Guadalupe Acosta Naranjo, uno de los artífices de las coaliciones electorales por parte del Partido de la Revolución Democrática (PRD), reveló que aún existe una corriente en la izquierda que buscará una amplia alianza con el Partido Acción Nacional (PAN) rumbo a las elecciones presidenciales de 2012 a fin de mermar la posibilidad que el priismo regrese a Los Pinos.
Entrevistado por Animal Político dijo que la estrategia de Andrés Manuel López Obrador en el sentido de trabajar sólo con las izquierdas unidas falló y, ahora, personalmente se encargará de construir un frente opositor al Partido Revolucionario Institucional (PRI) como ya lo hizo junto con Roberto Gil, secretario particular del Presidente Felipe Calderón, en las elecciones para gobernador de Oaxaca y Sinaloa, por ejemplo.
“En el Estado de México quedamos 41 puntos abajo, no digo que lo haga de mala fe Andrés, él está convencido de una estrategia que está siendo derrotada en las urnas y por esa razón no seguimos su política, no porque tengamos un problema personal con él. Si su estrategia fuera exitosa o por lo menos competitiva deberíamos reiterarla para el 2012, pero si su estrategia quedó 41 puntos abajo, yendo el candidato de él… entonces deberíamos de ver si efectivamente la estrategia es la correcta, y no se trata de lavarnos las manos, ni de revanchas políticas”.
Dirigente de la corriente hegemónica del PRD: Nueva Izquierda, y uno de los personajes más cercanos a Jesús Ortega y al actual presidente de este partido, Jesús Zambrano, Acosta Naranjo declina por ahora regresar a su curul en la Cámara de Diputados para dedicarse de lleno a tejer este acuerdo con el PAN y con otros sectores de la sociedad para evitar que “llegue la versión más autoritaria del PRI” con Enrique Peña Nieto.
“Voy a impulsar esa alianza, estoy convencido. Dialogando, planteándole a muchos actores que si queremos efectivamente detener esta restauración de la presidencia imperial, como se la imagina Peña Nieto, donde tenga cláusula de gobernabilidad… debemos empujar la transición estancada, extraviada, perdida que dejamos en el camino”.
Censurada por los dirigentes formales del PRD y por el lopezobradorismo, la alianza con el Partido Acción Nacional (PAN), rumbo a las elecciones presidenciales, es un asunto que comienza a cobrar fuerza al interior del sol azteca. La exsecretaria de ese partido y coordinadora de la corriente que fundó Amalia García, Hortensia Aragón ha pedido que no se descarte esa posibilidad.
El propio fundador de este instituto político, Cuauhtémoc Cárdenas, flexibilizó su postura respecto a los frentes opositores al declarar que “si el PAN adopta y acepta la propuesta del PRD y al candidato del PRD, bienvenidos los votos del PAN”.
Pero más allá de las opiniones, fuentes de este partido aseguran que ya se han dado los primeros acercamientos entre prominentes dirigentes del PRD y del PAN y que se evalúan tres escenarios:
Primero, una alianza abanderada por un panista o un perredista, en la que la fuerza que quede con la candidatura presidencial cederá a la otra espacios en el Congreso de la Unión; el segundo escenario implicaría conceder la candidatura presidencial a un gobernador que haya conseguido el triunfo a través de una alianza opositora, es decir: Gabino Cué de Oaxaca, Rafael Moreno Valle de Puebla, Mario López Valdés de Sinaloa y hasta incluyen a Juan Sabines de Chiapas.
El tercer escenario plantea una candidatura ciudadana, a la que por cierto no se cerró el propio presidente Felipe Calderón, entrevistado en un noticiario radiofónico.
Pero el único personaje que pudiera estar empujando la posibilidad de la alianza con el PAN se llama Marcelo Ebrard, dice Acosta Naranjo, quien hace votos porque esta estrategia no derive en la fractura del PRD y asegura que hasta los más escépticos están dispuestos al debate.
De cualquier forma su corriente Nueva Izquierda y otros grupos como el de Amalia García han anunciado la creación del movimiento “Demócratas de Izquierda” el cual será presentado de manera formal este 31 de julio y que tiene como objetivo sumar a sectores de las sociedad ajenos al PRD.
Aunque para algunos este movimiento será el semillero de nuevos cuadros ante la eventual salida del partido de López Obrador y de sus seguidores, si es que el tabasqueño insiste en convertirse en candidato presidencial de los partidos del Trabajo y Convergencia.
