Bastó que los narcotraficantes colombianos supieran que el General colombiano Óscar Naranjo venía a México para que, según asegura él mismo, se desatara una campaña de desprestigio en su contra.
El asesor en materia de seguridad del Presidente electo Enrique Peña Nieto dio por primera vez desde la campaña presidencial, un discurso y una conferencia de prensa, pero esta vez lo hizo en su calidad de presidente del Instituto Latinoamericano de Ciudadanía creado por el Tecnológico de Monterrey y presentado ayer en el Primer Foro Global sobre Ciudadanía.
Naranjo, ex director de la Policía Nacional Colombiana, ha sido acusado por organizaciones ciudadanas y por la prensa de su país de favorecer a grupos relacionados al narcotráfico como las Autodefensas Unidas de Colombia o el Cartel del Norte del Valle. Esos señalamientos, afirmó ayer frente a los medios “para nada corresponden a la realidad”.
“Mi vida está respaldada en hechos y resultados. ¿Quién está interesado en que yo no trabaje por Latinoamérica? Si yo fuera un general cuestionado no hubiese acumulado los resultados que hemos alcanzado. No hubiese logrado la confianza de los gobiernos ni habría terminado con 83% de confiabilidad que me otorgaron mis compatriotas”.
Naranjo reconoció ante la prensa que ha tenido participación con instancias estadounidenses como la CIA (Agencia Central de Inteligencia por sus siglas en inglés) y la DEA (Administración de Vigilancia Contra las Drogas) y que esos vínculos son “públicos y notorios” por combatir un fenómeno transnacional como el narcotráfico.
“Estuve en coordinación no sólo con agencias norteamericanas, sino también de todo el mundo. Tengo relación con autoridades norteamericanas, europeas y del mundo entero”, dijo el general, quien en un principio se mostró reacio a contestar cualquier pregunta vinculada a su labor como asesor externo del próximo Presidente y a las acusaciones en su contra. Incluso pidió a los medios no distraerse en “afirmaciones que caen en el vacío y que bastaría contrastar con el sinnúmero de reconocimientos” que posee.
Sobre su trabajo para Peña Nieto, el General en retiro aseguró que no ha entregado ningún diagnóstico o plan en materia de seguridad, pues son mandatario elector y su equipo quienes están elaborando las aproximaciones.
‘No hay nada más odioso que un asesor externo’
Frente a empresarios y directivos del Sistema Tecnológico de Monterrey, Naranjo fue cuestionado sobre las posibilidades de que funcione en México el modelo colombiano de combate al narcotráfico, a lo que respondió que en el País se ha encontrado con la expresión “tropicalizar experiencias”.
“La comparto totalmente porque me ha permitido decirle a mis buenos amigos en México que no hay nada más odioso que un asesor externo. Yo los padecí. Yo los viví. En los peores momentos, cuando parecíamos ir al abismo de un estado fallido, por mi país desfilaron cualquier tipo de asesores”, dijo Naranjo en un tono más relajado que prevaleció a lo largo de su discurso.
Sobre su perfil como ex director de la Policía Nacional Colombiana y su tarea frente al Instituto Latinoamericano de Ciudadanía, el asesor descartó que ambas tareas sean incompatibles.
“Nada más ciudadano que un policía (…) el policía es el buen gobierno en las calles, por lo tanto no resulta contradictorio. Lo que está resultando contradictorio es que hay una visión polarizante”.
En su discurso también aseguró que le duele la estigmatización de las autoridades en México que son vistas como corruptas.
“Hay un proceso para vencer esa estigmatización: Es que cualquiera. Ya sean policías, jueces, militares, alcaldes, gobernadores o secretarios, se acerquen en un diálogo humaniado con los ciudadanos y rindan cuentas”.
Naranjo aseguró también que es necesaria “una nueva narrativa” que pague la voz de los victimarios y eleve la de las víctimas.
“Hoy en Latinoamérica la agenda pública está en manos de los victimarios. Ellos son la noticia, los que nos impactan diariamente. Ellos son los que crean condiciones y estados de ánimo y no nosotros. Mucho menos las víctimas”.
