[contextly_sidebar id=”st6nGJpTtEZbM2eIq6GlzXJbuvfPlnAh”]Una y veinte de la tarde. Un aula vacía espera a que multitud de jóvenes universitarios aterricen y escojan asiento. Voces y pasos se oyen en el pasillo. La puerta de la pequeña sala se abre y entra un grupo bastante numeroso de estudiantes. Todos ellos con una sonrisa, nerviosos e ilusionados en el primer día de una clase que promete ser peculiar.
Diez minutos más tarde aparece la profesora, una mujer de mediana edad, cabello blanco y gafas de media luna. A ella también se le escapa una sonrisa, aunque de sorpresa, porque nunca antes había visto tantos alumnos en su clase. Más de cien personas se han unido a la asignatura Tolkien: Medieval and Modern que imparte la Universidad de Chicago desde 2005.
Rachel Fulton, profesora de historia, es la encargada de enseñar a los alumnos los entresijos de la mente de J.R.R Tolkien, autor de El Señor de los anillos y padre de la literatura fantástica. Estudiantes de historia, teología, humanidades y hasta de matemáticas y física se han apuntado a la clase sobre su escritor favorito.
Elfos, enanos, hadas y hobbits ocupan la pizarra y las explicaciones de Miss Fulton, que versan sobre los problemas de género, el papel de la religión o el significado del poder en la literatura de Tolkien. Temas sobre los que discuten los alumnos y que resulta innecesario memorizar.
“No pongo exámenes”, afirma Fulton. “Los requisitos para el curso incluyen la participación en la discusión, entradas de blog y un proyecto final en el que se invita a los estudiantes a crear algo dentro de la mitología que ha creado Tolkien para Inglaterra”. Proyectos que dejan historias, pero también canciones, obras de teatro e incluso libros de cocina, elaborados por lo que parecen auténticos habitantes de La Comarca.
“Han escrito música, han hecho manuscritos ilustrados, cómics e incluso mapas”, aunque a la profesora le sigue impresionando todo lo que sale de la mente de sus alumnos. “Las historias están a menudo tan bien hechas que es difícil creer que no hayan sido escritas por Tolkien”.
La Universidad de Chicago no es la única institución que cuenta con una asignatura centrada en Tolkien y sus obras maestras. En Canadá, la Universidad de Victoria analiza la historia completa de la Tierra Media; y en la Universidad de Dalhousie, los conceptos aún modernos que surcan las páginas de El Silmarillion, El Hobbit y El Señor de los anillos.
“El objetivo final es que los alumnos piensen en la historia que rodea las aventuras de El Señor de los anillos”, cuenta Kathleen Cawsey, profesora de la asignatura Tolkien y el medievalismo. “Tienen que mirar en el contexto de la historia inglesa, en la que Tolkien era un experto”.
Observar y comprender cómo Tolkien dio con los mitos que conviven con los hombres, enanos, hobbits, trols y orcos –o cómo llegó a inventar el élfico y sus dialectos– son algunas de las competencias que adquieren sus alumnos.
Seguro que al propio padre de la Tierra Media le hubiera encantado. Dentro de su papel como profesor, Tolkien era un devoto de los clubes académicos. Durante su estancia en la Universidad de Leeds, organizó junto a E.V. Gordon, compañero de facultad, el Club Vikingo, del que formaban parte aquellos estudiantes con pasión por las viejas sagas escandinavas (y la cerveza). Y en su etapa como profesor en la Universidad de Oxford, él y C.S. Lewis, autor de Las crónicas de Narnia, fundaron la sociedad de Los Inklings.
La profesora Fulton se enamoró de la literatura de Tolkien a los once años, cuando su madre le regaló El Señor de los anillos por Navidad. Un amor gracias al cual más de cien alumnos disfrutan cada semana, en palabras de la profesora, “del autor más grande del siglo XX”.
