Aquí la gente no vota por Cantinflas. Aquí votan por Superman, por el Pato Donald, por Mickey Mouse.
El descontento contra Obama es general. Pero no sólo votan republicanos, también hay una boleta para demócratas, aunque se trata de ciudadanos registrados como precandidatos.
El registro
Para votar el registro es fácil. Se lleva un control de votantes registrados, de acuerdo a las últimas elecciones. Pero si nunca se ha votado, se puede registrar el día de las elecciones con su nombre y una dirección. No es necesario pedir una identificación con foto. Sólo hay que firmar una hoja declarando que la información es verdadera. Nada más.
Se puede votar por los precandidatos republicanos o los demócratas, pero hay que registrarse y decir por qué partido se hará, o bien registrarse como undeclared.
Aquí también hay voluntarios aunque les pagan, según la responsabilidad, hasta 100 dólares por la jornada y no son ellos quienes cuentan los votos, sino una máquina donde se inserta la boleta. Al final del día, se emite un “ticket”, algo así como una cuenta de los votos.
La boleta es óptica, así que la máquina registra por quién se votó y separa los sufragios que fueron escritos por alguien que no estaba en la lista.
Voluntarios no pagados
Se llama Susan. Viajó mil kilómetros para apoyar a Ron Paul. “Es un verdadero político, sabe cómo hacerlo, sabe que hay cosas que no funcionan y las quiere cambiar. Hay departamentos que hay que quitar”.
Cambió el sol de Florida para mostrar un letrero que dice Ron Paul en una calle de New Hampshire, con una temperatura de -4 grados. Llegó a las 7 AM, cuando abrieron las urnas, y se irá a las 7, cuando cierren.
Los votantes
A las urnas viene gente de toda clase, desde familias completas, con niños que no fueron a la escuela por ser día de elecciones, hasta los sacerdotes de la iglesia local.
Los religiosos pueden hacer proselitismo, en sus iglesias pueden llamar a votar por algún candidato. Lo que no pueden, al igual que las demás personas que llegan a las urnas, es traer botones, playeras, gorras o sudaderas con el nombre de su candidato, si las traen, no importan los -4 grados, se las tienen que quitar.
Para las primarias, como para las presidenciales, no hay tope en los gastos de campaña, tampoco hay límite en los anuncios publicitarios ni hay tiempos electorales. Se puede hacer campaña un día antes de las elecciones. La cosa es simple, según explica un politólogo estadounidense: se considera parte de la libertad de expresión.
Los candidatos
Mitt Romney va la cabeza en los sondeos con 40% de las preferencias. Ron Paul tiene 17, y Newt Gingrich 8%
Las propuestas varían, pero las que tiene que ver con migrantes varían. Aquí en la televisión local se pudo ver a Julián Lebaron criticando que Romney esté contra los migrantes cuando en “Chihuahua le dieron asilo a su padre”.
Mientras que Newt Gingrich asegura que tiene el compromiso de ayudar a México en su lucha contra los cárteles y la infiltración de Irán en Latinoamérica.
Y sobre el Dream Act dice que no le daría la ciudadanía a los migrantes que terminan la universidad, “pero si además hacen el servicio militar, entonces sí la tendrían.
El común denominador es que los republicanos dicen que el creador los impulsa, que “tenemos que ir en busca de la felicidad” y para eso, y en sus propias palabras, cada uno es la mejor opción.
En cada acto hay gente de Occupy, en cada protesta se ven desliusinados, descontentos. Hartos de la política.
No, aquí no se vota por Cantinflas, pero la desilusión de los partidos alcanza para que se vote por Superman, el Pato Donald o Mickey Mouse.
