[contextly_sidebar id=”eGnVR9pMSmYU0qcCGuL87O26X3sGNxDC”]El papa Francisco se llevó consigo al Vaticano a 12 refugiados sirios de tres familias distintas, incluidos seis menores de edad, reveló hoy el vocero Federico Lombardi.
Ante la sorpresa de periodistas y quienes acompañan al líder de la Iglesia católica de regreso al Vaticano tras una visita relámpago a la isla griega de Lesbos, el grupo subió al avión papal y se acomodó para viajar.
La acción del Papa se dio antes de que entre en vigor la próxima semana un acuerdo entre Turquía y la Unión Europea para regresar a los inmigrantes a su país.
El mismo Papa Francisco fue el encargado de darles la bienvenida a los refugiados -todos ellos musulmanes- que viajan a Roma con él. La comunidad de San Egidio será la encargada de brindarles alojamiento.
Al momento del abordaje, ellos parecían emocionados y subieron las escalerillas del avión papal corriendo. Se observó a una mujer con un velo blanco, a varios hombres y diversos niños. Una vez adentro, el Papa los saludó uno por uno.
El portavoz de la sede de la Iglesia católica, Federico Lombardi, precisó que se trata de un “gesto de bienvenida” de Jorge Mario Bergoglio hacia los refugiados: seis mayores y seis menores (de edad), que forman tres familias.
“Se trata de personas ya presentes en el campo de Lesbos antes del acuerdo de la Unión Europea y Turquía. La iniciativa del Papa fue realizada gracias a un tratado de la Secretaría de Estado del Vaticano con las autoridades competentes, griegas e italianas”, dijo Lombardi.
“Dos (familias) provienen de Damasco y la otra de Deir Azzor, en la zona ocupada (por el grupo yihadista Estado Islámico). Sus casas fueron bombardeadas. La acogida y el mantenimiento serán completamente a cargo del Vaticano”, agregó.
El Papa Francisco se pronunció en contra de cerrar fronteras y construir muros entre las naciones, porque a la larga la cerrazón hace mal al propio pueblo.
En un diálogo con periodistas, en el viaje de regreso a Roma desde Grecia, el líder católico abogó también por una acogida responsable en la cual se defina claramente cómo se puede integrar a los migrantes que llegan a los países vecinos.
“Yo entiendo a los pueblos y a los gobiernos que tienen miedo, los entiendo y debemos tener una gran responsabilidad en la acogida. Siempre dije que hacer muros no es una solución, vimos el siglo pasado la caída de uno, no resuelve nada”, sostuvo.
“Tenemos que hacer puentes, pero los puentes se hacen inteligentemente, con el diálogo, la integración”, enfatizó el pontífice, tras su visita a Lesbos, epicentro del flujo de refugiados hacia Europa.
“Europa debe urgentemente hacer política de acogida, de crecimiento, de trabajo, de reforma de la economía, todas estas cosas son los puentes que nos llevarán a no hacer muros, pero el miedo tiene toda mi comprensión”, agregó.
Evocó su reciente viaje apostólico a México, con la misa que celebró en la mexicana Ciudad Juárez y la vecina localidad estadunidense de El Paso, a menos de 100 metros de la frontera binacional, más allá de la cual siguieron la celebración obispos y fieles católicos.
Aseguró que en esa frontera ocurre lo mismo que en el Mar Egeo o el Mediterráneo, porque el problema de las migraciones “es mundial”.
Reconoció que un gran desafío del “viejo continente” es la verdadera integración de los extranjeros, porque todavía existen guetos.
El Papa recordó que algunos de los terroristas que han perpetrado atentados son hijos y nietos de nacidos en el continente europeo, pero no fueron contenidos por una verdadera política de integración.