para ganar con mayoría simple las presidenciales de una sola vuelta “es una minoría consolidada”, señala Harry Brown Araúz, investigador del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS) en Panamá.

“Esa parte de la población tiene un recuerdo bueno del período presidencial del presidente Martinelli, donde hubo una dinámica económica muy fuerte”, le dice Brown Araúz a BBC Mundo.

Mulino ha prometido volver a aquellos años de bonanza con creación de empleos, mejoras en la seguridad pública y mayor acceso a servicios como agua potable o electricidad, que escasean sobre todo en zonas rurales e indígenas del país.

Partidarios de Martinelli y Mulino con banderas
AFP
Los votantes de Mulino reivindican las mejores económicas y de infraestructura que hubo durante el gobierno de Martinelli.

También propuso ampliar el metro capitalino que fue inaugurado en 2014 por Martinelli, el primero de Centroamérica, construir carreteras y un tren entre Ciudad de Panamá y el interior, así como parar el creciente flujo de migrantes que entra al país por la selva del tapón del Darién rumbo a EE.UU.

El presidente electo ha ofrecido pocos detalles en campaña de cómo piensa lograr todo eso y Alvarado advierte que “las condiciones económicas no están dadas para regresar a ese crecimiento” del gobierno de Martinelli, que respondía en buena medida a factores exógenos.

Recientemente Panamá ha sufrido una sequía que bajó el nivel de agua y el flujo de barcos en el canal marítimo que es un pilar de su economía.

El cierre de una gran mina de cobre tras las masivas protestas del año pasado por su impacto ambiental le costará al país este año cinco puntos del PIB, que pasará de expandirse 7,5% en 2023 a 2,5% en 2024, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Y la deuda pública panameña ha crecido en los últimos años hasta alcanzar US$47 mil millones o la mitad del PIB a fines de 2023.

Alvarado concluye que quienes apoyan a Martinelli y dieron el triunfo a Mulino priorizaron sus logros en el gobierno a los señalamientos de corrupción que les hacían sus adversarios, a veces sin presentar alternativas creíbles.

Manifestante grita durante protesta callejera en Panamá
Getty Images
Panamá se ha visto sacudido por protestas callejeras en años recientes.

Señala además que hay una demanda de “mano dura” de parte de la población contra la criminalidad o para enfocar la migración como un problema de seguridad, lo cual pudo haber beneficiado a Mulino.

Pero para el presidente electo empieza ahora el desafío de gobernar sin mayorías legislativas un país en crisis y que tuvo grandes protestas callejeras recientes, no sólo contra la mina sino también por el costo de vida y su gran desigualdad social.

“En la medida en que las condiciones económicas en Panamá no se den para el crecimiento”, advierte Alvarado, “es probable que las políticas económicas que se tomen sean impopulares y lleven entonces a nuevas movilizaciones”.

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BBC

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