[contextly_sidebar id=”e483cc6415d382be5cf60af7f5378b41″]Al menos 39 personas han resultado muertas y otras 150 heridas en un ataque terrorista de un grupo indeterminado de hombres armados con explosivos y pistolas en uno de los más exclusivos centros comerciales de la capital de Kenia.
Diario El País publica que la milicia islamista somalí Al Shabab ha reivindicado la autoría y ha asegurado, a través de su cuenta de Twitter, que sus “mujahidines” han matado a “más de cien infieles”.
Abbas Gullet, funcionario de la Cruz Roja en Kenia, dijo previamente que es muy probable que haya más muertos en el ataque contra personas no musulmanas en el centro comercial, que era escenario de un acto por el Día del Niño, dijo el funcionario y testigos.
Elementos del ejército keniano rodearon el centro comercial Westgate horas después del atentado del mediodía en la lujosa zona de Westlands en la capital del país.
El jefe de la policía de Nairobi, Benson Kibue, culpó a terroristas del ataque, si bien no nombró a ningún grupo en particular.
Un testigo dijo que los atacantes le pedían a los musulmanes que salieran del lugar y que sólo matarían a los no musulmanes.
Un grupo rebelde somalí ligado a la red al-Qaida había amenazado con realizar ataques a gran escala en Keniapor haber enviado a soldados a Somalia.
Reporteros de The Associated Press dijeron haber visto más de 10 cadáveres horas después de que el ataque comenzó en el centro comercial Westgate.
Manish Turohit, de 18 años, dijo que dentro del centro comercial vio hombres armados con fusiles AK-47 y chalecos de los que colgaban granadas de mano. Dijo que escapó después de esconderse dos horas en el estacionamiento.
Un grupo de personas permanecían escondidas en el centro comercial.
Había versiones de que los atacantes intentaban robar un comercio del complejo. El centro está situado en una zona pudiente de Nairobi y es frecuentado un público de alto poder adquisitivo. Había vehículos abandonados frente al centro después de que el ataque comenzó alrededor del mediodía.
Rob Vandijk, que trabaja en la embajada holandesa, dijo que almorzaba en un restaurante dentro del centro cuando los atacantes lanzaron granadas de mano en el edificio. Agregó que comenzaron entonces los disparos y la gente empezó a dispersarse y tirarse al suelo.
Con información de AP y El País
