Aunque la ventaja del candidato a la presidencia de Francia del Partido Socialista, François Hollande se reduce frente a su rival conservador Nicolas Sarkozy, el primero parte como favorito para ganar las elecciones de mañana domingo.
El último sondeo de opinión de la encuestadora Ipsos da una ventaja a Hollande con 52.5 por ciento de intenciones de voto, sobre su rival el presidente y candidato a la reelección Sarkozy, quien obtendría 47.5 por ciento de los sufragios.
Las cifras fueron dadas a conocer pocas horas antes del cierre definitivo de la contienda y muestran que la diferencia entre ambos candidatos ha disminuido, aunque sigue siendo superior al margen de error de las encuestas.
Hollande y Sarkozy realizaron este viernes sus últimos actos de campaña con un llamado a sus seguidores a acudir masivamente a las urnas.
El último evento que fue considerado como una puñalada a la espalda de las aspiraciones de Sarkozy fue el apoyo que dio el centrista François Bayrou a Hollande que provocó un shock en la derecha.
En plena recta final para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, Bayrou señaló que “votaré personalmente por François Hollande”, aunque no dio una consigna de voto en nombre de su partido.
Sarkozy ha señalado que se retirará de la política si pierde en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, aunque uno de sus principales asesores ha sugerido que podría postularse como jefe de la oposición.
Varios analistas han señalado que el partido de Sarkozy, la Unión por un Movimiento Democrático (UMP), podría desmembrarse si en las elecciones legislativas de junio la ultraderecha del Frente Nacional (FN)consigue superarles.
La lideresa del FN, Marine Le Pen, consiguió el 17.8 por ciento de los votos en la primera vuelta de las presidenciales el pasado 28 de abril y podría polarizar a la derecha de cara a las legislativas de junio.
Francia celebrará una nueva serie de comicios el 10 y 17 de junio para elegir a un nuevo Parlamento.
El actual presidente ha vuelto a insistir este viernes en una entrevista con la radio Europe 1 que “si el pueblo elige a la otra opción, todo habrá acabado”.
Sarkozy llegó al poder en 2007, con promesas de ambiciosas reformas económicas y laborales que sacarían a Francia del marasmo económico y la harían competitiva con las economías emergentes del mundo.
Cinco años después, al final del primer periodo de Sarkozy, el crecimiento se ha frenado, el desempleo ha llegado al diez por ciento y la deuda nacional se ha disparado al 85 por ciento del producto interno bruto.
Más de 46 millones de votantes están convocados para ir a las urnas mañana domingo en unas elecciones presidenciales que podrían dar un giro a la política de París tanto en el plano doméstico como externo.
Las políticas de Hollande pondrían en duda la sociedad franco-alemana que ha encabezado la respuesta de la eurozona a sus problemas financieros y que se construyó con base en la relación personal entre Sarkozy y la canciller de Alemania, Angela Merkel.
Los colegios electorales abrirán a las 08:00 horas locales (06:00 GMT) y cerrarán a las 20:00 horas locales (18:00 GMT) y las proyecciones confiables de los resultados basados en un recuento parcial serán publicados minutos después del cierre.
