Milenio señala que el destino turístico, Bahía de Banderas, Nayarit, esta en manos de ítalo-canadienses, pues cada uno de los dueños se hizo “compadre” de al menos dos gobernadores de esta entidad, Celso Delgado y Ney González, quienes les dispensaron permisos de cambio de uso de suelo y estudios de impacto ambiental para hacerse dueños de calles, camellones, avenidas, playas y del inmenso mar nayarita.
Graziano Sovernigo Cavallín es el amo y señor del Paradise Village, de centros comerciales y financieros, de cientos de condominios, de campos de golf…
Para dar tranquilidad y paz a sus huéspedes, solo a ellos, se ha hecho de cuerpos de seguridad privada, mallas ciclónicas, bardas, plumas, casetas de vigilancia para que nadie pase por lo que dicen son sus calles, camellones, avenidas, playas, su mar. Ambos, pues, “bajo el amparo corruptor entre el poder político y empresarial”, acusa la asociación civil Mujeres en Defensa de Bahía de Banderas.
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