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Presa Zapotillo: La lucha<br>de tres pueblos por sobrevivir
Presa Zapotillo: La lucha<br>de tres pueblos por sobrevivir
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Presa Zapotillo: La lucha<br>de tres pueblos por sobrevivir
18 de febrero, 2011
Por: Víctor López
@WikiRamos 

Tres pueblos de los Altos de Jalisco se niegan a morir. Sus habitantes se resisten y se oponen a que se construya la presa El Zapotillo. “No queremos que inunden nuestra historia”, repiten en cada protesta, en cada foro los integrantes de Salvemos Temacapulin, Acasico y Palmarejo, encabezado por el sacerdote Gabriel Espinoza Íñiguez.

Clausura simbólica de la presa "El Zapotillo". FOTO: huizache.org

En Temaca, –como le llaman con cariño a este lugar—se ubica la Basílica de la Virgen de los Remedios, la patrona del pueblo. La iglesia tiene poco más de 200 años de antigüedad. De ella esperan un milagro que los salve del inminente proyecto hidráulico que abastecerá de agua a las regiones de los Altos de Jalisco, así como a las ciudades de León y al área metropolitana de Guadalajara.

Esperan un milagro, pero no se confían. Desde que el gobierno de Jalisco anunció el proyecto hace 5 años, los habitantes han presentado amparos y lanzaron recientemente una campaña internacional en contra de la presa.

María Alcaraz es una de las líderes del movimiento en pro de Temacapulin. Ella fue regidora de Cañadas de Obregón y cada día le reza a su patrona. “Nos tienen sumido en la tristeza e incertidumbre de que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) inunde esta comunidad para construir una presa con una cortina de 105 metros y 911 metros cúbicos de almacenamiento”, relata.

“Ella es muy milagrosa y nos va a ayudar; no va a permitir que el gobierno nos inunde”, dice esta mujer, convencida.

La presa El Zapotillo es uno de esos proyectos millonarios, donde no solo salpicará el agua, sino el generoso flujo de los recursos públicos a favor de particulares: más de 2 mil millones de pesos. La empresa La Peninsular, de los hermanos Hank Rhon, construirá el embalse.

Los habitantes recibieron un respiro para su lucha. El pasado 9 de febrero el Juzgado Segundo de Distrito en materia Administrativa, ordenó que se suspendan las obras del embalse. Se trata de una resolución del amparo 2245/2009 su acumulado 2262/2008, promovido por Luis Villegas Ruiz y Consuelo Carvajal Espinoza, vecinos de Temaca.

El gobierno del Estado ha dicho que la obra no se detendrá. El proyecto “beneficiará a dos millones de personas” y el amparo, apenas a dos, declaró a los medios locales Raúl Antonio Iglesias, delegado regional de la Conagua.  Adelantó que la presa El Zapotillo tiene un avance del 27%.

No es la primera resolución judicial que recibe tanto el gobierno estatal como el federal. El 20 de enero de 2010, la Quinta Sala Unitaria detuvo el proyecto con el amparo V-319/2009. La respuesta oficial fue el desacato sistemático a cuanta resolución judicial salen a favor de los alteños.

Mientras, la obra sigue su curso: las retroexcavadoras, los rotomartillos siguen sonado, estridentes, implacables. Incluso de noche, retumba en el pueblo, y ahora, la gente no puede dormir. Desde que se anunció el proyecto, ya se apagaron varias vidas, la de los viejos del pueblo, los más vulnerables: de Pachita García, de Don Felix Huerta, de María Rosales y otros tantos, todos ellos ancianos que han fallecido en la incertidumbre.

“Es la neurosis colectiva, y eso está documentado por la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Nos están matando de pena. El hostigamiento de las autoridades es espantoso”, explica el sacerdote Gabriel Espinosa Iñiguez, líder del comité “Salvemos Temaca”

Una joven se manifiesta con una pancarta contra la construcción de la presa. FOTO: huizache.org

Recientemente la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) ha pedido la suspensión de las obras, en tanto no se consulte a los afectados de Temacapulín, Acasico y Palmarejo.  En la recomendación 35/2009, esta institución asentó: “Hay una clara violación del derecho a la legalidad y a la seguridad jurídica”, la cual no se ha cumplido.

Y es que, como se lee en la recomendación de la institución defensora de los derechos humanos, la Comisión Estatal del Agua (CEA) en conjunto con la Conagua, quieren sepultar  no solo edificaciones con valor histórico y antropológico, como la Catedral de la Virgen de los Remedios. Sino también la vida y la memoria de los pobladores, su derecho a la democracia y a los derechos colectivos. Su historia de varios siglos. Pero fríamente, la CEA rechazó la recomendación en marzo del año pasado.

La lucha incansable

Pánfila Díaz daría su vida por defender a su pueblo. Ella es enfermera y ejerce su oficio en su Temaca. “Me decían cuando pedí mi cambio aquí que no tenía caso. Que este pueblo estaba condenado. Pero no me importa, aquí nací y aquí quiero morir. Es mi derecho. Vamos a luchar, no vamos a permitir que nos saquen. Y si me sacan va a ser con las patas por delante, muerta”, dice mientras sus ojos se humedecen.

El carácter recio de Pánfila Díaz refleja el tesón de los habitantes de Temacapulín. Se niegan a ser reubicados en el nuevo centro poblacional de Talicoyunque que construye el gobierno del Estado y en el que las fincas que les ofrecen son desechables, construidas con materiales de mala calidad. Valen mucho menos que las tierras que ahora poseen.

Los de Temaca han echado mano de las herramientas legales, asesorados por el Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (Imdec), una organización civil que pronto cumplirá 50 años y  del Colectivo Coa, en la asesoría jurídica. Pero también han echado mano de su libre derecho a manifestarse. La respuesta ha sido la represión de las autoridades.

Por ejemplo, el 10 de noviembre de 2010 cerca de 500 manifestantes, acompañados con una réplica de la Virgen de los Remedios, marcharon por las avenidas céntricas de Guadalajara hasta llegar al Palacio de Gobierno. La puerta se les cerró y fueron recibidos a macanazos y empujones de los antimotines.

Ese mismo día, se realizaron manifestaciones simultáneas a favor de Temaca en 18 países del mundo. La causa de Temaca ya es conocida a nivel internacional pues este pueblo  fue  sede del Encuentro Internacional de Afectados por las Represas, efectuado del 1 al 7 de octubre pasado, al que acudieron 62 organizaciones civiles de talla mundial. Las dos anteriores ediciones del encuentro fueron en Curitiba, Brasil y  Rasi Salai, Tailandia.

También personajes reconocidos que se han caracterizado por interceder por los desfavorecidos se unieron a la lucha. El sacerdote Gabriel Espinoza dio a conocer el 26 de enero un desplegado en el que firman en contra de la presa el fallecido obispo Samuel Ruiz, el prelado de Saltillo, Raúl Vera y Arturo Lona; además de Sergio Aguayo, Antonio Belmar, Brid Brennan, Carla Pataky Durán, Consuelo Acevedo,Claudia Sofia Pereira Goncalves, Clotilde Marquez Cruz, Danielle Mitterrand, Daniel Moss, Dawa Lepcha, Doğa Derneği, Christian Scott, entre otros.

Las irregularidades técnicas abundan. “El proyecto no cuenta con permiso ambiental de la Semarnat ni aval del INAH para derribar fincas históricas que ahí tenemos”, dice el padre Gabriel Espinoza.

Además, la Comisión Estatal de Agua, que encabeza Cesar Coll Carabias  omite por ejemplo, la orden que dio el ex gobernador Francisco Ramírez Acuña en el  oficio CJ/13/2005, del 24 de mayo de 2005. Ahí propone que el proyecto, que originalmente se iba a realizar en San Gaspar, ranchería de Jalostotitlán, Jalisco; “pasara  a “un sitio en donde no se afecte ninguna comunidad y tampoco tierra fértil”

“El predio conocido Loma Larga II era la opción para no inundar Temaca. Pero el gobierno de Jalisco y la CEA se encaprichan”, resume el padre Gabriel.

Activistas, medios de comunicación, investigadores universitarios, diputados y senadores que emiten exhortos legislativos, organizaciones internacionales y hasta Andrés Manuel López Obrador, han cerrado filas en torno a los pobladores de Temaca. “Pero los oídos de las autoridades estatales y federales no nos escuchan”, señala Gabriel Espinoza.

Y ante el desdén oficial, los habitantes no se rinden. “Vamos a seguir luchando. Y aunque nos amenacen y digan que las olas del agua nos van a ir sacando, yo no quiero dejar aquí a mis muertitos en el panteón, ni mi casa, ni mi Temaca. Y lo peor es que nunca nos consultaron, quieren imponer. Es como si yo llegara a la casa de Emilio (González Márquez, gobernador de Jalisco) y le dijera: A ver, salte pa´ fuera, porque ahora yo voy a vivir aquí.  ¿Verdad que no se va a salir?  ¿Entonces porqué a nosotros nos quieren sacar? No nos vamos a dejar. Ya la Virgencita nos ha hecho el milagro de que esto se alargue y no consigan sus objetivos. Ella, como es su costumbre, nos va a seguir ayudando”, advierte María Alcaraz.

Tanto el sacerdote Gabriel Espinoza como María Alcaraz no se olvidan de la promesa incumplida de Emilio González Márquez, gobernador de Jalisco. En una reunión privada en Casa Jalisco, la residencia oficial del mandatario, el 23 de mayo de 2008, prometió que la obra no se llevaría a cabo si la gente decía no. Dijo aquella ocasión: “Si la gente no quiere la presa, no se hará ningún proyecto”.

El 7 y 8 de enero, los habitantes de Temaca efectuaron una consulta pública con la vigilancia del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana estatal y la respuesta fue contundente: el 99% de los cerca de 600 habitantes dijeron no a la presa.

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