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Molinar Horcasitas no buscará cargos de elección popular
Molinar Horcasitas no buscará cargos de elección popular
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Molinar Horcasitas no buscará cargos de elección popular
06 de junio, 2012
Por: mzepeda
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Juan Molinar Horcasitas, ex titular del IMSS. // Foto: Cuartoscuro

A un día de que Josefina Vázquez Mota pidiera a Juan Molinar Horcasitas alejarse de su campaña, el panista explicó que así lo hará. Además, habló sobre el caso de la Guardería ABC, a tres años de la tragedia, y afirmó que decidió no contender por ningún cargo público para no escudarse en fueros y así mantener su convicción de inocencia.

Aquí la declaración íntegra:

Tocaré dos temas, brevemente el de mi posición en la campaña política y posteriormente el de mayor interés para mí el día de hoy, que es el de la Guardería ABC, en el tercer aniversario de esa tragedia.

La candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, me ha pedido que me separe de su campaña. Así lo he hecho, pues esa es una decisión política que le corresponde a ella.

Yo seguiré apoyando al Partido Acción Nacional con lealtad y vocación de servicio. Por eso, la candidata presidencial del PAN tendrá mi voto.

Respecto a la Guardería ABC, que es el tema que motiva esta reunión, he respondido siempre con la verdad.

Comparecí ante la Corte y ante las autoridades ministeriales. Ante ellas ya he demostrado mi inocencia.

A tres años de esa tragedia, comparto con la opinión pública mis reflexiones, que leeré a continuación, y además entregaré a los medios de comunicación un documento más amplio con datos sobre hechos relevantes.

La tragedia del 5 de junio de 2009 en la Guardería ABC conmovió al país entero, ocasionando  gran dolor. Produjo también una legítima demanda de justicia. Comparto el dolor y suscribo la demanda de justicia.

No hay pesar más hondo que perder a un hijo o saberlo lesionado de por vida.

Buscando justicia, familiares de las víctimas promovieron el caso ante la Suprema Corte, que determinó que sí hubo violación grave a garantías individuales. Su dictamen deslindó a los servidores públicos responsables, de quienes no lo fuimos.

Durante más de 24 meses, cerca de 20 personas han enfrentado cargos por acciones u omisiones en siete procesos penales vinculados al siniestro de la Guardería ABC.

Mi conducta como Director del IMSS entre diciembre de 2006 y marzo de 2009 fue intachable y cumplí cabalmente todas mis obligaciones.

Como persona y como exdirector del IMSS la tragedia me causó una inmensa pena. También lastimó injustamente a una de las instituciones más nobles de México, el Instituto Mexicano del Seguro Social.

Por eso, desde un principio tomé tres decisiones: primera, ponerme a disposición de la Procuraduría General de la República y de la Corte; segunda, defenderme en las instancias legales, no en el debate mediático, por respeto al sistema de justicia; y tercera, continuar mi labor como servidor público, pues ya no era Director del IMSS el día de la tragedia.

Recientemente tomé otra decisión, no buscar un cargo de elección popular, pues no pretendo escudarme en fueros.

Estas decisiones emanan de mi convicción de inocencia. Actuar diferente hubiera sido asumirme culpable por razones políticas, a pesar de ser inocente.

Sé que el haberme defendido ante la Corte fue mal visto por algunos. No puedo compartir esa actitud. Entiendo que hubiese quien se sintiera defraudado porque la Corte me exculpara, pero yo, como ellos, también busqué justicia.

Desde que se publicó el Informe Preliminar de la Corte, en marzo de 2010, manifesté que erró al calificar de ilegal el sistema de subrogación de guarderías, y al concluir que operaba bajo un desorden generalizado. La Corte refutó ambas falacias, pero el daño al IMSS y a mi persona ya se había hecho sin bases legales.

Lo ocurrido en Hermosillo fue el más terrible suceso en la historia del IMSS, pero se debe aclarar que no fue consecuencia de un caos institucional.

Importa preservar el valioso sistema de Guarderías del Instituto, pues como documentan todas las encuestas independientes que se realizaron antes y después de la tragedia, la gran mayoría de las usuarias reporta que el servicio que reciben es ordenado y de calidad.

Con esas convicciones asumí la obligación ética de presentar mi defensa conforme a derecho, sin renunciar por motivos políticos o mediáticos a la justicia que sólo la aplicación de la ley provee.

Además de haber actuado con criterios políticos, yo hubiera contribuido a diluir las responsabilidades directas, legalmente exigibles de las personas responsables.

El proyecto del ministro Zaldívar señalaba a 22 servidores públicos. Tras un debate largo con razones de hecho, derecho y moral, la Corte lo desechó, pues violaba preceptos constitucionales.

La Corte resolvió también que siete funcionarios incumplieron obligaciones en relación con el siniestro y, por eso, sí fueron hallados responsables de violar derechos humanos.

Pero en sentido contrario la Corte determinó que 15 servidores públicos señalados no incumplieron ninguna obligación en relación con ese siniestro y por eso fueron eximidos. Entre ellos, la Corte determinó exculparme de los cargos que se me imputaron.

Coincido con la Corte en que en esa tragedia sí hubo responsables directos. El incendio no se hubiese iniciado si la bodega adjunta no hubiera acumulado material inflamable, violando disposiciones expresas de su contrato.

La tragedia se hubiera evitado de contar la bodega adjunta con detectores de humo y con alarmas, como las que sí existían en la guardería.

De esta forma no se hubiera perdido una sola vida, pues el lapso que duró el incendio en la bodega antes de propagarse con brutal intensidad a la Guardería, bastaba para evacuar a todos los niños presentes como se hizo en los simulacros, cuya realización consta que se realizaron sistemáticamente en la misma investigación.

El origen del incendio en la bodega que se instaló junto a la guardería, es la causa eficiente más relevante de esa tragedia, pero ha sido incorrectamente relegada en diversos análisis y en diversos sectores de la opinión pública.

Es cierto que la evidencia forense demuestra que la guardería adolecía de algunas medidas de seguridad, pero también que sí tenía detectores de humo, extinguidores, alarmas y otros dispositivos funcionales, como lo avala el Dictamen de Protección Civil municipal de noviembre de 2008, es decir, realizado apenas cuatro meses antes del siniestro y que estaba vigente al momento de la tragedia.

Las deficiencias que hubiera tenido la guardería debieron señalarse y resolverse precisamente durante esa inspección. El que esa autoridad en esa ocasión hubiese avalado la guardería sin poner el remedio preventivo fue parte medular de la investigación.

Además, la noción de que el Director del Instituto Mexicano del Seguro Social es directamente responsable de todas las acciones y omisiones de cada uno de los 400 mil empleados del Instituto es incompatible con el sentido común y con principios de derecho y de administración.

Esa noción de aceptarse implicaría culpar a personas por actos que no les son propios. Obviamente, la Corte rechazó ese absurdo.

Estas conclusiones son claras y explícitas en el dictamen de la Corte, que puede consultarse en el Diario Oficial de la Federación, del jueves 18 de noviembre de 2010, en su Tercera sección.

Reitero que desde hace un par de años se desahogan procesos penales que se encuentra avanzados. En la actualidad hay más de 20 personas siendo procesadas en siete causas penales por los delitos de ejercicio indebido del servicio público, homicidio culposo y lesiones culposas.

Algunas de ellas están en prisión, otras en libertad bajo caución, algunas de ellas han sido sentenciadas, otras aún no. Algunas podrán ser encontradas culpables, otras inocentes.

Yo ya declaré ante el Ministerio Público y expuse los argumentos de mi defensa, a la que tengo legítimo derecho.

Sostengo que todas las acciones que hubiesen podido evitar el siniestro estaban fuera de mi alcance legal y humano.

Ante las autoridades presenté la evidencia que sustenta mi inocencia. La verdad es que no existen elementos para consignarme por la comisión de delito alguno, y mucho menos para culparme de esa tragedia que tanto lamento.

Por ello, puedo afirmar que en mi caso no ha habido impunidad: ya fui acusado, investigado y juzgado en dos instancias. Ya  demostré mi inocencia.

Considero que justicia es dar a cada quien lo suyo y tan injusto es liberar a un culpable, como lo es castigar a un inocente. Ojalá  mis palabras se lean serenamente, sin pasiones ni rencores. Doy así testimonio de mis convicciones y explico las razones de mi conducta a lo largo de este episodio.

Importa que quienes contribuyen a formar opinión conozcan las razones de las autoridades judiciales para responsabilizar a varias personas, pero también eximir a otras de los cargos que les imputaron, pues la expresión de que nadie ha sido castigado o procesado por la tragedia no se ajusta a los hechos.

Ojalá estas palabras ayuden a entender mis decisiones y las razones de la Corte al exculparme en esta tragedia.

Finalmente, deseo reiterar mi respeto y solidaridad a todos aquellos que han sido gravemente lastimados por la tragedia de Hermosillo.

Reconozco en ellos y en especial a los padres de familias a personas que han logrado transformar su dolor en conciencia ciudadana que busca bienestar social.

Hago votos para que el consuelo y la reconciliación lleguen a sus corazones.

Muchas gracias

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