Cada día, ocho mujeres menores de 40 años son diagnosticadas con cáncer de mama, una enfermedad que tradicionalmente se asocia con mujeres de mayor edad.
De estas ocho, una de ellas morirá, según Lizbeth López, investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública.
En el Instituto Nacional de Cancerología, una de cada cinco pacientes de cáncer de mama tiene menos de 40 años y muchas de ellas se encontraban en etapas avanzadas de la enfermedad.
México lleva algunos años preguntándose por qué en este país el cáncer de mama ocurre en mujeres más jóvenes que en países desarrollados. Se estima que en México, como en el resto de Latinoamérica, la edad promedio en que se recibe el diagnóstico de cáncer de mama es 10 años antes que en países desarrollados.
[contextly_sidebar id=”oookSa48ZDNMMqHz9JxcMhNyXokBbQei”]Las respuestas todavía no se conocen bien a bien. Las hipótesis de López pasan por exposiciones a sustancias cancerígenas presentes en algunos tipos de maquillaje o incluso en el agua de consumo humano en algunos estados del país, pero todavía no hay resultados concluyentes.
Lo que sí se sabe es que el país vive la emergencia de una “mujer moderna” que ha incrementado las tasas de cáncer de mama entre las jóvenes mexicanas.
Esta “mujer moderna”, explica López, es aquella que decidió retrasar la maternidad por desarrollarse en el campo profesional, sin saber que ser madre después de los 35 años eleva el riesgo de desarrollar la enfermedad. Lo mismo ocurre con las que decidieron no amamantar a sus hijos por falta de tiempo o ganas, cuando la lactancia es un factor de protección, o quienes por cambios en los estilos de vida, siguen una dieta que las conduce a la obesidad o el sobrepeso, frecuentemente asociados con este tipo de cáncer.
El cáncer de mama es más frecuente en mujeres con altos niveles socioeconómicos y con mayores niveles de educación.
Dentro del Seminario “Mujer joven y cáncer de mama: retos y respuestas”, organizado por la Fundación Tómatelo a Pecho, Susan Love, directora de la Breast Cancer Foundation, planteó que la población mexicana podría tener una mutación genética que la hace proclive a desarrollar el cáncer de mama prematuramente. La especialista indicó que el cáncer de mama entre mujeres jóvenes y el que desarrollan las mayores de 50 años son diferentes y así deben tratarse, pues entre las mujeres jóvenes suele ser más agresivo y de rápido avance.
Sin embargo, el director del Instituto Nacional de Medicina Genómica, Xavier Soberón, señaló que todavía no hay suficiente información sobre las especificaciones genéticas del cáncer de mama en México y en Latinoamérica en general.
Ante la falta de respuestas lo único que queda es impulsar la prevención a través de la adopción de hábitos saludables basados en una dieta sana y actividad física, pero sobre todo buscar el diagnóstico oportuno para elevar las posibilidades de curación de la enfermedad.
Según Felicia Knaul, presidenta de Tómatelo a Pecho, cuando el cáncer de mama se detecta en sus primeras etapas es curable hasta en un 99%, mientras que si se hace en etapas avanzadas las probabilidades caen a menos del 25%.
En México, menos del 10% de los 14 mil casos de cáncer de mama que se estima se presentan cada año en el país fueron diagnosticados oportunamente.
El problema con las mujeres jóvenes, dice Cynthia Villarreal, experta del Instituto Nacional de Cancerología, es que pocas piensan que pueden sufrir la enfermedad, pues se le ha asociado con el envejecimiento, así que cuando llegan al consultorio médico ya es tarde. Además, el cáncer joven suele ser más agresivo y más rápido.
Ante ello, Knaul urgió a considerar a la mujer joven dentro de las políticas públicas de control de cáncer y capacitar a los médicos para que piensen en cáncer de mama cuando revisen a sus pacientes menores de 40 años.
