Reforma publica que Puebla pasó de ser uno de los centros más importantes de venta de piratería a convertirse en el distribuidor de productos ilícitos para todo el sur y sureste de México.
Los principales mercados para comercializar la mercancía apócrifa La Cuchilla, en Puebla, y el de San Martín Texmelucan.
Ahí se comercializan música y películas, ropa (en su mayoría pirata), usada, de saldo o robada, calzado y perfumes.
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