La Cruz Roja de Filipinas confirmó hoy que al menos 436 personas murieron y cientos más siguen desaparecidas debido a las repentinas inundaciones causadas por una tormenta tropical que afecta el sur de ese país asiático.
Las ciudades de Cagayan de Oro y de Iligan, en la isla de Mindanao, resultaron muy afectadas por las inundaciones que inesperadamente cubrieron las casas cuando los residentes dormían, de acuerdo con reportes del diario Philippine Daily Inquirer.
Los caudales de los ríos permanecen altos esta noche, por lo que la región permanece en alerta, indicó Benito Ramos, jefe de la agencia nacional de desastres, y agregó que alrededor de 10 mil personas huyeron hacia terrenos elevados para resguardarse.
Los ríos se desbordaron después de más de 12 horas de lluvia continua que llevó la tormenta tropical Sendong.
La Cruz Roja filipina indicó que al menos 215 personas murieron en Cagayan de Oro, 144 en Iligan y otras 77 en otras áreas cercanas, pero advirtió que el saldo podría aumentar conforme baje el nivel de agua y la remoción de escombros y lodo.
La mayoría de las víctimas son mujeres y niños, agregó.
Un portavoz del Ejército filipino, coronel Leopoldo Galon, dijo que una división entera -de unos 10 mil soldados- está implicada en los esfuerzos de rescate alrededor de Cagayan de Oro.
Aseguró que la búsqueda y las operaciones de rescate continuarían a lo largo de la orilla norte de Mindanao, donde el agua arrastró a mucha gente hacia el mar. “No puedo explicar cómo sucedieron las cosas, pero aldeas enteras fueron arrastradas”, comentó.
Extensas áreas de Mindanao quedaron sin energía y algunos vuelos nacionales fueron cancelados debido a los fuertes vientos -de hasta 90 kilómetros por hora- registrados a través de la isla.
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