Al cumplirse siete meses desde el ataque de la Policía Municipal de Iguala contra estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa –que dejó un saldo inicial de 43 alumnos desaparecidos y seis personas asesinadas–, estudiantes de Guerrero, encabezados por familiares de los jóvenes desaparecidos, realizaron este domingo 26 de abril una manifestación que concluyó con la quema de tres vehículos, ante el Congreso del estado.
Conformado por un millar de normalistas tanto de Ayotzinapa como de Michoacán, así como estudiantes de la Universidad Autónoma de Guerrero, la protesta inició con una marcha que surcó la capital del estado, Chilpancingo, y que se realizó de forma pacífica y sin la presencia de elementos policiacos.
La marcha partió al mediodía del monumento a Nicolás Bravo, pasó a una cuadra del zócalo de Chilpancingo, y luego enrumbó hacia el Congreso del Estado, en el que no se realizaba ninguna actividad legislativa –será este lunes cuando, según la convocatoria, los diputados estatales se reúnan para definir quién ocupará la gubernatura interina de Guerrero, acéfala desde el fin de semana–.
En los accesos a este inmueble, los manifestantes colocaron tres camionetas utilitarias, con las que derribaron la reja metálica y, luego de estrellar estos vehículos contra la fachada principal del Salón de Sesiones –de vidrio y aluminio–, les prendieron fuego.
Inmediatamente después, la manifestación ante el Congreso guerrerense fue disuelta por gases lacrimógenos que, a la distancia, lanzaron granaderos de la Policía Estatal.
Al menos uno de los manifestantes resultó con lesiones en una mano, causadas al caer al suelo, cuando corrió de la policía.
**Nota publicada el 26 de abril.