[contextly_sidebar id=”f0fb6c0c421529cd6e1eb60d3dd61429″]Michoacán está en plena guerra. Los actores principales son tres: el cártel de Los Caballeros Templarios; la Policía Federal y el Ejército Mexicano; y los grupos armados de autodefensas que han surgido en Michoacán.
De estas autodefensas ha surgido un líder moral de la región de Tierra Caliente. El doctor José Manuel Mireles Valverde encabeza el Consejo General de Autodefensas y Comunitarios de Michoacán. Desde que los pueblos de esta región se levantaron el pasado febrero, el Dr. Mireles ha sido una voz pública que reclama el derecho de los mexicanos a defenderse de la criminalidad.
Antes del accidente aéreo que sufrió Mireles, el fotógrafo Hans-Máximo Musielik pasó cinco días documentándolo a él y a su grupo de guardias y comandantes mientras que buscaban ampliar el territorio bajo control del consejo de autodefensas. Desde el domingo 29 de diciembre, cuando tomaron el municipio de Churumuco de manera pacífica, todo marchó relativamente tranquilo, hasta el sábado 4 de enero.
Ese día, los comunitarios tomaron el municipio de Parácuaro, el décimo en ser sumado a la vigilancia de las autodefensas. Pero a diferencia de Churumuco, hubo enfrentamientos y muertos en la zona.
Después de la toma de Parácuaro, la noche del sábado, la avioneta en la que viajaba el Dr. Mireles se estrelló, en el municipio de La Huacana.
Dr. Mireles ahora se encuentra en la Ciudad de México, recuperándose bajo la custodia de la Policía Federal. El gobierno federal ha declarado que otorga protección al Dr. Mireles porque, básicamente, ya es una figura política.
A continuación te presentamos dos de las imágenes captadas por Musielik (los pies de estas fotos fueron escritos por el fotógrafo)
“Todos los días de siete de la mañana a medio día atiendo a mis pacientes pero de medio día en adelante, me voy a la guerra”, Dr. Mireles en su consultorio en Tepalcatepec, noviembre, 2013.
31 de diciembre
17:07 PM. El Ciruelo, Mich. Unas siete horas antes de año nuevo el Dr. Mireles visita la barricada en El Ciruelo felicitando personalmente a su equipo y compañeros de causa. Los Caballeros Templarios, dos días previos, en un intento de agotar psicológicamente a los combatientes, hicieron correr el rumor de un ataque inminente durante año nuevo. El ataque no ocurrió.
