Hay de apodos a apodos, de eso no cabe la menor duda. De lo que tampoco cabe duda es que hay de gremios a gremios, y cuando ponemos en una misma cazuela la ciencia de poner un buen apodo –de esos que se quedan pegados como chicle a una persona para toda la vida– con un grupo de narcos, lo que seguramente saldrá de ahí es un guisado… seguimos buscando la palabra… peculiar… por decir lo menos.
Aquí les dejamos una lista con los mejores apodos… lista que, evidentemente, esperamos que sea objeto de revisión, crítica y –dado el caso– de ampliación de su parte. Todo sea por mantener y valorar el buen arte de poner sobrenombres.
Los mexicanos
Amado Carrillo Fuentes se echó encima el sobrenombre del “Señor de los Cielos” porque, se dice, era el mayor traficante de droga en aviones.
Arturo Beltrán Leyva, era apodado “El Jefe de Jefes”, “El Barbas” o “El Botas Blancas”. Ay nomás.
Edgar Valdez Villareal, jefe de pistoleros de los Beltrán Leyva, lleva el ya conocidísimo apodo de “La Barbie”. El ojo claro y el cabello “güero” fueron demasiada tentación para quienes decidieron llamarlo así.
¿Por qué decirle a alguien Antonio Ezequiel cuando se le puede decir “Tony Tormenta”? Ése es el caso de Antonio Ezequiel Cárdenas Guillen –hermano del extraditado Osiel–, uno de los principales líderes del cártel del Golfo, recientemente muerto durante un operativo de la Marina.
Sergio Villareal Barragán, del cártel de los Beltrán Leyva y detenido en septiembre pasado, nomás mide casi 2 metros, mmm…. ¿cómo le dicen?.. “El Grande”.
Ismael Mario Zambada García, de los principales líderes del cártel de Sinaloa, es apodado “El Mayo”. ¿Será “Mayo” una forma payasa de decir Mario? Sospechamos que sí. Pero, como en otros casos, ¿por qué quedarse con uno cuando se pueden tener tantos sobrenombres como la imaginación nos dé? A Zambada también le dicen “El MZ” y “El Padrino”.
Joaquín Guzmán Loaera, que en enero próximo cumple –ay nomás, como cosa suya– diez años de haberse fugado, sí puede presumir una cosa: él sí es mundialmente famoso por ser –según la revista Forbes– uno de los hombres más poderosos del planeta. Ese es Joaquín “El Chapo” Guzmán. ¿A qué viene lo de “Chapo”? El líder del cártel de Sinaloa mide 1.55 centímetros, y a los chaparritos en algunos lugares del occidente del país les dicen “chapos”, “chapitos”.
Y acá les dejamos algunos apodos de narcos que nos regalan desde Colombia:
Luis Carlos Aguilar Gallego, alias “El Mugre” (escolta de Pablo Escobar). A este individuo también se le llamaba “Carrochocao”. ¿Por qué? Por ser el encargado de poner los coches-bomba en la organización de Escobar. Ah qué lindo muchachito.
John Jairo Velásquez Vásquez, alias “Popeye” (principal sicario de Pablo Escobar). Basta con mirar una foto de John Jairo para saber por qué le dicen “Popeye”. Podría ser su hermano perdido años atrás en la selva colombiana.
Carlos Mario Alzate Urquijo, alias “El Arete” (primo de Pablo Escobar y uno de sus principales lugartenientes).
Elizabeth Montoya de Sarria, “La Monita Retrechera”. Se hizo famosa después de que se reveló una conversación suya con el entonces candidato a la presidencia Ernesto Samper en la que se daban indicios de que el dinero del narcotráfico fluía en la campaña del político. “La Monita” fue asesinada pocos meses después.
Alejandro Arrieta Polanía, “El Boliqueso”, también hombre de Pablo Escobar. ¿Qué qué es “boliqueso”? Simple: Lo que en México conocemos como “quesabritas”. Para aquellos que se quedaron en las mismas va la descripción científica: botana de maíz inflado con sabor a queso y de forma esférica.
Dandenys Muñoz, exsicario de Escobar, no se conformó con llamarse “Dandenys”, cosa que ya hubiera sido lo suficientemente florida, así que adoptó el sobrenombre de “La Quica”.
