Reforma publica que la Oficina de Comunicación Social de la Presidencia aclaró la noche del 17 de enero que, pese a que la flota internacional del Boeing Dreamliner 787 está en tierra para ser revisada como consecuencia de las fallas que se ha observado en los últimos días en varios de esos aviones, la adquisición de esa aeronave se mantiene conforme a lo previsto para que sea usada por el Presidente Enrique Peña Nieto.
Asimismo, reporta el diario, que fuentes oficiales de la Secretaría de la Defensa también confirmaron que la adquisición sigue adelante, pues el contrato ya está firmado desde noviembre pasado.
Por ahora, la Secretaría de la Defensa Nacional no cuenta con el avión, ya que aún está en construcción y se prevé su entrega en 2015.
Las fuentes indicaron que serán las organizaciones internacionales de aviación las que certifiquen la aeronave.
Actualmente, la Presidencia de la República utiliza el TP-01, un Boeing con capacidad para 66 pasajeros que data de 1987, y el TP-02, otro Boeing con capacidad para 68 pasajeros, de 1989, los cuales tienen que hacer escala para vuelos trasatlánticos.
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El 17 de enero de 2013 se dio a conocer que los problemas del avión Boeing 787 Dreamliner se agudizaron luego de que autoridades federales de Estados Unidos, Europa, India y dos aerolíneas japonesas ordenaron mantener en tierra temporalmente esas aeronaves, tras una serie de fallas.
En contraparte, la aerolíena mexicana Aeroméxico confirmó el mismo 17 de enero que mantenía su decisión de incorporar 19 equipos Boeing 787 Dreamliner a su flota, pues tiene absoluta confianza en la compañía Boeing y en todos sus productos, señaló la compañía.
La decisión de las aerolíneas japonesas y de la Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés) de mantener en tierra ese modelo de avión, se presentó después de un aterrizaje de emergencia en Japón el miércoles por la madrugada. Mismo que llevó a las aerolíneas niponas ANA y Japan Airlines a suspender temporalmente los vuelos con sus Boeing 787.
Esté incidente se suma a otros seis registrados en Japón desde el pasado 7 de enero y dos más reportados en aeropuertos de Estados Unidos, país que encargó una investigación sobre la seguridad de este modelo de avión.
Ante el más reciente incidente, las autoridades federales de Estados Unidos ordenaron el miércoles 16 de enero mantener en tierra temporalmente los aviones Boeing 787 que vuelan en el espacio norteamericano mientras se investigan las baterías del avión, aparentemente relacionadas con varios incendios recientes.
El nuevo avión presidencial
En julio pasado la Sedena presentó un proyecto para la compra de un nuevo avión modelo Boeing 787 Dreamliner para sustituir al actual avión presidencial TP 01 que es un Boeing 757 construido en 1987.
En un primer proyecto, presentado en julio pasado, la Sedena cotizó en 9 mil millones de pesos (750 millones de dólares) la compra del nuevo avión presidencial, cuyo visible mayor atributo es evitar escalas para recargar combustible en viajes largos.
En un inicio, la Sedena justificó su intención de comprar el avión trasatlántico argumentando que respondía al “cumplimiento de un exhorto del Congreso de la Unión” para “renovar la flota aérea a cargo de la Fuerza Aérea Mexicana”.
Para diciembre pasado la Sedena oficializó el proyecto de compra de la nueva aeronave por un total de 6 mil 308 millones de pesos.
La Sedena confirmó la compra de la nueva aeronave presidencial en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2013, presentado por la Secretaría de Hacienda a la Cámara de Diputados el pasado viernes 7 de diciembre.
El plan para la compra del avión que sustituirá al actual el TP 01 quedó oficializada como uno de los proyectos de inversión de la Defensa Nacional para el 2013, bajo el nombre de “Adquisición de una Aeronave de Transporte Estratégico para uso Presidencial y del Estado Mayor” con la clave 12071320003.
