[contextly_sidebar id=”22daa6403a5831c0c6dcd71d0a496d66″]A 20 días de haber iniciado una marcha a pie de mil 300 kilómetros, desde el Distrito Federal hasta la ciudad de Mérida, Yucatán, en demanda de una investigación profesional sobre la muerte del menor José Felipe Castillo –ocurrida en 2011, en circunstancias nunca aclaradas por la autoridad–, el padre del adolescente fallecido, Marco Antonio Castillo, denunció que la Comisión Nacional de Derechos Humanos le retiró el acompañamiento que este organismo venía dándole desde el inicio de la protesta. “Y ahora ya nada garantiza mi seguridad en el camino”, dice.
Desde la ciudad de Coatzacoalcos, Veracruz, hasta donde ha llegado en 20 días de marcha a pie, este padre de familia informó que, aún cuando la CNDH se comprometió a darle acompañamiento durante todo el recorrido, “para monitorear que no fuera víctima de ninguna agresión o abuso por parte de las autoridades de los estados que voy recorriendo, fue informado por los representantes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en Veracruz que, desde la Ciudad de México, les llegó la orden de suspender el acompañamiento. “Me anunciaron que esto no sólo ocurrirá en este estado, sino en todos los demás que me falta por cruzar en mi recorrido, que son Tabasco, Chiapas, Campeche y Yucatán“, señaló.
Esta protesta, cabe recordar, inició el pasado 17 de junio, con la partida del señor Castillo desde el Zócalo del Distrito Federal, y se realiza a tres años de la muerte de su hijo, un artesano tallador de madera de 17 años, cuyo fallecimiento fue calificado como suicidio por las autoridades de Yucatán, a pesar de que existían indicios de que el menor fue víctima de un homicidio doloso.
Tras constatar que las autoridades de Yucatán incurrieron en distintas irregularidades en la investigación de este caso (como la presentación de un dictamen forense con el nombre de otro fallecido, realizado por un médico que nunca perteneció a la Fiscalía de Yucatán, así como el robo de diversas evidencias del expediente), la CNDH emitió en el año pasado su recomendación 34/2013, en la cual no sólo documenta las irregularidades cometidas por el gobierno de Yucatán en este caso, sino que le demanda emprender distintas acciones de resarcimiento, empezando por la reposición de la investigación sobre la muerte del joven José Felipe Castillo, recomendación que era de cumplimiento inmediato.
Desde la emisión de dicha recomendación, en septiembre de 2013, han pasado diez meses, “y el gobernador de Yucatán, Rolando Zapata Bello, no sólo ha no ha cumplido las exigencias que se el ombudsman nacional le formuló, sino que la misma CNDH ha incumplido con su responsabilidad de hacer que esta recomendación 34/2013 sea acatada, ¿y cómo puede hacerlo? Pues lo que la ley establece es que, ante el incumplimiento de una recomendación por parte de una autoridad estatal, la CNDH debe cerrar el expediente y turnarlo al Senado de la República, para que el Poder Legislativo llame a cuentas a este funcionario público.”
En este momento, señaló el señor Castillo: “no estoy ni a la mitad del camino de Yucatán, en cada municipio al que llego, extiendo mis pancartas en la plaza central, y cuando ha sido posible, he hablado con representantes de los gobiernos municipales o estatales, para exponerles mi caso y pedirles respeto a mi protesta, que es absolutamente pacífica, y que realizo para difundir en el país lo que hicieron las autoridades de Yucatán para brindar impunidad a los asesinos de mi hijo (…) Este lunes, sin embargo, la jefa de área de la Segunda Visitaduría de la CNDH, Daniela Hernández, desde la Ciudad de México, me dijo que ya no habrá acompañamiento.“
–¿Qué tipo de asistencia recibió usted de los representantes de la CNDH que lo vinieron acompañando durante estos 20 días de marcha? –se le pregunta.
–Pues ayuda directa para la realización de mi protesta, ninguna. Ellos sólo venían detrás de mí, pendientes de que no fuera a ser agredido de ninguna forma en la carretera; en un punto en el que el acotamiento era muy reducido y los autos pasan a mucha velocidad, me trasladaron en un vehículo hasta un punto de la carretera en donde fuera más seguro que continuara a pie; no me dieron nunca otro tipo de apoyos, como alimenticios, sino que yo vengo sobreviviendo con la ayuda que me da la ciudadanía, la gente que se me acerca y escucha mi situación, o algún policía o funcionario que, de forma personal, me regala una moneda o me comparte de su lonche (…) Para mí el acompañamiento es importante porque así la CNDH va avisando a las autoridades de cada localidad sobre mi presencia, y prevenía que fuera a ser yo víctima de algún tipo de abuso de las autoridades locales, de las policías municipales o de los federales de caminos, pero ahora ya no contaré con esa garantía, de ahora en adelante sigo solo. Por ello, hago responsable a la CNDH de cualquier agresión que pueda sufrir, ya que, conforme me acerco a Yucatán, el riesgo va aumentando.
A continuación, te presentamos un video del inicio de la marcha del señor Marco Antonio Castillo, el pasado 17 de junio, en la Ciudad de México.
