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Cinco historias que nos depara la ciencia en 2015
Cinco historias que nos depara la ciencia en 2015
6 minutos de lectura
Cinco historias que nos depara la ciencia en 2015
03 de enero, 2015
Por: BBC Mundo (@bbcmundo)
@ManuVPC 
Foto: BBC
Foto: BBC

[contextly_sidebar id=”Mk1HxqWQfAP3brCA57tPZ2v7N3dQHmj5″]El automóvil que se desplazará a 1.610 km/h

Jonathan Amos, corresponsal de Ciencia

Uno de los sonidos más anticipados de 2015 será el rugido del auto británico Bloodhound cuando rompa la barrera del sonido.

Propulsado por un cohete adosado al motor de un jet Eurofighter Typhoon, el vehículo buscará mejorar el actual récord mundial de velocidad en tierra de 1.230 km/h que logró Andy Green en el Thrust SSC en 1997.

Green, capitán de la Real Fuerza Aérea británica, estará nuevamente al volante cuando el Bloodhound SSC recorra el lecho de un lago seco en el Cabo del Norte, en Sudáfrica.

El objetivo final es lograr pasar las 1.000 millas por hora (1.610 km/h) pero para eso habrá que esperar hasta 2016. Hasta ahora el simple hecho de llegar hasta el momento del arranque ha resultado complicado.

Encontrar las soluciones técnicas para impedir que el auto vuele por los aires al hacer su recorrido ha sido la principal razón por la cual el proyecto ya lleva cuatro años de atraso.

Como consecuencia, su financiamiento ha pasado a costar más del triple de lo presupuestado originalmente, pero esta vez el equipo cree que está listo para lograr la marca.

En 1997 la proeza del Thrust SSC fue una de las primeras historias que cubrió el incipiente servicio de noticas de la BBC en internet. Se hizo con imágenes fijas y un video posterior.

Para esta ocasión, el Bloodhound SSC estará equipado con cámaras y sensores como también las tendrá la pista de 18km especialmente preparada para la prueba. Toda la información se transmitirá instantáneamente para una audiencia global en internet. Se espera que sea una de las grandes historias del mundo de la ingeniería en 2015.

El camino a París

Roger Harrabin, analista de temas ambientales

Este es el año en el que los políticos supuestamente diseñarán un nuevo tratado universal sobre el cambio climático.

Inevitablemente, habrá una brecha entre lo que resulte de las conversaciones de la cumbre de Naciones Unidas en diciembre en París y lo que los científicos consideran necesario hacer. Sin embargo, hay presión para obtener resultados.

La primera etapa en la ruta hacia París llegará en marzo cuando EE.UU., China y la Unión Europea (UE) deberían prometer sus acciones para reducir la dependencia del mundo en los combustibles fósiles.

Para noviembre a todas las naciones –ricas y pobres– se les pedirá que voluntariamente estabilicen o reduzcan sus emisiones de gases contaminantes, aunque el trato dependerá de la presión que el propio grupo haga y no es jurídicamente obligatorio.

Si las naciones ricas no producen suficiente dinero para ayudar a las más pobres a obtener energía más limpia, la cumbre seguramente no logrará un avance significativo. Y las naciones menos desarrolladas no firmarán un tratado que permite a las más ricas eludir su responsabilidad de recortar las emisiones.

Pero el clima formará una parte importante del cronograma del G7 y el G20. Y ninguna de las grandes potencias quiere sufrir la impotencia política que hizo fracasar la cumbre del clima de Copenhague en 2009.

Vea también: El acuerdo sobre cambio climático que no deja a nadie contento

El suelo bajo nuestros pies

Mark Kinver, reportero de temas ambientales

Sin duda, durante el año se esperarán con mucha anticipación las negociaciones de cara a la Cumbre de la ONU en París.

Sin embargo, los próximos 12 meses serán igual de importantes para lo que está debajo de nuestros pies.

2015 es el Año Internacional de los Suelos de la ONU, una iniciativa que busca resaltar la importancia de uno de los más complejos materiales biológicos sobre el planeta.

Un puñado de suelo puede contener miles de millones de microorganismos y toma más de 1.000 años formar un centímetro de su capa superior.

Cuando se celebre en París la conferencia del clima en otra parte de Francia, Dijon, los científicos del suelo estarán reunidos para la Conferencia Mundial de Biodiversidad del Suelo.

El suelo es el mayor depósito terrestre de carbón, absorbiendo más del 10% de las emisiones del planea. No importa lo que pontifiquen y prometan los políticos en París, sin suelos saludables (y hay más de 100.000 tipos en el mundo) sus esfuerzos probablemente se conviertan en polvo.

Pequeños poderosos

Paul Rincon, editor de la sección de ciencia en internet

Uno espera años por una misión hacia un planeta enano y, de repente, dos llegan al mismo tiempo.

En julio, una nave espacial de la NASA pasará cerca de Plutón, el enigmático mundo congelado que está a un promedio de 5.900 mil millones de kilómetros del sol.

Descubierto en 1930 por Clyde Tombaugh, Plutón fue considerado como un planeta hasta 2006, cuando un organismo astronómico lo redujo a la categoría de “planeta enano”, la misma de los objetos pequeños que están en nuestro Sistema Solar.

Su descenso de liga no le resta emoción a la misión. Todo lo que sabemos de Plutón fue recogido por unas imágenes borrosas del Telescopio Espacial Hubble. Esta será la primera vez que una nave espacial le llegue cerca al que fuese antes conocido como “el noveno planeta”.

Previamente, en marzo, la nave espacial Dawn, de la NASA, llegará a otro mundo misterioso llamado Ceres, que es el objeto más grande en el cinturón de asteroides, la colección de rocas que está entre Marte y Júpiter.

Las mediciones de densidad sugieren que podría haber grandes depósitos de agua congelada en Ceres.

Los científicos creen que cuando el objeto se mueve por la parte de su órbita que está más cercana al sol, una parte de sus superficie congelada se pone lo suficientemente caliente para generar vapor de agua que sale en nubes de humo.

Las dos misiones, tanto a Plutón como a Ceres, serán eventos clave en el calendario científico de 2015.

Vea también: ¿Qué pasó con Plutón?

Regreso explosivo

Jonathan Webb, reportero de temas científicos

Después de una pausa de dos años, el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés), el más famoso túnel subterráneo circular del planeta, se activará nuevamente.

El equipo de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN, por sus siglas en francés) ha pasado los últimos dos años actualizando el Colisionador.

Sus experimentos en los próximos tres años dispararán rayos de partículas alrededor de su circunferencia de 27km con dos veces más energía que antes.

Después de confirmar exitosamente la existencia del Bosón de Higgs en 2012, los equipos que tienen a su cargo los cuatro experimentos del CERN todavía tienen “asuntos pendientes con el Universo”, según señaló la profesora Tara Shears de la Universidad de Liverpool.

Además de entender mejor las propiedades de Higgs, hay esperanzas de encontrar respuestas a algunas grandes interrogantes relacionadas con la materia oscura, la antimateria y la supersimetría.

La profesora Shears lidera el trabajo de un equipo sobre el LHCb, un experimento en las profundidades del lado francés del túnel que busca encontrar por qué el universo está conformado, en su mayor parte, por materia, tomando en cuenta que el Big Bang debería haber producido una cantidad semejante de antimateria.

“Queremos ver lo que la nueva información nos muestre sobre la antimateria y la razón por la cual hay tan poca en el universo”, señaló Shears.

Vea también: El bosón de Higgs se lleva el Nobel de Física

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