Andrés Manuel López Obrador, el candidato presidencial de las izquierdas, vino tres veces a Jalisco, pero en ninguna de sus visitas acompañó a mítines o actos públicos a Fernando Garza, aspirante de su partido, el PRD, a gobernar el estado. Este domingo volvió a estar en la entidad para cerrar campaña y nuevamente evitó encontrarse con su compañero de partido, el que por segunda vez consecutiva impulsa a López Obrador para ganar Los Pinos.
“Aquí hay un dicho que dice que quien gana Jalisco gana la Presidencia”, dice Salvador Caro, candidato del Movimiento Ciudadano al ayuntamiento de Guadalajara. Entonces ¿cómo pretende Andrés Manuel ganar la plaza jaliscience, la cuarta más importante en el país después del Estado de México, DF y Oaxaca por sus cinco millones de votantes? ¿A dónde o con quién estuvo en estos recorridos por la entidad?
Al llegar al aeropuerto lo primero que se ve, son panorámicos de un Fernando Garza feliz acompañado de López Obrador, sin embargo, no fue con él con quien estuvo en el cierre de campaña, sino con Enrique Alfaro, candidato también al gobierno de Jalisco por el Movimiento Ciudadano.
El ex jefe de gobierno del DF a quien quiere y apoya es a un candidato cuyo cuerpo y cabeza tienen forma de dedo pulgar. De hecho en el último tramo de la campaña que acaba el miércoles este aspirante del partido Movimiento Ciudadano mandó montar cientos de espectaculares en el que en vez de salir sonriente o con viejitos o señoras, aparece el puño de una mano con el dedo gordo liberado y levantado al que le pintaron dos puntitos que simulan ojitos, otro la nariz y una media U de la felicidad. El espectacular dice: “Vota Feliz este 1 de julio. Enrique Alfaro”.
La estrategia ha sido exitosa. “Es de risa, porque es igualito a mí, sí se parece. Tengo forma de dedo gordo“, dijo un sonriente y calvo Alfaro.
Ayer, en el mitin en el que estuvieron López Obrador, Alfaro, Caro y otros candidatos había unas 15 mil personas en la conmemorativa Plaza Juárez de Guadalajara exclusivamente con las banderas del Movimiento Ciudadano y del PT, cuyo partido se unió en una coalición de facto porque no se hizo una alianza formal.
“Es un mitin histórico porque en Guadalajara ni Jalisco nadie había dado un peso por un partido de izquierda y menos de Movimiento Ciudadano”, confió cuando se le consultó, un viejo militante del PRI que se ha retirado a ver detrás de la barrera los acontecimientos políticos en la entidad.
No hay, sin embargo, izquierda en el país más dividida que la de Jalisco. Es como si Peña Nieto viniera a Jalisco y en lugar de apoyar a Aristóteles por el PRI, su apuesta estuviera en algún candidato únicamente del Verde Ecologista. Pero eso a la gente no le importa, al menos aquí están con López Obrador y Alfaro.
El más feliz de todos los líderes de los partidos de izquierda debe ser Dante Delgado, jefe moral de Movimiento Ciudadano, cuyo instituto ganó de la noche a la mañana una fuerza que prácticamente le asegura la conformación de la coordinación en la Cámara de Diputados local y pelearle la candidatura a Aristóteles Sandoval, quien reconoce que Alfaro está en segundo lugar.
El PRD, en cambio, tiene problemas graves. Está a punto de perder el registro en Jalisco. La historia de la ruptura, incluso, llega al temple en el mitin de este domingo, que ha sido amenizado por la Banda “Pelillos Musical” y habrá de aparecer el grupo norteño Intocable para cerrar la campaña de López Obrador aquí.
Alfaro contó ante el ex jefe de gobierno del DF que una mañana de diciembre salió de la oficina de López Obrador en la Roma, DF, todavía con la palabras de López Obrador retumbando en su cabeza: “Alfaro, no puedes perder la oportunidad de encabezar este movimiento“. Para Alfaro era una etapa difícil porque en ese momento no tenía partido y se veía imposible la alianza de las izquierdas como en el resto del país.
La gente festejó el aliento que el candidato presidencial le dio al aspirante a gobernador de Jalisco: “Es un honor estar con Obrador. Es un honor estar con Obrador”.
Armando Gutiérrez, un hombre de 65 años que llegó desde hace cuatro horas al mitin para ocupar primera fila y acompañado de su hija de 30 años y su nieto de 3, sacó una pancarta sujeta a un palo de escoba en la que aparece López Obrador cargando y besando a una beba. Y su nieto grita. “No estás sólo, no está sólo”, mientras Alfaro sigue emotivo: “Miren hasta dónde hemos llegado. Sin la voluntad de mujeres y hombres libres no se hubiera podido”.
Según Alfaro sus encuestas ya lo ponen tres puntos arriba de Sandoval. No lo dice, pero insinúa que no necesita del PRD. El viejo pleito entre Los chuchos y López Obrador se ve aquí, en Jalisco. Con él tampoco han venido ninguno de los líderes de esa corriente.
Acá cualquiera del PRD dice, a reserva de no citar su nombre, que el poder sobre el partido lo tiene Raúl Padilla, ex rector de la U de G y manda más de la institución, a quien Andrés Manuel se opuso desde 1996 cuando se afilió al partido. De igual forma los priistas cuentan que en el PRI es el mismo Padilla quien mueve los hilos
A eso se debe la ruptura de la alianza del Movimiento Ciudadano, PRD y PT.
Todavía en febrero el Sol Azteca se comprometió a ir junto con los otros dos por la candidatura de Alfaro, que hizo historia al ganar por primera vez un municipio metropolitano: Tlajomulco, cuyo popularidad creció a partir de que importó para los pobres los programas de López Obrador en la Ciudad de México: dio gratuitamente uniforme, mochilas y útiles escolares a 90 mil alumnos de escolar y primaria.
También dio ayuda económica a jefas de familia en condiciones de vulnerabilidad y viejitos, logrando un impacto de sorpresa entre vecinos de Guadalajara, Zapopan y otros municipios metropolitanos, donde se concentra el mayor número de habitantes de Jalisco.
“Va a ser un timbre de orgullo tener a Alfaro de gobernador”, dijo Andrés Manuel tan pronto como tomo el micrófono. El candidato presidencial tampoco lo dijo, pero infiere que no necesitó del PRD en Jalisco, con el que se esfumó cualquier posibilidad el 9 de marzo, después de algunas reuniones privadas.
“Nunca he tomado una decisión de la que pueda avergonzarme ni pienso traicionar mis principios por ningún motivo. Prefiero luchar hasta el final por lo que creo que dejar pedazos de dignidad en el camino buscando metas u objetivos que no trasciendan”, declaró aquel día Alfaro.
Dijo que la dirigencia estatal del Sol Azteca, dominada por el ex rector de la Universidad de Guadalajara Raúl Padilla López, quien tiene acercamiento con “Los Chuchos”, “boicoteó, chantajeó y obstaculizó la construcción de su proyecto”.
Entonces el PRD nombró a Fernando Garza su candidato a gobernador de Jalisco. Garza fue el alcalde de Guadalajara por el Partido Acción Nacional. En el 2006 disputó la candidatura a Gobernador al otro ex alcalde, Emilio González Márquez, quien venció fácilmente.
López Obrador dijo que el resurgimiento de la moral en México está cerca, con el triunfo del 1 de julio -en Jalisco con Movimiento Ciudadano y a Los Pinos con PRD, PT y Convergencia- . Aunque no mencionó las diferencias en las izquierdas dijo que hay un grupo de “arriba” que se oponen al cambio.
“¡No más PRI, No más PRI¡”, gritaron los simpatizantes. Del PAN, en este estado hasta estos días todavía su bastión, ni quien se acuerde.
