En la próxima elección que definirá la Alcaldía de París, sólo una cosa es segura: Por primera vez en la historia de la capital francesa, la ganadora será una mujer.
La disputa se dará entre Anne Hidalgo, por el Partido Socialista, quien fuera designada como “heredera” por el actual alcalde Bertrand Delanoe; mientras que por el UMP (Union pour un Mouvement Populaire), el partido de derecha, todo apunta a que la candidata será Nathalie Kosciusko-Morizet, o NKM como se le conoce, aunque esto aún tiene que decidirse en las primarias conservadoras que comenzarán este viernes 31 de mayo.
En ciertos rubros, ambas comparten muchas posiciones. Por ejemplo, ambas apoyan el establecimiento de viviendas públicas, conscientes de que París es una de las ciudades más caras del mundo. Ambas han vociferado su preocupación por los vehículos diesel y ambas están a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Sin embargo, las candidatas divergen en temas como seguridad y turismo en la capital. En el último rubro, tienen visiones muy diferentes de cómo debe servir París a sus 2,3 millones de habitantes y a los 29 millones de personas que la visitan cada año.
Kosciusko-Morizet ha propuesto que las tiendas ubicadas en las principales zonas turísticas de la ciudad abran los domingos, argumentando que París está perdiendo grupos de viajeros frente a Londres los fines de semana debido a los requisitos de que las tiendas cierren por un día. También quiere acabar con los carteristas que pululan en el metro y las principales atracciones turísticas, como el Louvre y la Torre Eiffel.
Hidalgo, por su parte, dice que el sistema francés funciona para sus residentes, y que no quiere que París, que prácticamente se paraliza los domingos y por las noches, “parezca una ciudad anglosajona que trabaja las 24 horas del día”.
La encuesta de Brecha Global de Género 2012 de la ONU colocó a Francia en el lugar 63 del mundo, entre Etiopía y Chile.
En el año 2000, Francia aprobó una ley que obliga a la paridad de género entre los candidatos. Sin embargo, sólo cinco de las 40 ciudades de Francia con una población superior a los 100 mil habitantes tienen alcaldesas, prueba de la dificultad que las mujeres de aquel país encaran para conseguir puestos políticos.
