[contextly_sidebar id=”yZJTskPXICL8QINu2sgKXpwI6Vvf5rf8″]“ETECSA, ETECSA. ¿Quieres tarjeta ETECSA?”, pregunta Elvis a cualquiera que pasa a su lado. Él, como otra decena de jóvenes aglomerados afuera del hotel más caro de la Habana, vende las tarjetas que permiten conectarse a internet en uno de los 84 puntos wifi en Cuba.
Por eso, en avenidas y parques de las 15 provincias y la capital de la isla, decenas de jóvenes y familias completas salen de su país por unos minutos a través de las pantallas de sus celulares. Hablan con sus familiares en video llamadas de IMO, la aplicación que se comparte vía Bluetooth, o navegan por Facebook, una red que comienza a popularizarse.
Frente a los 25 pisos del emblemático hotel Habana libre, donde los turistas pagan 260 dólares por noche (4 mil 500 pesos), Marina, una venezolana que estudia la especialidad de neurociencias en la Universidad de la Habana, busca un lugar libre en la banqueta, se sienta y sonríe frente al celular.
Chatea con su familia que vive en Caracas, envía correos y revisa sus redes sociales. Aprovecha que el wifi funciona bien esta tarde, porque cuando tiene fallas, hay que moverse un par de metros o buscar otra calle de la avenida 23 de la Habana con mejor red.
La estudiante de 27 años llegó hace un año a la Habana y al principio “fue difícil vivir desconectada la mayor parte del tiempo”. Entonces pagaba de cinco dólares (85 pesos) por usar una computadora de los hoteles ubicados en la zona de wifi, pero “con las tarjetas ya es más fácil”. Aún así, sólo se conecta dos o tres veces por semana porque el internet “es un lujo aquí”, dice. Sobre todo cuando el salario promedio en Cuba es de 20 dólares (340 pesos).
Las tarjetas son conocidas por el acrónimo de la compañía estatal que las distribuye: Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA). Tienen un código que se ingresa al teléfono o computadora y en cuanto inicia la conexión aparece un cronómetro que avanza más rápido que la navegación , que es de un megabit por segundo. (En México, la velocidad mínima ofertada es de tres megabit por segundo).
Cada tarjeta tiene un precio oficial de dos dólares en las tiendas autorizadas, pero “nunca hay”, asegura Marina. Por eso es que la mayoría las compra con los revendedores en la calles por tres dólares (50 pesos). Aunque sea una queja constante, la empresa no ha erradicado la compra masiva y reventa.
En 2015 se vendieron 1.6 millones de tarjetas, según informó la directora de la División de La Habana de ETECSA, Odalys Rodríguez del Toro, al periódico oficialista Granma.
En el municipio Trinidad, cinco mujeres, dos niñas y un hombre están en una de las bancas del parque Céspedes, uno de los tres puntos wifi del municipio de la provincia de Sancti Spíritus. Hablan y se ríen frente a un iPad, en el que aparece la imagen de una de las hermanas que migró a Estados Unidos.
Esto es demasiado para quienes la comunicación por videollamada era una utopía. A partir del decreto publicado por el gobierno cubano en la Gaceta oficial del 27 de mayo de 2013, el acceso a internet comenzó a concretarse.
La empresa estatal ETECTSA instaló 35 puntos wifi que entraron en operación en junio de 2015. Hasta 2016 ya suman 84 y la empresa prevé 30 más para este año. (Consulta aquí los puntos de acceso wifi en Cuba
Sin embargo, el acceso es limitado y, sobre todo, vigilado. La advertencia del gobierno cubano es “no usar el servicio para realizar acciones que puedan considerarse por ETECSA o por las autoridades administrativas y judiciales competentes, como dañinas o perjudiciales para la seguridad pública, la integridad, la economía, la independencia y la soberanía nacional”.
Cuba tiene el menor acceso a internet en América Latina, pues sólo 4.1% de los hogares cuenta con una conexión, mientras que en México es de 34.4%, de acuerdo con la Cepal.
Entre los tres millones de cubanos con acceso a internet están empresarios cubanos, extranjeros, según se establece en las políticas de la contratación de ETECSA.
