Boris Johnson, el alcalde de Londres, es acusado de cometer “fraude en salud pública” por autorizar el uso de supresores de polvo para disminuir las lecturas de contaminación en la capital británica y así evitar el pago de una multa millonaria a la Comisión Europea, de cara a los Juegos Olímpicos.
Según The Telegraph, la táctica fue dada a conocer a través de un reporte emitido por la misma Alcaldía, el cual recomendaba la aplicación de solución salina a lo largo de las avenidas más transitadas de la urbe, particularmente durante la justa olímpica.
Rápidamente distintos medios y organizaciones ambientales británicas opinaron que el plan pone en riesgo a la población al intentar ocultar los verdaderos niveles de contaminación, especialmente en el caso de una contingencia ambiental.
Para medir los niveles de contaminación se calcula la cantidad de tierra y hollín resultante de las emisiones de tráfico. Cuando estas partículas, conocidas como PM10s, se inhalan, pueden causar graves problemas respiratorios y cardiacos. El empleo de solución salina suele utilizarse durante el invierno para lograr que las partículas pequeñas de polvo caigan al suelo en lugar de desplazarse en el aire.
El límite permitido para PM10s en el Reino Unido son 50 microgramos por metro cuadrado, 35 días al año. Londres debía reducir sus niveles de contaminación bajo este nivel desde enero de 2005; sin embargo, ha solicitado prórrogas desde entonces. Ahora, la fecha límite para alcanzar estos niveles es septiembre y de fracasar, el Reino Unido podría enfrentar una multa impuesta por el Tribunal de Justicia de Europa de hasta 300 millones de euros.
The Telegraph publicó que el director de la organización ambiental opinó que la situación es extremadamente seria: “Estamos hablando sobre partículas muy peligrosas, algunas de las cuales son tóxicas y cancerígenas. No es polvo normal. El utilizar estos supresores frente a monitores de aire sobre los cuales la población depende para enterarse de episodios severos de esmog es un fraude de salud pública a nivel industrial. Es responsabilidad del alcalde reducir la contaminación, no ocultarla,” puntualizó.
El método actualmente es utilizado en 15 sitios de la capital inglesa, entre ellas calles que se encuentran en el corazón del complejo olímpico como Upper Thames Street, Marylebone Road y Neasden Lane. Estos tres sitios también están cerca de estaciones de monitoreo de calidad del aire.
La alcaldía informó que el uso de supresores forma parte de una estrategia a corto plazo para reducir la contaminación, que a su vez forma parte de una estrategia más extensa enfocada en mejorar la calidad del aire a través de mayores zonas de baja emisión y la plantación de árboles.
Sin embargo, el director de Clean Air afirmó que estos métodos son empleados para evitar tomar acciones firmes frente a la contaminación.
“Aún sin el uso de los supresores, en Neasden Lane, las lecturas exceden 32 veces al límite,” explica Simon Birkett, el director de Clean Air para el medio Daily Mail, “mientras que en Upper Thames Street lo exceden 28 veces.”
“Esto es principalmente un problema de diesel, así que deberíamos de enfocarnos a reducir nuestras emisiones de diesel. Nuestra zona de baja emisión está dos años por detrás de la de Berlín. Ahora viene la prueba real de si estamos o no controlando la contaminación en Londres,” finalizó.
Con información de Daily Mail y The Telegraph.
