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Sandra Ávila Beltrán, conocida como “La Reina del Pacífico”, se encuentra en una cárcel de El Paso, Texas, a la espera de su inminente deportación a México, que podría ocurrir en las próximas horas, informó su abogado Stephen Ralls.
Ávila Beltrán, de 52 años de edad, fue entregada el pasado 30 de julio al Departamento de Inmigración y Aduanas (ICE) en Miami para su deportación y desde entonces ha estado en centros de detención en Florida, Louisiana y ahora en Texas.
“Está en un sitio de El Paso, Texas esperando que la transporten a México. No sabemos si será por tierra o por vía aérea”, expresó Ralls en un mensaje electrónico a la agencia The Associated Press.
Un portavoz del ICE que pidió no ser identificado se reservó sus comentarios sobre el caso de Ávila Beltrán. Habitualmente, las autoridades estadounidenses informan sobre las deportaciones una vez que se han concretado y los inmigrantes repatriados han sido entregados a funcionarios de sus países. La oficina no tiene obligación de ofrecer detalles del procedimiento a los abogados.
Las autoridades mexicanas dijeron que aún no han recibido la notificación de traslado, según un funcionario de Procuraduría General de la República.
El 25 de julio pasado, Ávila Beltrán fue condenada a 70 meses de prisión por ayudar a evadir la justicia a su ex pareja sentimental, el narcotraficante colombiano Juan Diego Espinosa Ramírez, pero la mujer quedó libre después de que el juez consideró que por el tiempo que llevaba en prisión ya había cumplido su condena.
La defensa de Ávila Beltrán había pedido al juez federal Michael Moore que diera por cumplida la condena de la mexicana por el tiempo que ya había pasado encarcelada en México y el que llevaba detenida en Miami.
Tras la sentencia, Avila Beltrán permaneció unos días en la prisión federal en la que estaba, hasta que fue trasladada a un centro de detención de inmigrantes en el sur de la Florida, desde donde fue enviada después a Louisiana.
Sobrina del narcotraficante mexicano Miguel Angel Félix Gallardo, Ávila Beltrán manifestó al principio que era inocente y que se ganaba la vida vendiendo ropa.
“El Padrino” del narcotráfico mexicano, como se lo conoce a Gallardo, purga una condena de 40 años de cárcel por el asesinato del agente antidrogas estadounidense Enrique “Kiki” Camarera, en 1985 y por otros delitos.
Con información de Notimex y AP.
