Sus compañeros saben que José formó parte de Los Caballeros Templarios, que de joven robaba y que ahora como autodefensa los apoya por una sola razón: la seguridad de su familia.
[contextly_sidebar id=”06bb1c1635e1431e31524f0b691dafeb”]“Sabemos dónde vive, conocemos a sus hijos y fue su esposa quien nos lo entregó y lo puso a trabajar en algo decente”, señala Pedro, uno de los responsables del grupo de autodefensa encargado de vigilar uno de los tantos retenes que hay entre Nueva Italia y Apatzingán, municipios de Michoacán.
José tiene apenas un mes con las autodefensas y ya le otorgaron un sueldo fijo de 600 pesos semanales. Antes, con el grupo delictivo Los Caballeros Templarios, ganaba 3 mil 600 a la semana, pues combinaba las actividades de ”halcón” (vigilante) y de “puntero” (informante).
Con las autodefensas no sólo se ha ganado un sueldo fijo. Las autodefensas le han entregado, tras dos semanas de entrenamiento, una metralleta R-15 y un chaleco antibalas. Éste último lo tendrá que ir pagando de su sueldo cada ocho días.
Cuando las autodefensas lo detuvieron, traía consigo cuatro radios de comunicación e informaba sobre el movimiento de las autodefensas a una de las células de Servando Gómez “La Tuta”, fundador de La Familia Michoacana. La primera advertencia que recibió de las autodefensas fue salirse del pueblo, sin embargo, su mujer intercedió por él.
Fue justo hace un mes que su esposa y dos hijos llegaron a “la casa azul” de Antúnez (la casa de seguridad de las autodefensas) y solicitaron a los líderes aceptar a su marido y que lo perdonaran.
“Yo no lo quiero en casa. Que se ponga a trabajar. Ustedes pónganlo a hacer de todo. Sólo le pido que me lo preste unas horas para ir a cortar limones”, dijo su mujer. En tanto, sus hijos se despidieron, lloraron, lo abrazaron y le desearon suerte.
En ese momento las autodefensas lo aceptaron y lo pusieron a limpiar baños, servir comida, recoger basura y hacer mandados. Tras dos semanas se ganó la confianza y pidió que le dieran trabajo para resguardar una de las barricadas.
José no acepta haber formado parte del grupo de los Templarios, él señala que se unió a las autodefensas para proteger a su familia.
“Estos amigos nos abrieron los ojos para poder levantarnos en armas contra esa gente que ya nos tría hasta el copete”.
De 56 años de edad, este hombre asegura haber sido limonero y posterior a ello, haberse dedicado a la siembra de papaya, pero sólo como jornalero.
“Yo me uno a este movimiento porque me mataron a dos familiares que quise mucho, sólo que,cuando me los asesinaron, no podía hacer nada, ni cómo defenderme, pero ahora sí tenemos armas con qué evitar que esta gente entre”.
“¿Hace un mes llegó con las autodefensas, cómo le dieron el arma?”
“Yo inicié desde abajo limpiando mesas. Fui por los mandados y ya de ahí me gané la confianza de la gente y ya hasta me dieron un arma. Mire, hace 15 días me la entregaron. Ya con el arma vengo a vigilar. A mí me tocan 12 horas en el retén. Empiezo desde las 6:00 de la mañana y salgo a las 19:00”.
“¿Sabe usarla?”
“Sí, claro que sé usar esta R-15, esta jala como 30 disparos. Yo aprendí a usarlas cuando realicé mi servicio militar y le sé muy bien. Además es lo que sé hacer. Usar un arma, Ya de pérdida pa’ poder defenderme, Estoy capacitado para no disparar a una persona inocente.”
“¿Ya se registró para ser policía rural?”
“No pues por acá no han llegado para eso, dicen que pronto. Por ahora los federales sólo nos animan para vigilar.”
Casos como el de José mantienen una postura de división al interior del grupo de autodefensas, ya que algunos aseguran que eso puede poner en riego al movimiento y la seguridad de las poblaciones.
Simón, mejor conocido como “El Americano” y líder de las autodefensas en Buenavista, aseguró que la intención no es matar a Los Templarios, es sólo invitarlos a que dejen Michoacán. El gobierno federal, aseguró, no está haciendo su trabajo.
“El gobierno no trabaja, no conoce y no actúa, nosotros le damos la información necesaria y ellos van y hacen su trabajo y ya, van a la captura de cualquier persona, pero luego las sueltan o las perdonan y ahí las ve uno rondando como si nada por Apatzingán”.
“¿Dices que Apatzingán no está seguro todavía?”
“No, no está seguro porque no han limpiado prácticamente lo que es en el interior, no han limpiado bien. Yo no puedo ir ahí y andar así como andamos ahorita sin armas. No, no es seguro, no sabemos realmente quién está ahí en el centro.”
“¿Ahora que llegó Juan José Mireles?”
“Pues va a ser un enorme cambio, cuando él llegue va a haber muchas cosas diferentes. En primer lugar él siempre ha trabajado bien. No ha ido difamando. Él siempre nos ha dicho ‘vamos para allá, vamos a hacer este trabajo’. Nos coordinamos bien y siempre nos ha salido bien todo. Y ahora que fuimos a Apatzingán, como verás, no hubo las detenciones que esperábamos.”
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