Por: Maribel Ruvalcaba
Soy una profesora de educación pública en secundaria, en el municipio de Tenamaxtlán Jalisco. Tengo 28 años, 2 de servicio, y soy egresada de la Escuela Normal Superior de Jalisco.
Mucho se ha comentado sobre la Reforma Educativa, sin embargo no tengo conocimiento sobre si hubo maestros (de los que están frente a grupo, no los de escritorio) que participarán en ella. La leí y no encontré nada que, en verdad, pueda cambiar la educación en el país, pero sí puede cambiar mucho la percepción que tiene la ciudadanía del maestro.
Mucho se habla de los maestros; los paristas, Elba Esther, las vacaciones, pero nadie habla de la responsabilidad del padre de familia en la educación. Un hijo que ha sido educado en casa y que tiene padres que ponen disciplina, están al pendiente de ellos, que se involucran con la escuela y que están conscientes que sus hijos son el reflejo de los padres y no de la escuela, son alumnos sobresalientes, alumnos que obtienen los mayores puntajes en la prueba enlace. Niños y jóvenes que te piden trabajo extra, que te solicitan un libro que leer, que ayudan a sus compañeros y que no se meten en problemas.
La calidad de la educación comienza en casa. Jamás me imaginé lo frustrante que es compartir conocimientos con adolescentes. Si no se cuenta con la vocación entonces el ruido, las peleas entre ellos, los marcadores perdidos, las llantas sin aire, e incluso las insinuaciones sexuales te pueden hacer dejar el trabajo.
Dejando de lado el mundo perfecto donde los padres educan a sus hijos y los mestros sólo enseñamos contenidos, los problemas son muchos y como docente frente a grupo tengo una idea de cómo poder mejorarlos:
Son muchas las opciones para mejorar la educación, aunque a mí sólo se me ocurren estas opciones, y cambiar la programación de televisión abierta, aunque es más fácil tener mejores padres de familia.