Después de ocho meses de estar preso en el Reclusorio Sur acusado de robar una casa a mano armada, crimen que no cometió, el joven Salvador Larios fue liberado la madrugada de este miércoles.
Fue ayer martes en la madrugada cuando la Séptima Sala Penal revocó la sentencia que el Juez 64 Penal le impuso a Larios: 14 años y 3 meses de prisión por robo agravado.
Según Reforma, Salvador Larios, mercadólogo de 27 años egresado de la universidad Anáhuac del Sur, por fin ya está en su casa.
El robo que Salvador no cometió
A Salvador se le acusó de robar a mano armada una casa ubicada en el Fraccionamiento Club de Golf México. Según las autoridades, el asalto se llevó a cabo a las 12:30 horas del 29 de agosto de 2011. Sí, cinco meses antes de que el joven mercadólogo fuera detenido.
El día que lo detuvieron fue el 24 de enero de 2012, cuando iba a trabajar. A Salvador lo capturaron ilegalmente -sin orden de presentación y tampoco de aprehensión- agentes del Ministerio Público de la Delegación Tlalpan por la supuesta comisión del “delito de robo a mano armada a casa habitación y violación en grado de tentativa”.
Las irregularidades del caso
Desde que se tuvo noticia de la detención de Salvador Larios, su familia denunció que no sólo lo aprehendieron de manera ilegal, sino que los delitos que se le imputaban derivaron de una falsa acusación en su contra.
Además, durante los cinco meses que pasaron de la comisión del delito a la aprehensión, ni Salvador, ni su familia, amigos o conocidos, supieron de la supuesta averiguación previa.
Otra de las irregularidades es que la supuesta denuncia fue presentada por el dueño de la casa robada y cónyuge de la víctima a la que supuestamente Salvador intentó violar.
Sin embargo, las descripciones fisonómicas de los presuntos delincuentes proporcionadas por las agraviadas –la dueña de la casa y dos trabajadoras- “no coinciden en nada con el aspecto físico de Salvador; y menos aún con el supuesto acento sudamericano que dicen reconocer de quienes cometieron la fechoría”.
En el mismo lugar, pero NO a la misma hora
En las videograbaciones que presentaron como pruebas aparece que Salvador Larios estuvo el día del robo en el Fraccionamiento Club de Golf México. La cosa es que el joven mercadólogo estuvo ahí a las 20:37 horas, es decir, ocho horas después de que se cometiera el delito.
La razón por la que Salvador estuvo en ese fraccionamiento ese día fue porque regularmente se reunía con su amigo José Gómez Castillo, quien habita ahí, para partidos de póker.
A pesar de toda la evidencia videograbada, la familia denunció que “el personal de vigilancia del fraccionamiento nos comentó haber recibido presiones por parte de los agraviados para incriminar a Salvador”.
Más irregularidades, pero ahora en las audiencias
En la página www.salvadorlarioslibre.org, la cual fue habilitada por los familiares del joven, se describe que en la primera audiencia se desahogaron pruebas testimoniales que acreditaban “plenamente” que Salvador no se encontraba en el lugar de los hechos el día y hora en las que se cometió el delito y que, sin embargo, no se pudieron desahogar las demás pruebas aportadas que demostraban su inocencia.
Ese día la resolución fue desfavorable: le dictaron auto de formal prisión a Salvador.
La segunda audiencia, donde, según los familiares del joven, los acusadores se tenían que haber presentado, se aplazó “en virtud de vicios en las notificaciones a los agraviados, quienes presumiblemente se escondieron, circunstancia que se infiere del hecho que una vez notificados correctamente, no asistieron al desahogo de las pruebas documentales y testimoniales”.
En la tercera audiencia sólo se presentaron el abogado de los acusadores y las dos trabajadoras domésticas, a quienes no se les tomó declaración “en virtud de la ausencia de sus patrones”.
Y en la última audiencia, los agraviados sí se presentaron “apercibidos de arresto en caso de no presentarse”. No obstante, se desahogó ilegalmente a puerta cerrada, “violación adicional a los derechos de Salvador”.
