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Cinco “audacias” que México debe emprender para ser relevante en el mundo
Cinco “audacias” que México debe emprender para ser relevante en el mundo
6 minutos de lectura
Cinco “audacias” que México debe emprender para ser relevante en el mundo
08 de enero, 2013
Por: Dulce Ramos (@WikiRamos)
@WikiRamos 

México necesita una política exterior audaz, proactiva y multidimensional si aspira, como propuso Enrique Peña Nieto en su discurso de toma de posesión, a ser un país con “participación propositiva en el mundo”.

En la Reunión de Embajadores y Cónsules -en la que desde hace 24 años se delinea la relación de México con el mundo frente al cuerpo diplomático nacional– el Secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade Kuribreña retomó las ideas del Presidente sobre la necesidad de que el país tenga “una diplomacia moderna e innovadora”.

Si bien el Canciller se pronunció porque México sea un país “arrojado” y “preparado para triunfar”, fue conservador en nombrar las estrategias que seguirán para lograrlo, y aunque tuvo un discurso institucional ante los representantes de México en los 193 países con los que tiene relación, quienes pusieron sobre la mesa los temas en que México debe ser  “menos cuidadoso y más asertivo” fueron actores ajenos al Gobierno.

José Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE, Jaime Zabludovsky, Presidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, el internacionalista Gabriel Guerra Castellanos y el director general de Cinépolis, Alejandro Magaña, nombraron ante los diplomáticos los siguientes retos.

1. Dejar de ver a China como enemigo

Con la controversia por la intención de que China establezca en Cancún su mayor centro comercial en el extranjero, y la amenaza que representa para empresarios mexicanos la entrada de productos baratos manufacturados en el país asiático, los expertos en materia internacional creen que la manera de conducirse ante el ‘dragón’ debe dar un giro.

“(El país) tiene que cambiar de una política defensiva orientada a impedir o a complicar el comercio y la inversión entre ambos países, a una relación más madura y más importante”, dijo el Embajador Eminente Andrés Rozental, moderador del panel ‘México como actor con responsabilidad global’.

En el mismo sentido, Guerra Castellanos reconoció que México sólo ha enfrentado el “reto chino”  con un discurso defensivo y con un enfoque de “enemigo importador”, sin entender el enorme potencial que tendría una relación con ellos como “amigos o asociados”.

2. Superar la política exterior monotemática

En la segunda mitad de los 90, la política exterior de México se concentró en hacer realidad el libre comercio con Estados Unidos. Cuando entró el 2000, persiguió una reforma migratoria en el vecino país del norte que beneficiara a los migrantes mexicanos, y a partir de la siguiente década, el tema rector fue el crimen organizado y la seguridad.

“Nos hemos vuelto monotemáticos y monogeográficos”, apunta Guerra Castellanos. Si bien Estados Unidos, por cuestiones geopolíticas, siempre tendrá el mayor peso en las relaciones exteriores,  México se ha olvidado de su responsabilidad con la región y con el mundo que está desarrollándose.

Ampliar los temas de política exterior no sólo colocaría al país frente a sus responsabilidades en América Latina, sino que, también, en consideración del Secretario General de la OCDE, José Ángel Gurría, permite que la imagen de México no gire sólo en torno a la violencia.

“Si tomamos los últimos seis meses, ha habido un cambio dramático en la imagen de México. Ya el tema del crimen organizado y de la violencia ha sido puesto al mismo nivel que las ventajas que tiene México”. Esos visos de cambio, según Gurría, se deben a que el país ha comenzado a “sacarle jugo” a sus ventajas comparativas, como el Pacto por México, que ha comprometido a distintas fuerzas políticas.

3. Abrirse a la competencia.

La apertura a la competencia es para México “una profesión de fe”, según Gurría. En los organismos internacionales el país pugna por ella, mientras que, al interior, los ciudadanos deben comprar bienes y servicios hasta con 40% de sobreprecio.

Abrirse a la competencia permite dinamizar los mercados. El Presidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi), Jaime Zabludovsky, lo expresó con el corolario “para que a México le vaya bien, necesitamos que al mundo le vaya bien”.

Cinépolis, empresa de exhibición cinematográfica que dirige Alejandro Ramírez Magaña, es una de las empresas mexicanas que, hasta el tercer trimestre de 2012, invirtieron más de 16 mil millones de dólares fuera de México. El empresario, presente en la Reunión de Embajadores aseguró que su caso es muestra del potencial de las empresas mexicanas ante el mundo.

Para el embajador Rozental, la “audacia” del sector privado, que ha hecho esfuerzos para  competir en el mundo global, es un aspecto a emular en la política exterior del país.

4. Resolver la vulnerabilidad

“Un país que tiene la cuarta parte de la población en pobreza extrema, y que 40% de sus ingresos dependen del petróleo, no puede pretender tener un enorme impacto mundial en virtud de su propia vulnerabilidad”.

Gurría reconoció que, actualmente, México es uno de los países más abiertos al exterior, participativo en las soluciones  y que, además, ha logrado que sus finanzas públicas estén bajo control y que la inflación ya no sea una amenaza, sin embargo, no puede darse el lujo de ser complaciente.

Para una presencia en el mundo “con más impacto”, México debe aumentar sus ingresos, agregó el Secretario General de la OCDE.

“El éxito y la relevancia vienen de México pueda lidiar primero con sus propios problemas”.


5.
Arrojo en las negociaciones comerciales y energéticas

Cuando en 2002, Chile, Nueva Zelanda y Singapur comenzaron a negociar el Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica (TPP por sus siglas en inglés), rumbo a lograr que se eliminara el 90% de los aranceles entre ellos, México desdeñó una oportunidad para expandirse. No fue sino hasta que Estados Unidos se sumó a las negociaciones cuando el país lo tomó en cuenta y finalmente, el año pasado, entró a las pláticas como miembro de la APEC.

“México no puede darse el lujo de no estar en cualquier negociación en la que esté Estados Unidos. Si pretendemos ser parte de la cadena productiva de América del Norte tenemos que vistos por inversionistas extranjeros en igualdad de circunstancias frente a Estados Unidos”, afirrmó Zabludovsky.

Aún más arriesgado, pero posible, sería que México intente ‘subir’ a Colombia al TPP pese a que no forma parte de la APEC o incluso, a los países de Centroamérica.

Circunstancias similares enfrenta México en terrenos como la energía. Países petroleros como Noruega toman decisiones en la política energética internacional por ser parte de la Agencia Internacional de Energía. México, no puede sentarse en el organismo sino como observador o invitado, por tanto, pese a la importancia del energético en su economía, no puede entra en decisiones internacionales de alto nivel.

En cooperación internacional también se enfrenta ese reto. Según Gurría, con la asistencia que México da a otros países, podría aspirar a ser parte del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE y ser parte de los que deciden cómo se usa el dinero que se destina a los países más vulnerables del mundo. No es solo hacerlo porque está en posibilidades, sino porque sería parte de las definiciones mundiales. “México estaría adentro de la cocina”.

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