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El riesgo de la justicia popular en México
El riesgo de la justicia popular en México
4 minutos de lectura
El riesgo de la justicia popular en México
22 de febrero, 2013
Por: Alberto Nájar, BBC Mundo.
@WikiRamos 
Foto: Cuartoscuro.
Foto: Cuartoscuro.

Es uno de los problemas que más alarma a las autoridades de México: debido a la guerra contra el narcotráfico, en decenas de comunidades de varios estados se han creado grupos de autodefensa, que ante la ausencia de policías regulares tratan de protegerse de bandas criminales.

En algunos casos, como en Guerrero, se trata de grupos similares a la Policía Comuntaria que funciona legalmente desde 1995 en la región montañosa del estado, en el sur del país.

Pero en otros, las autodefensas son campesinos armados y sin entrenamiento, que establecen puestos de revisión en los caminos de acceso a sus comunidades, e incluso emprenden juicios populares contra las personas que han detenido.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), advierte que el problema puede salirse de control.

“Existe una línea muy tenue entre estas organizaciones de autodefensa y los grupos paramilitares”, advierte en un comunicado.

Los promotores de estos grupos rechazan la posición de la CNDH. No son grupos paramilitares, afirman, sino ciudadanos que no tienen otra alternativa ante la violencia que padecen.

“La gente está harta de todo tipo de autoridad y del abandono del Estado mexicano a Guerrero, al que hace tiempo que no voltea a ver”, le dice a BBC Mundo Bruno Plácido, líder de la Unión de Pueblos Organizados del Estado de Guerrero (UPOEG), responsable de crear algunas guardias comunitarias.

“Las instituciones de seguridad y justicia en el país no tienen credibilidad, y por eso los ciudadanos ya no hacen denuncias. La delincuencia ha crecido con la tolerancia del Estado y eso obligó al pueblo a tomar su autodefensa”.

Policía Comunitaria

El primer grupo de autodefensa surgió en el municipio de Ayutla de los Libres, en Guerrero, una región que desde hace varias décadas padece violencia, que se agudizó en los últimos años por los carteles de narcotráfico.

En esa zona la UPOEG capturó a 54 personas, a quienes acusó de secuestros, homicidios y extorsiones. Los detenidos fueron sometidos a un juicio popular, el cual todavía no concluye a pesar de que once de ellos fueron entregados al gobierno estatal.

Los grupos de autodefensa de Ayutla de los Libres es una réplica de la Policía Comunitaria, que surgió hace 17 años en la región de la Montaña y la Costa Chica de Guerrero.

Aunque esta corporación fue creada como una respuesta a la ola de violencia, en realidad se basa en el sistema de usos y costumbres que existe en muchas comunidades indígenas, que tienen sus propias reglas de seguridad y aplicación de justicia.

La Policía Comunitaria fue reconocida legalmente desde hace varios años, e incluso de acuerdo con sus promotores y especialistas es una respuesta más efectiva contra la delincuencia que la aplicada por las corporaciones tradicionales.

Las autodefensas que creó la UPOEG pretenden seguir el mismo camino: no sólo se integraron con personas elegidas en los pueblos, sino que las sanciones que pretenden aplicar son muy similares.

En algunos casos, por ejemplo, los acusados de cometer delitos serían re educados por las comunidades, además que el castigo se aplicaría también a sus familias, a quienes se considera responsables de la mala conducta.

“Se inspiran en este modelo, porque ven que ha resuelto problemas importantes para las comunidades”, explica a BBC Mundo María Teresa Sierra, académica del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas).

“Garantizan el debido proceso, hacen justicia con juicios orales, toman en cuenta las voces de las personas involucradas y quienes son culpables los mandan a un proceso de re educación”.

Futuro

Las autodefensas se multiplicaron en pocas semanas. Hasta ahora existen al menos 36 de estos grupos en ocho estados del país, y en sitios tan diversos como Oaxaca y Guerrero, en el sur, así como en Chihuahua en el norte, o en Morelos, en la región central.

En algunos casos la instalación no ha sido fácil. En Tejupilco, Estado de México, el Frente Popular Campesino Francisco Villa pretendía crear algunos grupos, pero su líder local, Luis Enrique Granillo, fue secuestrado.

La organización decidió entonces posponer la instalación de las autodefensas. En otros sitios, en cambio, sí han prosperado, sobre todo por la falta de castigo a los delincuentes, reconoce la CNDH.

Un punto donde coincide el líder de la UPOEG. “Las comunidades piden que no dejen salir de la cárcel a los detenidos, porque el problema que tenemos en México es que las autoridades de justicia liberan a los delincuentes”, explica Bruno Plácido.

Por lo pronto, el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, anunció que regularizarán a los grupos de autodefensa para evitar que se cometan excesos, aunque hasta ahora no está claro si eso significa que se conviertan en corporaciones similares a la Policía Comunitaria de Guerrero.

Para algunos especialistas el reconocimiento oficial de las autodefensas es un camino arriesgado, pues en países donde se aplicó este sistema, como en Colombia, el resultado fue desastroso.

La investigadora Teresa Sierra no ve esta posibilidad en México, pues las comunidades donde existen -recuerda- y la cultura indígena que tienen son elementos fundamentales para evitar que se salgan de control.

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