Durante su exitosa campaña del año 2010 para gobernador de Florida, el republicano Rick Scott adoptó un perro Labrador adiestrado para rescates y decidió llamarlo Reagan.
Junto a su nueva mascota, el candidato recorrió cientos de kilómetros, expuso sus propuestas, ganó la elección y se convirtió en mandatario de uno de los estados más importantes de Estados Unidos. Hasta ahí todo bien. Sin embargo, tiempo después de la votación algunos medios estadounidenses se preguntan qué pasó con aquel perro labrador que acompañó a Scott en su travesía hasta la gubernatura.
“¿Dónde diablos está Reagan? ¿El perro entró en el programa de protección de testigos?”, se pregunta The Tampa Bay Times, diario que se comprometió a averiguar -y lo hizo- lo sucedido con Reagan.
En este sentido, el portal de noticias de Yahoo señala que los periodistas se dieron cuenta de que ‘Reagan’ no se había visto desde principios de 2011 y comenzaron a pedir respuestas en una investigación del tipo ‘Watergate’ al personal del gobernador… aunque no obtuvieron respuestas.
Ante tal situación los reporteros comenzaron a perseguir la historia del perro Reagan, y Brian Burgess, quien se desempeñó como director de comunicación durante la campaña de Scott y ahora trabaja para el Partido Republicano de Florida, se dedicó a esquivar las preguntas.
“En un momento un periodista le preguntó exasperado a Burgess si él había matado al perro“, escribió el Tampa Bay Times, “y Burgess negó haberlo hecho, aunque no dijo dónde estaba Reagan”.
Finalmente, los reporteros preguntaron al gobernador Scott Reagan, y éste, ante el temor de un escándalo que afectara a su imagen pública, admitió que el perro adoptado tuvo que ser regresado. “Él era un perro de rescate, y no podía estar cerca de alguien que llevara nada”, señaló el gobernador, quien justificó su decisión alegando que Reagan “asustó” al personal que labora en su mansión.
Con información de Yahoo News y The Tampa Bay Times
