[contextly_sidebar id=”Fs4PRaQLUimiAPOO5Ma3xt5qjTncwTpp”] Tanto demócratas como republicanos se encuentran en un “alto nivel de ansiedad” por la posibilidad de que el presidente Obama permita que millones de inmigrantes ilegales permanezcan en Estados Unidos, ya que según ellos, esta acción podría cambiar el curso de las elecciones intermedias de noviembre, según informó The Washington Post.
Según relata el diario, candidatos demócratas al Senado estadounidense han criticado la acción agresiva del presidente. Según el WP, analistas han dicho que con esto, Obama da señales de que no tiene tanto interés de retener el control de la Cámara Alta, como de trabajar en su legado.
El presidente de Estados Unidos anunció en junio buscaba “acciones adicionales” que su administración puede tomar en cuenta para mejorar el problema de la migración. “Hacer lo que el Congreso se niega a hacerlo y arreglar gran parte de nuestro sistema de inmigración que podamos“, dijo.
Por su parte, los republicanos dijeron sentirse preocupados por lo que han llamado “la sorpresa de septiembre” en materia de inmigración, pues consideran que la tendencia en su partido suele ser volátil cuando acciones como ésta ocurren. “Una protesta conservadora contra la administración de Obama plantearía un riesgo para los republicanos atrincherados en la Cámara de Representantes“, señala el periódico.
La Casa Blanca se encuentra revisando propuestas de parte de grupos empresariales y organizaciones de defensa de derechos de los migrantes que presionan al presidente Obama para que entregue cientos de miles de nuevas tarjetas de residencia permanente (green cards) a trabajadores altamente calificados, así como a familiares de ciudadanos de EU y otros residentes permanentes.
El diario The Washington Post publicó este miércoles que, “detrás de las cámaras” se realiza el cabildeo, mientras Obama prepara el anuncio de una serie de acciones ejecutivas que podrían incluir planes para diferir las deportaciones de millones de personas que viven en EU de forma ilegal, la mayoría de los cuales serían de origen latinoamericano.
Empleados de la Casa Blanca afirmaron al diario que Obama anunciará su plan migratorio para fines del verano.
A pesar de que se espera que el proyecto (para aliviar la presión en algunos de los 11 millones de inmigrantes indocumentados que hay en EU) sea la pieza clave de las agenda de Obama, su gobierno también sopesa las consecuencias de los cambios al sistema de inmigración legal y de reducir enormes retrasos en la línea de los green cards, entregando el estatus de residentes legales permanentes a millones de personas.
Las propuestas externas entregadas a la Casa Blanca provocarían que el número de personas permitidas en el país para conseguir un empleo se duplicara, mientras que los greencards para familiares de ciudadanos y residentes sumarían 366 mil al año, de acuerdo con estimados de despachos de abogados citados por The Washington Post.
Los opositores a estas propuestas migratorias, que incluyen a muchos republicanos, han argumentado que el número de inmigrantes permitidos en el país podría dañar a los trabajadores estadounidenses en su búsqueda de empleo, dentro de una economía que aún se recuperade los efectos de una recesión global. Una iniciativa de reforma migratoria que preveía dar visas de trabajo a trabajadores con poca y mucha calificación llegó al congreso estadounidense el año pasado, pero fue rechazada por los republicanos, quienes controlaban la Cámara de Representantes.
“Los aumentos en el número de trabajadores demandados por los cabilderos corporativos se añadirían a los planes del gobierno para implementar una amnistía ejecutiva que concedería de 5 a 6 millones de permisos a inmigrantes ilegales y permisos extemporáneos a visas, gente que podría tomar cualquier empleo en cualquier industria, en el sector público y privado”, afirmó al WP el senador Jeff Sessions, republicano, líder opositor a flexibilizar la política migratoria.
Obama juntó a los más diversos intereses en apoyo de una exhaustiva reforma migratoria en el Congreso, pero esos esfuerzos colapsaron este verano, obligando al presidente de EU a anunciar en junio pasado que iría por la vía legislativa hasta donde pudiera, pero que retomaría los esfuerzos posibles dentro de sus facultades.
Ahora, los grupos que apoyaron la reforma, verían a las acciones ejecutivas bajo las facultades de Obama como su mejor oportunidad, antes de que deje el gobierno a principios de 2017.
Las amplias demandas han elevado las dificultades para un gobierno que ya se muestra nervioso por las implicaciones que un plan del tamaño del migratorio podría tener sobre las elecciones intermedias de noviembre próximo.
Con información de The Washington Post.
