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Sensualidad, sexo y baños turcos
Sensualidad, sexo y baños turcos
9 minutos de lectura
Sensualidad, sexo y baños turcos
25 de noviembre, 2012
Por: Blanca Granados
@WikiRamos 

En 2009, el crítico de cine y programador argentino Roger Koza invitó a Carlos Reygadas a un festival en Israel. De ahí se volvieron amigos. “El tipo de amistad que puede haber entre un crítico y un cineasta”, dice Koza, “donde está implícito que si no me gusta alguna de sus películas, respeto mi propio criterio”.

Roger viajó a México exclusivamente para ver uno de los primeros cortes de Post Tenebras Lux en la casa de Reygadas. Y se la aventó dos veces de corrido.

Él sólo tenía una duda: “Cuando me enteré que había una orgía en la película, temí lo peor. El gran problema que Reygadas podría enfrentar es tener un plan vinculado a la provocación. Cuando los cineastas empiezan a pensarse a sí mismos como artistas de la provocación terminan haciendo malas películas”.

“El modo de filmar las escenas del baño turco demuestran el progreso de Carlos como cineasta y su manejo extraordinario de la puesta en escena. Vuelve a hablar de sexo, pero lo ha conjurado de la sordidez de Japón, donde el sexo todavía funciona secretamente como un lugar de provocación; en Batalla en el cielo, empezar con una mamada y terminar con una mamada… no me parecerían escenas estrictamente orgánicas a la película. En Luz silenciosa la escena sexual ya es extraordinaria porque encuentra la distancia justa para filmarla.

“En PTL conjura la sordidez y la provocación, lo que le permite encontrar una legítima manera de explorar dentro de una pareja que agotó su deseo, lo que sucedería si se abren a la experiencia de una orgía. Si funciona o no, no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que la escena está hecha con una ternura extraordinaria”.

Como escribió en su reseña sobre la película: “Post Tenebras Lux posee una virtud comprobable y casi del orden de lo objetivo: no se parece a nada, no le debe nada a nadie”.

// Foto: Escena de Post Tenebras Lux

¿Quién diablos es Reygadas?

Michel Lipkes era estudiante del CCC (Centro de Capacitación Cinematográfica) cuando apareció Reygadas sin previo, de repente. “Nadie sabía nada de él porque no venía de las escuelas de cine, en la época la mayoría de los cineastas salían del CUEC o del CCC, y Reygadas prácticamente ni estudió cine, hizo algunos cortos y luego hizo Japón. Yo estaba muy intrigado. ¿Qué era esa película y quién era este personaje?”.

Reygadas habla de México sin sentimentalismos ni clichés. Retrata un México lleno de matices, de contradicciones.

“Yo creo que con excepción de Luz silenciosa, sus películas intentan definir la cultura mexicana de manera puramente cinematográfica”, dice Lipkes, director y programador de cine. “Ha logrado como nadie hoy en día definir y filmar México en su esencia. Creo que la cultura mexicana es tan desbordante y tan cinematográfica que hay que ser así de radical como Reygadas para lograr poseerla”.

-Carlos, me parece que otra obsesión de tu cine es explicar México. Incluso me hace pensar a veces en El Laberinto de la Soledad, en esta idea de narrar un país. ¿Qué piensas al respecto?

-Probablemente hay algo de eso, no eres la primera persona que me lo pregunta, pero yo la diferencia que marcaría es que Octavio Paz vivió en el siglo XX, un siglo interesado con el tema de la identidad. En ese sentido a mí no me interesa describir México como tal. Yo quiero hablar de la existencia, pero obviamente no puedo tratar de explicar cómo es la existencia para un ucraniano. La forma de ser que yo conozco es la del centro de México porque aquí nací, aquí vivo y esto es lo que conozco; pero yo trato de hablar de mi vida, de lo que está alrededor de mí y como una especie de sub producto hay una explicación de México, pero ese tema de la identidad no me interesa. Yo sólo trato de ser fiel en lo que percibo para evitar una serie de a priori o de los prejuicios de lo que se supone es el país y casi siempre estoy en desacuerdo con esos prejuicios, lo que evidentemente se nota en las películas.

-¿Por ejemplo?

-Pues el mexicano como este hombre trabajador que se esfuerza y tiene mucho humor, que las cosas se salen mal pero siempre está alegre, todo este tipo de estereotipos que se ven en las películas de mexicanos y que son puros clichés. Estas películas como El Infierno, eso es cosa del siglo XX de lo que se supone es el mexicano, pero la realidad ese tipo de mexicanos no los conozco, o no los he visto.

La toma de Cannes

La estrategia de festivales es fundamental para poner una película en el mapa. Cannes es un festival de estrenos mundiales, un festival en el que es casi imposible que se proyecte una película que ya se han estrenado. Pero no sólo entre los festivales hay jerarquías, dentro de cada festival, las secciones también son rangos que tienen que ver con la importancia de la película, pero también con el poder y el prestigio de los directores.

Pocos conocen el tras bambalinas de este entramado mundo del cine como Jean Christophe Berjo, crítico y programador de cine francés, ahora radicado en México, y quien fue muchos años director artístico de La Semana de la Crítica, sección paralela del festival de Cannes.

Jean Christophe estuvo en la función de prensa de PTL en Cannes, de la que tanto se ha hablado por los famosos abucheos. Para él, la reacción no fue un rechazo, sino un mal entendido.

“Hay que matizar esta reacción”, dice. “La prensa estaba sin brújula y esto tiene que ver con que no hay resolución de las cosas. Entonces hubo una especie de rabia, pero hay que matizar, porque es una peli magnífica, muy fuerte, muy importante, sobre todo.

“Carlos retocó la película después del premio, eso nos habla mucho de su inteligencia, de su lucidez, porque siempre retoca sus ediciones después de Cannes. Quizás esta vez si no hubiera tenido un premio, por terco, por orgullo no la hubiera reeditado, pero con el premio pudo retocar. ¿Ves la capacidad de recibir, ves la lucidez? No es una postura de me vale madres. Habla de un director que está totalmente abierto, que sabe a dónde quiere ir y cómo lo quiere hacer, pero sigue abierto. Y esa es marca de Maestro y no de mamón”.

// Foto: Escena de Post Tenebras Lux.

-Carlos, PTL rompe totalmente con la narrativa tradicional. ¿Crees que sea tu película más arriesgada?

-Puede ser, pero yo la llamaría mi película más heterodoxa, no la llamaría mi película más arriesgada, porque yo no arriesgo nada. Esto puede parecer una declaración vacía, pero es una cuestión fundamental de por qué hago películas y por qué mis películas son como son: porque no arriesgo absolutamente nada. No tengo ninguna posición que sostener. Alguien dijo ‘Uy… este güey echó toda su reputación a la basura con esta película tan loca’ ¡¿Qué reputación?! ¡Por favor! Yo hago las cosas por gusto, por intuición, por necesidad personal. No soy un calculador ni un comerciante. Jamás usaría la palabra arriesgada. No tengo nada qué perder. Ese es mi punto. Y mis películas no son caras, están dentro de una lógica económica, yo vivo en un mundo razonable en ese sentido. Mis películas recuperan un poquito más de lo que cuestan. Entonces puedo seguirlas haciendo. No arriesgo nada.

-¿Te ves haciendo otro tipo de cine? ¿Filmando un proyecto de otro, por ejemplo?

-En principio no me interesa en lo más mínimo. No es lo que  yo hago, no es a lo que yo me dedico, no es lo que me llama la atención. Hacer una película es una cosa muy difícil, muy estresante, como para cumplir los sueños de otro. No, no me interesa en lo más mínimo. Prefiero hacer otra cosa. Igual hasta abro de nuevo un despacho de abogados para ver qué onda, a lo mejor eso sí lo podría hacer.

-¿Lo extrañas?

-No, no lo extraño, pero lo vería más lógico. Si te fijas bien hay sólo dos razones para hacer cine: para hacer dinero, y por eso les pagan un montón a muchos directores, o porque es algo muy personal, como lo es para mí. Porque es un trabajo muy absorbente, muy exigente, y la verdad, si no es porque te da muchísimo dinero o porque es parte de tu necesidad y de tu ser, no hay por qué hacerlo. Y como a mí no me interesa muchísimo el dinero…

De audiencias y serpentólogos

El día de la entrevista, la señal de Skype estaba pésima, así que decidimos quitar el video y dejar sólo el audio. Yo seguía escuchando al fondo a los niños y los ruidos de la casa.

-Carlos, en Francia eres adorado, en México creo que la cosa es un poco distinta. ¿Qué piensas de la audiencia en México?

-Yo no creo que existe tal cosa como la audiencia, esa es una abstracción absurda de los comerciantes. Lo que existe son una serie de individuos cada uno con su propia mente, su propio corazón y sus propias ideas…

(“Papi”, se oye la voz un niño. Es  Eleazar, su hijo de tres años. “Dame un segundo que está aquí Eleazar y le tengo que decir algo: ¿Qué pasó amor?, ¿Qué quieres rey?  ¿Quieres uno del Hombre Araña?”.  “No, de los Avengers”. “Escúchame bien, mi cielo, estoy acabando una entrevista con Blanca que está en Canadá, tengo que hacerla ¿okey? Me quedan como unos 15 minutos, y después puedes ver un video de los Avengers, ¿te late? Ahorita puedes salir a correr
allá afuera, hacer triciclo o quedarte por aquí, ahoritita te lo pongo, ¿sale amor?”)

-… El problema es pensar que las cosas son para que le gusten a todo el mundo. Es como en la naturaleza, nadie se cuestiona, por ejemplo, que existan las serpientes. Algunos se preguntarían: ¿Qué tienen que hacer aquí si no le gustan a nadie? Y desde luego que hay un grupo, algunos serpentólogos o como se llamen a los que les encantan, que las acarician, las besan y, seguro, hasta se duermen con ellas (aquí cambia totalmente el tono de la narración… parece que está contando un cuento justo para otra audiencia. Me temo que Eleazar sigue por ahí y este cuento va también un poco para él). Pero tienen todo el derecho a existir y enriquecen la vida en la tierra. No creo que todas las cosas le deban gustar a todo el mundo. Desde luego, que las computadoras, los coches, el papel de baño sí hay que tratar de hacerlo para que le gusten a la mayoría, ahí sí funciona la abstracción del público; pero no funciona en la expresión artística, eso es una estupidez. Cada vez que veo esas listas de las mejores películas de todos los tiempos siempre sale El Padrino y a mí ni me gusta ni me interesa en lo más mínimo. Entonces nunca me ha preocupado ese tema. Confío que lo que me gusta a mí honestamente siempre le va a gustar a algunos otros, a veces serán muchos a veces serán menos, pero eso no importa. Lo importante es compartir, lo importante es dar un poco a los demás y ya está. Como no soy un comerciante, ese tema no me parece interesante.

-¿Ni como productor de tus propias películas?

-No, claro que no, porque yo soy un productor que no es un comerciante, yo soy un productor que quiere compartir, que quiere darle algo a otros, y ya está.

En ese momento ponemos el video de nuevo. Eleazar sigue por ahí y quiere despedirse. Ahí está divino con su camiseta de Batman y una sonrisa enorme. Feliz porque, por fin, ya le van a poner su video de los Avengers.

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