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San Andrés Larráinzar:<br>15 años de autonomía de facto
San Andrés Larráinzar:<br>15 años de autonomía de facto
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San Andrés Larráinzar:<br>15 años de autonomía de facto
19 de febrero, 2011
Por: Dulce Ramos
@WikiRamos 

A 15 años de la firma de los Acuerdos de San Andrés Larranzar, prevalece una autonomía de facto en comunidades del EZLN.Sus logros: un banco de inversión, estructuras educativas, de salud y medios de comunicación alternativos .

Ángeles Mariscal

Chiapas.- Cuando el gobierno federal se negó a llevar a cabo la reformas constitucionales que formaban parte de los Acuerdos de San Andrés pactados con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el grupo insurgente que se alzó en armas en enero de 1994, se dio a la tarea de construir en sus territorios gobiernos autónomos y proyectos de desarrollo paralelos e independientes al Estado mexicano.

En la construcción de estas autonomías de facto, los integrantes del grupo insurgente  han mantenido una actitud reservada, sólo rota por grupos y organizaciones solidarias con la llamada “causa zapatista”, a quienes se les ha permitido aportar conocimientos, tecnología y activos.

Los logros cuantitativos alcanzados en este proceso de construcción  también han sido un misterio. Sin embargo, al cumplirse 15 años desde la firma de los Acuerdos de San Andrés, organizaciones europeas solidarias con el EZLN dieron a conocer un balance de los alcances que ha tenido este proceso.

El informe que este año dio a conocer www.europazapatista.org, da cuenta de los logros desarrollados en  las cinco regiones zapatistas: Oventic, La Garrucha, Morelia, Roberto Barrios y La Realidad. En estos lugares los zapatistas desarrollaron desde un banco, hasta una compleja estructura educativa, de salud y de medios de comunicación alternativa.

En cada una de estas regiones llamadas Caracoles,  funcionan lo que los zapatistas llaman Juntas de Buen Gobierno, estructuras formalizadas como tales en 2003, que operan a través de asambleas donde se  elijen a las autoridades y promotores o responsables de las áreas de educación, salud, justicia, comunicación y otras.

Según el informe de EuropaZapatista, estos son cargos temporales, duran aproximadamente tres años, son rotatorios y no remunerados. En las comunidades los niños participan en las asambleas a partir de 12 años y, a partir de los 16 pueden desempeñar cargos.

Hospitales, escuelas, radiodifusoras zapatistas

Entre los mayores logros que han tenido las comunidades zapatistas –de cuya población efectiva no se tienen datos específicos- se encuentran los servicios de salud. Por ejemplo en la región de Oventik, ubicada en la zona indígena de Los Altos de Chiapas, hay 11 “micro-clínicas” y 40 casas de salud, además de una Clínica Central llamada “La Guadalupana”.

En este último lugar proporcionan  atención en medicina general, oftalmología, dentista, ginecología; y poseen un laboratorio, ultrasonido y quirófano. En estos centros de salud  atienden 332 promotores, además de médicos y especialistas solidarios que no forman parte de la estructura zapatista, pero que llegan a prestar sus servicios periódicamente. En las clínicas se alterna la medicina alopática y la tradicional con herbolaria.

El informe reconoce que la estructura en materia de salud “cubre muchas necesidades, pero aún no pueden responder a patologías graves y a cirugías complicadas”.

En el caracol de La Garrucha –ubicado en el centro de la Selva Lacandona- se encuentra la Clínica de la mujer “Comandanta Ramona”, fundada el 8 marzo 2008; en Morelia –instalada en el municipio constitucional de Altamirano- hay tres clínicas y un quirófano donde  también se atiende  a personas que no son militantes del grupo insurgente.

En el caracol Roberto Barrios –ubicado por la zona de Palenque- hay tres clínicas; en La Realidad –al sur de la Selva Lacandona, en la zona fronteriza con Guatemala- también hay un hospital general, clínicas y casas de salud donde se atiende a zapatistas y no zapatistas

El desarrollo educativo zapatista también ha permeado en la región. Las escuelas que abarcan el sistema de Primaria, Secundaria y un centro tecnológico, se complementan con estudios profesionales que se imparten en ciudades como San Cristóbal de las Casas, en lugares como la Universidad de la Tierra o CIDECI (Centro Indígena de Capacitación Integral).

En Oventik todos los niños y niñas cursan de forma obligatoria los 6 años de educación Primaria, donde se imparte en español y las lenguas maternal. También hay una Secundaria en la que los alumnos realizan prácticas de agroecología y trabajos comunitarios.

En La Garrucha, el informe de las brigadas europeas explica que entre los contenidos educativos destacan materias como la historia enfocada a la conservación de la cultura indígena y la construcción de la autonomía. También acuden a estos centros niños no zapatistas.

En el Caracol de Morelia, además de escuelas primarias existe  una secundaria con un sistema de internado. En  Roberto Barrios en 2009 se instaló  un (Centro Cultural de Educación y Tecnología Autónoma Zapatista (CCETAZ).

Otra área que ha contribuido el desarrollo de las comunidades zapatistas es el de sus propios medios de comunicación, a  través de los que  difunden la construcción de su autonomía y el proceso de  lucha que se lleva a cabo en las diferentes regiones. A la par divulgan programas con temas enfocados a la salud, educación y cultura. También hacen análisis de la política nacional e internacional.

En Oventik esto lo logran mediante 3 radios comunitarias, una productora de videos y  la divulgación por internet. En La Garrucha hay 2 radios comunitarias, que también son  escuchadas por comunidades no zapatistas. En Morelia cada municipio tiene su radio comunitaria.

En Roberto Barrios hay una radio comunitaria; en La Realidad las radiodifusoras cuya frecuencia llega hasta Guatemala son  “Radio Despertar, la voz de los MAREZ” y “Radio San Pedro, la voz de la Esperanza”.

Un banco de financiamiento

El desarrollo del sistema económico zapatista logró recientemente –no se tiene la fecha exacta de la creación- constituir una banca de financiamiento llamada  Banco Popular Autónomo Zapatista  (BANPAZ).

Este sistema bancario no  tiene servicio de ahorro, “sólo responde a la problemática del préstamo en cuestiones de salud”, para solucionar problemáticas en este sentido mediante empréstitos de hasta 5 mil pesos, que manejan una tasa de interés del  2%. Los zapatistas proyectan extender los préstamos para financiar trabajos colectivos agrarios.

El desarrollo económico también se logra mediante un sistema de trabajo colectivo, manejado mayormente por mujeres. Por ejemplo en Oventik, Morelia, Roberto Barrios y La Realidad hay cooperativas que funcionan a nivel regional, en donde se producen zapatos,  artesanías y café –una parte de este de calidad orgánica-, que luego es comercializado dentro y fuera del territorio zapatista, incluso llega a Europa a través del sistema de Comercio Solidario.

La economía y desarrollo zapatista, según el informe de las organizaciones solidarias que financian algunos de los proyectos, tienen un enfoque de género. Las mujeres zapatistas son generalmente las encargadas de las cooperativas de producción y distribución artesanal, agrónoma y pecuaria.

También ponen énfasis en la construcción de la llamada soberanía alimentaria y la conservación del medio ambiente. Existe un rechazo en el interior de las comunidades zapatistas al uso de semillas transgénicas y los fertilizantes y pesticidas no orgánicos.

La Justicia zapatista

Las comunidades zapatistas desarrollaron un sistema de justicia propio. En sus cinco Caracoles la resolución de conflictos se da mediante “Agentes Autónomos que  investigan las causas y citan a las partes en conflicto” para buscar llegar a acuerdos conciliatorios; las penalidades que generalmente se imparten son trabajos colectivos.

“Los problemas se tratan primero en las comunidades, si no se soluciona se eleva a nivel municipal, después a la Junta de Bien Gobierno, y en última instancia a la Asamblea Máxima regida por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena”.

Los conflictos suelen ser por tierra recuperada y, normalmente, los resuelve la llamada Comisión Agraria. Existen celdas para casos más graves, que se utilizan con duración limitada y siempre asociada a trabajos colectivos, señala el informe.

El desarrollo de la autonomía zapatista, explican los observadores, no ha estado exento de conflictos con los gobiernos municipal, estatal y federal, además de  comunidades  y grupos no zapatistas con quienes conviven.

Por ejemplo en Oventik en los últimos cuatro años se han recrudecido las diferencias por el suministro de luz y agua, lo que los ha confrontado con dependencias como la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

La construcción de las llamadas  “Ciudades Rurales Sustentables” y proyectos turísticos con inversión extranjera, promovidos por el gobierno estatal, también ha entrado en conflicto con sus procesos de autonomía zapatista porque algunos de estos proyectos están en su región de influencia.

Como resultado de ello las comunidades zapatistas entraron en la disputa por territorios que comparten o colindan  con los de grupos indígenas que intentan participar de los planes oficiales.

Estos conflictos se vive en la región de Montes Azules, en la Selva Lacandona, pero también en regiones como las Cascadas de Agua Azul, cerca de Palenque. Esta última disputaste data de 2007 y en febrero pasado estalló nuevamente en un enfrentamiento que dejó a una persona muerta y diez bases de apoyo del EZLN detenidos, lo que motiva que este 15 aniversario de los Acuerdos de San Andrés, se realicen bloqueos carreteros y otras manifestaciones para pedir la liberación de los presos.

Los zapatistas también ven como un obstáculo al desarrollo de su autonomía la proliferación de las sectas religiosas que pregonan como filosofía: “somos pobres por voluntad de Dios, la lucha no es buena”.

Otro foco de tensión es la participación del narcotráfico por parte de grupos que habitan cerca de sus regiones, y lo que ellos ven como una oportunidad para que el gobierno federal militarice su región.

Los zapatistas exponen, en una serie de entrevista publicadas en la Revista Rebeldía de diciembre pasado, que avanzan satisfactoriamente en el proceso de construcción de su autonomía. “Ahora lo que está pasando es ahora los mismos pueblos pues sigue luchando, organizando, pero ya no sólo de palabra, sino que ya están buscando forma de cómo sobrevivir”, explicó Alfredo, de la comunidad Santa Lucía, ubicado en el Caracol de Oventik.

El indígena zapatista subraya: “esos pueblos indígenas sí son pequeños, son pobres, pero la lucha va seguir, va a seguir. Pero también no se conforman lo que ya están haciendo, tienen mucha esperanza, hay que avanzar más.

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