[contextly_sidebar id=”8dNWNLTlIV1LQMkQPnYcYdLRtl0m2eSD”]Elementos de la Policía Federal y de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) de Oaxaca intentaron desalojar de un cuartel a al menos 2 mil policías que, desde el 30 de enero pasado, están en paro. Sin embargo, el operativo falló y los todos los elementos de seguridad terminaron enfrentándose.
El gobierno de Oaxaca señaló en un comunicado que entre 250 y 300 policías se mantienen atrincherados desde hace 13 días en el cuartel policial de la comunidad de Santa María Coyotepec en demanda de incremento salarial y mejores condiciones laborales, y este viernes 13 de febrero supuestamente dispararon contra agentes federales y estatales que intentaban desalojarlos.
Luego de que los elementos de la Policía Federal que participaron en el operativo se retiraron, el gobernador Gabino Cué exigió, a través de un comunicad, que el “personal amotinado de la SSPO para que deponga su actitud de hostilidad, entregue las armas en su poder y abone al restablecimiento del Estado de Derecho que regula la función policial”.
La autoridad estatal refirió que al interior del cuartel hay 3.434 armas largas y cortas y cerca de 500.000 cartuchos de diferentes calibres.
El gobierno estatal señaló que los cinco policías fueron heridos en las piernas con esquirlas de las balas disparadas y que sus vidas no corren peligro, aunque algunos de los atrincherados aseguraron que los federales fueron quienes dispararon.
Los policías estatales amotinados también retuvieron a por los menos tres agentes federales, pero horas después los liberaron. El cuartel se localiza sobre una carretera, a unos 20 minutos de la ciudad colonial de Oaxaca.
“No disparamos”, aseguró brevemente Mauricio Villela, uno de los tres policías federales retenidos por al menos siete horas. Dijo que no fue golpeado.
Santa María Coyotepec se localiza cerca de la ciudad de Oaxaca, a unos 460 kilómetros al sureste de la capital mexicana.
Víctor Altamirano, comisionado estatal de seguridad, dijo en Milenio Televisión que con el operativo también se buscaba evitar que los amotinados hicieran mal uso de las armas.
Sin embargo, Jeyco Pérez, el policía identificado por el gobierno de Oaxaca como líder de los amotinados señaló también en Milenio que ninguno de sus compañeros ha usado las armas, las cuales están en depósitos con sellos.
El agente estatal dijo que sólo tienen escudos para defenderse y aseguró que ellos no dispararon.
Poco antes del mediodía, unas cincuenta personas identificadas como pobladores de Coyotepec se pararon frente al cuartel para manifestar su apoyo a los agentes estatales, mientras los policías federales que habían participado en la operación se replegaron a más de 200 metros y permanecían en las patrullas y camiones en los que llegaron.
“Apoyo total a la policía”, “No represión”, se leía en algunas de las pancartas que portaban.
Los amotinados colocaron un camión y vallas metálicas a la entrada del cuartel para evitar el acceso. Los policías estatales portaban palos y escudos, aunque no se veía que portaran armas de fuego.
