Una juez federal en Estados Unidos, dio una victoria al gobierno del Presidente Barack Obama, al aceptar nuevas reglas en las que se exige a las armerías de los cuatro estados que colindan con México que reporten las ventas de rifles semiautomáticos.
La decisión del juez fue tomada pese a las presiones de la industria armamentística de EU. El gobierno del país vecino emitió los nuevos requerimientos el año pasado como parte de un esfuerzo para terminar con el flujo de armas a través de la frontera hacia los violentos traficantes de drogas mexicanos. La Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF, por sus siglas en inglés), pidió a los más de 8 mil vendedores de armas en Texas, Arizona, Nuevo México y California reportar las ventas de dos o más rifles semiautomáticos dentro de cinco días hábiles. Esto incluye rifles con calibre mayor a .22 y con la posibilidad de aceptar cartuchos removibles. Funcionarios mexicanos se han quejado amargamente sobre las armas que llegan ilegalmente al país desde EU. Decenas de miles de mexicanos han sido asesinados en la guerra contra las drogas que cumplió cinco años, desde que Calderón declaró la guerra a los cárteles.
La juez Rosemary Collyer, nombrado en su posición por el expresidente George W. Bush, encontró que los requerimientos estaban suficientemente precisos y opinó que era razonable al enfocarse en los estados fronterizos. “El congreso logró un delicado equilibrio entre las regulaciones de la ATF para la venta de armas de fuego y el derecho a la privacidad defendido por los vendedores de armas”, escribió Collyer dentro del documento de 21 cuartillas. La exigencia de reportes por parte de la ATF, “no afectó ese equilibrio.” Los vendedores de armas respaldados por la Asociación Nacional del Rifle, una poderosa organización de cabildeo, y la Fundación Nacional de Deportes de Disparo, criticaron la nueva exigencia con el argumento de que ésta nueva normatividad permitiría a la ATF formar un registro de las ventas de armas, para lo cual, según ellos, no tendría autorización. La industria armamentística también afirmó que las nuevas reglas no tendrán un impacto en los cárteles y más bien significarán una carga para los vendedores respetuosos de la ley. “Si el presidente Obama logra un segundo periodo, creo que los vendedores de armas que respetan la ley verán mucho mñas de esto”, afirmó Wayne LaPierre, el vicepresidente ejecutivo de la NRA a Reuters. “Estos cárteles violan, roban, asesinan, lanzan gente a los leones, y no se van a frenar por un trámite. Debe ser un gran trámite,” afirmó. Estas organizaciones planean apelar la nueva norma. El administrador de una armería en Douglas, Arizona, una ciudad localizada a un kilòmetro y medio de la frontera con México, afirmó que no haría mucha diferencia para él porque ya se había vuelto muy selectivo en este tipo de ventas. “Soy muy selectivo sobre a quién le vendo un rifle ‘tipo paramilitar’ debido a los problemas,” afirmó Lynn Kartchner. “Si (el arma) termina en México, tengo que ir a testificar.” Alrededor de 36 mil reportes de ventas múltiples de pistolas fueron hecho en los cuatro estados fronterizos de EU en el año fiscal 2010, de acuerdo con la ATF. La decisión fue tomada mientras la ATF está bajo escrutinio después de que fuera descubierta la fallida operación Rápido y Furioso para monitorear las armas traficadas hacia los cárteles en nuestro país. Esta operación no pudo seguir las armas más allá del momento de la compra. La ATF dio la bienvenida a la decisión de la corte, afirmando en un comunicadoque es “un esfuerzo para incrementar la capacidad de la ATF para detectar y acabar con las redes del tráfico ilegal de armas, responsables de desviar las armas de fuego del comercio legal hacia las manos de las bandas criminales que amenazan a los ciudadanos respetuosos de la ley.” Reuters*
