[contextly_sidebar id=”sFlsQ9fbTA65Dv6coequlLFIkNGqd8hc”]Al término de las manifestaciones por Ayotzinapa y luego de que los papás de los 43 normalistas desaparecidos se retiraron del templete, un grupo de manifestantes lanzó al menos cinco bombas molotov contra el Palacio Nacional, le prendió fuego a algunas pancartas y jaloneó las vallas que resguardaban el lugar, lo que ocasionó que personal del Estado Mayor Presidencial, granaderos capitalinos y policías federales desalojaran la zona.
El Estado Mayor Presidencial utilizó el gas de extintores para dispersar a los manifestantes, mientras que los participantes en la protesta gritaban que no dejarían salir a los granaderos.
Luego de unos minutos, alrededor de 500 granaderos y policías federales rodearon el Palacio Nacional, usaron bombas de agua para dispersar a los manifestantes y colocar vallas al frente del lugar, puesto que las Secretarías de Seguridad Pública capitalina y el Estado Mayor Presidencial dieron la orden de resguardar el lugar.
Alrededor de 15 minutos después de la orden, los policías controlaron la Plaza de la Constitución; sin embargo, los jóvenes continuaron lanzando cohetones y hay algunos enfrentamientos en la plancha del Zócalo.
Durante los enfrentamientos, los policías lanzaron gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes.
Además, de manera extraoficial, se reportaron 12 personas detenidas y dos policías heridos durante los enfrentamientos.
Durante los últimos minutos se reportó que los policías encapsularon a un grupo de manifestantes y los arrinconó en la calle de Madero para impedirles que regresaran a la plancha del Zòcalo.
Un grupo de manifestantes que se alejaba de la plancha del Zócalo por la calle de 16 de septiembre con dirección hacia la Alameda Central rompió los vidrios de algunos establecimientos, mientras que sobre la calle de Madero un grupo de granaderos correteó a unos jóvenes que les habían gritado.
Los enfrentamientos concluyeron alrededor de las 10:30 de la noche.
**Nota publicada el 20 de noviembre.