Pues no salió. Ni reelección, ni revocación de mandato. Apenas consultas ciudadanas con candados y candidaturas independientes, con un “ya veremos”, porque falta una ley secundaria.
En eso quedó el dictamen de reforma política, aprobada en las comisiones unidas de Gobernación y Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados en una sesión que se prolongó hasta la madrugada del jueves y que originalmente sería a puerta cerrada. La discusión aún no termina, pero ésta es la información más actual que se tiene del tema.
Con el voto conjunto de los diputados de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM) y Nuevo Alianza (PANAL), las tres fuerzas políticas lograron una mayoría de 31 votos para desechar las propuestas impulsadas por grupos ciudadanos y legisladores de los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y del Trabajo (PT).
El tema de la reelección fue el que mayor debate generó en la sesión. Mientras los representantes del PRI y su bloque se manifestaron a favor del tema, “siempre y cuando se realice primero una consulta ciudadana”, el resto de los legisladores criticaron la postura priista al considerar que con esa decisión se retrocede en la vida democrática del país y en la rendición de cuentas de alcaldes y legisladores.
A puerta cerrada
“¡Le tienen miedo a los ciudadanos carajo!”, fue una de las expresiones que soltó uno de los ciudadanos que acudió la mañana del miércoles a la Cámara de Diputados para seguir de cerca lo que sería el debate de comisiones unidades sobre Reforma Política y quien se topó con la sorpresa que se llevaría a puertas cerradas.
“¿A qué le tienen miedo?”, dijo otro de los asistentes mientras personal de seguridad reprimía el exceso. “No se permite entrar”, era el argumento que ofrecieron los trajeados guardias mientras en las puertas del salón de protocolos del edificio “C” se concentraban personajes como Isabel Miranda de Wallace y Alejandro Martí que con cara de asombro no entendían lo que sucedía.
“Nos hacen ver como ciudadanos de segunda”, expresó uno de los ahí reunidos mientras que a base de dialogo Miranda y Martí lograron colarse hasta la reunión con el único objetivo de hacerle ver a los legisladores la necesidad de abrir las puertas a los ciudadanos y periodistas que querían escuchar los argumentos ahí esgrimidos, lo que finalmente se logró 45 minutos más tarde de iniciada la sesión que arrancó pasadas las 11 de la mañana y que según la diputada del PAN, María Marcela Torres, se realizaba a puerta cerrada a solicitud del PRI cuyos legisladores argumentaron que el salón era “muy pequeño”, pero que finalmente se convirtió en una de las sesiones más concurridas por parte de grupos ciudadanos.
El músculo priista
Fue alrededor de los 12:45 horas, luego que los diputados de las diferentes fuerzas partidistas fijaran su postura sobre el dictamen de Reforma Política que les enviara el Senado, que los integrantes de las comisiones unidas aprobaron en lo general la minuta, no sin antes reservarse para su análisis una serie de artículos relacionados con la reelección, revocación de mandato, veto presidencial al presupuesto, reconducción presupuestal, reelección en ayuntamientos, consulta popular, candidaturas independientes, toma de protesta del presidente, sustitución del presidente, iniciativa ciudadana y gobernabilidad en el Distrito Federal, temas que tras un receso de media hora serían discutidos en un salón más amplio en el que, ahora sí, tuvieran cabida los ciudadanos.
Las candidaturas independientes fue el primer tema, de los reservados, que se discutió tras el primer receso. En ese punto, diputados como Jaime Cárdenas del PT y Alejandro Encinas del PRD, entre otros, propusieron que se hicieran tres adiciones a la minuta enviada por el Senado.
Las adiciones eran para plasmar en la Constitución Política que los candidatos independientes tendrían derecho a financiar sus campañas con recursos públicos, ser acreedores a tiempos del Estado en radio y televisión, además, de requerir, al menos, del 0.13 por ciento del listado nominal de los ciudadanos del distrito electoral, de la entidad federativa o, de la República, según sea el caso, para poder ser candidatos.
Lo anterior porque según los legisladores la regulación de estas candidaturas se dejaba “abierta” al regularse con una ley secundaria y no en la Constitución. En su participación, sin embargo, la diputada del PRI, Beatriz Paredes, pidió que la propuesta quedará como estaba plasmada en la minuta del Senado, la cual establecía que para “poder ser votado para todos los cargos de elección popular”, los ciudadanos que soliciten su registro de manera independiente deben cumplir “con los requisitos, condiciones y términos que determine la legislación”, sin especificar cuáles. Finalmente, con el apoyo del PVEM y del PANAL, los priístas se impusieron con 31 votos.
No a la revocación y consultas con candado
La revocación de mandato, fue el segundo tema que discutieron los diputados. En su propuesta, legisladores del PAN, PRD y del PT solicitaron que se legislara a favor de destituir de sus cargos a los malos gobernantes a través de una consulta popular. Tras exponer el punto, los diputados del PRI y sus aliados solicitaron que no se discutiera el tema, por lo que tras una serie de exposiciones de los dos bandos, los que estaban a favor y en contra, los priístas volvieron hacer gala de su mayoritero y con 31 votos desecharon la propuesta, generando un largo “bu” de los ciudadanos que ahí se encontraban y que con pancartas y cartulinas, escritas sobre la marcha, calificaban de “ridículo” y de “farsa” los argumentos esgrimidos por los representantes del PRI.
Realizar consultas populares el mismo día en que se desarrollan elecciones, fue la adición a la propuesta que presentó el PAN a nombre del diputado Javier Corral. Según el legislador, con la iniciativa se permitiría ahorrar mil 800 millones de pesos. La medida, sin embargo, fue rechazada por los legisladores del PRI, quienes finalmente aprobaron, con una modificación a uno de los puntos, la propuesta como se planteaba en la minuta del Senado en la cual se señala que las consultas populares podrán ser solicitadas por el Congreso de la Unión, el Presidente de la República y al menos el uno por ciento de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral.
Aparte, se estableció que para que una consulta sea vinculatoria (es decir aplicable) para los poderes Ejecutivo y Legislativo se requiere que el 25 por ciento de los ciudadanos inscritos en la lista nominal la hayan aprobado, lo que a decir del diputado del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo, representa un “umbral muy alto” pues hay partidos políticos que en elecciones no alcanzan esa votación.
Contra la reelección
La reelección consecutiva de legisladores y alcaldes fue otro de los puntos rechazados por el PRI y sus aliados. Tras un intenso debate que se prolongó hasta entrada la noche, los priistas mostraron el musculo y se impusieron contra los legisladores que argumentaban que con esta figura se enriquecía la rendición de cuentas y la democracia en el país.
“Muchos diputados que están en esta sesión ya han sido legisladores en otros periodos”, dijo el diputado del PAN, Gastón Luken, para hablar sobre la necesidad de aprobar la reelección consecutiva, pues en la práctica, agregó, esto ya se hace pero en diferentes tiempos.
Con 31 votos a favor y 29 en contra, los priistas rechazaron la reelección y aprobaron incluir un artículo transitorio que obliga a realizar una consulta popular que defina qué opina la ciudadanía sobre el tema pero un año después de las elecciones de 2012.
Durante el transcurso de la noche y la madrugada, además, siguió la negativa del PRI a la reelección municipal, la disminución al mínimo requerido para que las iniciativas ciudadanas pudieran transitar sin tantas trabas y se desechó la reconducción presupuestal.
En contra parte, los priistas dijeron “sí” a la sustitución del Presidente de la República ante la falta permanente, así como “sí” a la cláusula de gobernabilidad en el Distrito Federal. Ahora falta que lo modificado en comisiones unidas sea aprobado por las dos terceras partes del pleno de la Cámara de Diputados, pues de no aprobarse la minuta, con las modificaciones discutidas, se regresaría al Senado donde el tema sería retomado de nueva cuenta.
