Después de la tragedia en Monterrey, el ayuntamiento de Guadalajara montó ayer por la tarde, un operativo improvisado en centros de apuestas para revisar las medidas de seguridad en sus instalaciones. El resultado: la clausura temporal de cuatro casinos.
Dos de ellos, Capri y GDL Casino, no contaban con el permiso dela Secretaría de Gobernación (Segob) para su operación desde hace varios meses pero las autoridades municipales no los habían clausurado.
El casino Capri, ubicado en Circunvalación Álvarez del Castillo1846, ha generado un escándalo ante posibles actos de corrupción en los que estarían involucrados el propio presidente municipal de Guadalajara, Jorge Aristóteles Sandoval, y el regidor Eduardo Almaguer.
Desde hace más de 2 meses, el ayuntamiento de Guadalajara sabía que no contaba con una licencia municipal.
Un ciudadano solicitó, el 21 de junio, copia simple tanto de la licencia municipal como del permiso que debió otorgarle la Dirección GeneralAdjunta de Juegos y Sorteos dela Secretaríade Gobernación al casino Capri.
El ayuntamiento de Guadalajara contestó que la Direcciónde Patrón y Licencia (oficio DJ/IFM/0237/11), constató que el centro de apuestas no tenía licencia municipal.
Los otros establecimientos clausurados son: Rwin Lions y Gran Nevada. En algunos casos, los establecimientos carecían de salidas de emergencia, o extinguidores, informó Roberto López, secretario general del Ayuntamiento de Guadalajara.
Las revisiones tomaron por sorpresa a los encargados de los casinos. El único que dio una declaración a los medios locales fue Severo Márquez Pérez, director general de GDL Casino. Se quejó de la improvisación del operativo y dijo que el ayuntamiento de Guadalajara le entregó el pasado 19 de mayo la licencia municipal. “Supuse que no teníamos problemas. Y ahora salen con que nos faltan varias medidas de seguridad. Esto es extraño. Por otro lado, el modo de las revisiones no me pareció adecuado”.
Complicidad
El martes 23 de agosto, el diario Milenio Jalisco publicó que el casino Capri, que operala Compañía Megasport, y GDL Casino, carecían de la autorización dela Segob.
De Capri, informó la dependencia federal, “no cuenta con la autorización expresa de esta autoridad para instalar, operar y explotar el establecimiento ubicado en Av. Circunvalación Jorge Álvarez del Castillo no.1846”.
GDL Casino está en la misma situación.La Segob consignó en el oficio 0307/2011, dela Dirección Generalde Juegos y Sorteos, que “no se tiene conocimiento respecto al mismo (permiso) en los archivos de esta Dirección”.
Los casinos deben contar con una licencia municipal específica, de acuerdo con el Reglamento para Centros de Apuestas Remotas, Salas de Sorteos de Números y Casinos del municipio de Guadalajara. Este reglamento entró en vigor desde enero de 2011.
El casino que opera la Compañía Megasportno cumplió con este requisito. A pesar de que las autoridades municipales conocían esta irregularidad, no clausuraron el establecimiento hasta ayer por la tarde.
Las irregularidades del casino Capri, que empezó a operar en noviembre de 2010, salpicaron a varios funcionarios del ayuntamiento de Guadalajara, desde el presidente municipal, Jorge Aristóteles Sandoval al regidor Eduardo Almaguer, ambos de extracción priista.
El panista Jorge Salinas Osornio, líder de los regidores de su partido en el ayuntamiento, denunció que el 7 de octubre del año pasado Almaguer firmó el permiso para que el casino Capri comenzara a funcionar. El documento –que revelaron los diarios locales el 27 de junio pasado–, consignaba: “Por acuerdo con el presidente municipal de Guadalajara, Lic. Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, le informo que esta autoridad municipal, pensando siempre en el bienestar de los habitantes del estado y en virtud de que se generarán empleos y derrama económica, otorga su anuencia para la apertura del mismo”.
A decir de Salinas Osornio, el regidor Almaguer no debió otorgar su anuencia en su calidad de presidente de la Comisión Ediliciade Gobernación, Reglamentos y Vigilancia y no descartó posibles actos de corrupción para la operación del casino. El único que puede firmar el acuerdo para abrir un centro de apuestas es el presidente municipal, según el artículo 22 del Reglamento dela Ley Federalde Juegos y Sorteos.
Ante el escándalo, Sandoval Díaz negó que haya firmado el documento.
Fernando Guzmán Pérez Peláez, secretario general de gobierno del Estado, denunció estas irregularidades desde el 22 de agosto, a la Procuraduría Generalde Justicia del Estado (PGJE).
“De la información (…), se desprende la posible comisión de algún delito por los particulares propietarios de lo establecimientos (Capri y GDL Casino) y autoridades del H. Ayuntamiento de Guadalajara, encargado de autorizar, inspeccionar y regular el funcionamiento de dichos centros de sorteos de números y apuestas remotas”, se señala en el oficio CISG-693/2011, que dio a conocer el diario Mural (26 de agosto).
En el mismo sentido, Carlos Tiscarreño, dirigente del PAN en Guadalajara, presentó una denuncia ante la PGJE, hace una semana por los mismos hechos. E incluyó al excontralor municipal Víctor Urrea, quien fue destituido hace 3 meses por haber viajado a Las Vegas con varios constructores, a quienes les había asignado obras. El entonces funcionario, habría pedido dinero para tanto que el caso Capri obtuviera la anuencia del presidente municipal.
Proliferan casinos en Guadalajara
Aunque no ofreció cifras, Emilio González Márquez, gobernador de Jalisco, cuestionó la “proliferación” de casinos en Guadalajara y el crecimiento desmedido de la ludopatía.
En su discurso, el mandatario dijo que los casinos “no traen nada bueno”. Y aprovechó para hacerle un llamado al presidente municipal Jorge Aristóteles Sandoval, “para que revise la legalidad de los mismos, pero también para que revise no sólo el cumplimiento de los reglamentos, sino también la conveniencia de que Guadalajara se convierta en un centro de atracción de casinos”.
Sandoval Díaz guardó silencio ante las acusaciones tanto del mandatario estatal como de su secretario general de gobierno.
