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La creación de la Reserva de la Biósfera del Caribe, un proyecto con riesgos
La creación de la Reserva de la Biósfera del Caribe, un proyecto con riesgos
11 minutos de lectura
La creación de la Reserva de la Biósfera del Caribe, un proyecto con riesgos
18 de junio, 2016
Por: Luis Castrillón (@lrcastrillon)
@arturodaen 

Sin un estudio más amplio y que considere las recomendaciones de sectores comunitarios y especialistas involucrados, o que podrían resultar afectados, la creación de la Reserva de la Biósfera del Caribe Mexicano podría traer más conflictos a la zona litoral de Quintana Roo que ventajas para su protección y conservación.

[contextly_sidebar id=”OXcUeJQLz4wjooEwkSaM27alOvw9t8tm”]El conflicto por la construcción de un desarrollo turístico en Holbox, la devastación de manglares en Cancún antes de la cancelación del proyecto comercial Dragon Mart, la destrucción de un hábitat similar en Tajamar, así como las irregularidades en la venta y aprovechamiento de terrenos en Punta Nizuc son ejemplos de las inconsistencias que en la región se enfrentan para equilibrar el manejo ambiental y el desarrollo económico.

En medio de los enfrentamientos entre grupos civiles, empresariales, ejidales y ambientalistas que han destacado en Quintana Roo en los últimos dos a tres años, el gobierno mexicano puso a consulta pública, a través de la Sermarnat y Conanp, el estudio justificativo para la creación del Área Natural Protegida (ANP) de la Reserva de la Biósfera del Caribe Mexicano el 22 de abril pasado.

Se trata de uno de los más ambiciosos planes en materia de protección ambiental en la región del Caribe, cubriría aproximadamente 56 mil 628 kilómetros cuadrados en el litoral de Quintana Roo, lo que representa una extensión incluso superior a la total de ese mismo estado que abarca poco más 44 mil kilómetros cuadrados.

El objetivo de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Natuales (Semarnat) y la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp) es mejorar la regulación para la conservación del medio ambiente en Quintana Roo, donde se encuentran algunas de las principales reservas del país y de América, como la Biósfera de Sian Ka’an, entre otras.

Además, la Riviera Maya, Cancún y en años más recientes Majahual, al sur del estado, concentran en conjunto uno de los principales polos turísticos y de ingresos por ese rubro en México.

En 2015, Quintana Roo recibió poco más de la mitad de los 30 millones de turistas que llegaron al país y captó también la mitad de los 17 mil 500 millones de dólares que ingresaron al país por turismo.

Sí apoyan la creación del Área Natural Protegida, pero piden atender recomendaciones

Investigadores, especialistas en derecho ambiental y representantes de organizaciones de la sociedad civil demandaron a la Semarnat y a la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp) considerar las recomendaciones de todos los sectores que se verán involucrados o afectados por la creación de la Reserva de la Biósfera del Caribe Mexicano.

Son 23 organizaciones civiles las que en conjunto han definido una serie de propuestas ante los beneficios, pero también las complicaciones que podrían generarse para la conservación del medio ambiente y el desarrollo económico sustentable en la Península de Yucatán ante  la creación de esa área natural protegida (ANP).

Para los científicos, ambientalistas y especialistas en derecho ambiental de las 23 organizaciones, existen algunas inconsistencias que deben ser atendidas antes de la aprobación final del documento, su publicación en el Diario Oficial de la Federación y el consiguiente decreto de la ANP Reserva de la Biósfera del Caribe Mexicano.

La abogada del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), Alejandra Serrano, uno de los problemas con la posible creación de esa Reserva de la Biósfera es la evidente falta de orden que existe en la zona del litoral quintanarroense en cuanto a protección y conservación de los recursos naturales frente a los proyectos de desarrollo económico.

Los conflictos por la posesión de la tierra y la planeación de un mega desarrollo turístico en la isla de Holbox que detonaron a mediados de 2014, la destrucción de manglares en la zona donde se había proyectado construir el proyecto del Dragon Mart en Cancún, el caso similar en Tajamar, y lo que se prevé podría ocurrir en Punta Nizuc, entre otros, dan cuenta del desorden que todavía existe en la zona, consideró la especialista.

Entre otras inconsistencias, Serrano señala como ejemplo el caso del Área Natural Protegida de Yum Balam, en la que se encuentra Holbox, que desde su decreto en 1994 no cuenta aún con un plan de manejo integral.

Sin embargo, Yum Balam está considerado dentro del polígono que abarca la Reserva de la Biósfera del Caribe Mexicano junto con otras 11 áreas naturales que se encuentran bajo régimen de protección, pero en las que también se han presentado problemas para el manejo del hábitat que las integra frente a los proyectos de desarrollo turístico y costero.

La integrante del CEMDA lo tiene claro: si no existe todavía un equilibrio entre las actividades humanas en la zona y la conservación del medio ambiente es debido a la poca efectividad que han tenido los programas de manejo y las leyes en materia de protección y conservación ambiental, así como su aplicación efectiva.

Entrar con todo un nuevo proyecto de esa magnitud, explicó, obligará a modificar los programas de manejo ya existentes, así como los proyectos de desarrollo turístico, urbano y costero que existan o estén programándose; afectará la actividad de pescadores, empresarios y podría generar muchas inconformidades.

Lo que debe entenderse, insistió, es que si ya existen conflictos para equilibrar el cuidado del hábitat y el desarrollo económico en la zona, una nueva demarcación de este tipo que no considere a detalle todos los recursos ambientales de la zona y las necesidades de crecimiento de sus poblaciones humanas, más que beneficios podría traer más problemas aún.

Si lo señalado antes fuera poco, Serrano considera otro agravante: el presupuesto que se requerirá para la administración de la zona. Se deberá recurrir a un programa que cuente con mucho dinero para mantener una vigilancia óptima y eficiente de toda el área a proteger, así como para el propio manejo de todos los recursos y el personal que deberá operar.

La Reserva de la Biósfera del Caribe Mexicano

La reserva prevé incluir un polígono superior a la extensión del mismo estado en el que se establecerá. Dentro de ese territorio ya existen 12 sitios bajo algún régimen de protección: el Área de Protección de Flora y Fauna de ‘Yum Balam’, el Área de Protección de Flora y Fauna de Cozumel y su Parque Nacional arrecifal, el Parque Nacional en Tulum, la Reserva de la Biósfera Sian Ka’an, la Reserva de la Biósfera de los arrecifes de Sian Ka’an, la de Banco Chinchorro y el Parque nacional de los Arrecifes de Xcalak, el Parque Nacional Isla Contoy, la Reserva de la Biósfera del Tiburón Ballena y el Parque Nacional de la Costa Occidental de Isla Mujeres, Punta Cancún y Punta Nizuc, el Arrecife de Puerto Morelos.

Esta gran reserva cubriría recursos arrecifales como los Bancos del Este, Canal de Yucatán 4, Arrecife Islache Grande, El Cabezo, Manchones y Cuevones, Cancún, Puerto Morelos, Akumal, Punta Maroma, Cozumel, XpuHa, Xcalak y Chinchorro.

Además integra 37,110 hectáreas con cobertura de selvas bajas y medianas. El área objeto de estudio presenta la distribución de las selvas tropicales más al norte de la Península de Yucatán y de México, con especies endémicas y en diversas categorías de riesgo.

En cuanto a manglares, la reserva prevé reforzar la protección y conservación de 21,560 hectáreas de ese hábitat relevantes por tratarse de cobertura de especies catalogadas en la Norma Oficial Mexicana SEMARNAT-2010 bajo programas de protección como el  mangle rojo (Rhizophora mangle), mangle blanco (Laguncularia racemosa), mangle negro (Avicennia germinans) y mangle botoncillo (Conocarpus erectus).

Dentro del área se encuentra el sistema lagunar Chacmochuch, considerado uno de los principales centros de reproducción, crianza y refugio para muchas especies de peces, moluscos y crustáceos de importancia ecológica y comercial. Este hábitat permite reforzar los primeros eslabones de la cadena alimenticia que finalmente proporciona sustento a la actividad pesquera de la zona.

La reserva también representa un punto clave para la conservación de especies de tortugas marinas. En el área anidan cuatro especies: carey (Eretmochelys imbricata), caguama (Caretta caretta), verde del Atlántico (Chelonia mydas) y laúd (Dermochelys coriacea)

La Península de Yucatán concentra la zona de anidación de tortuga carey más grande del Atlántico Oeste, y una de las cinco poblaciones de tortuga verde del Atlántico más importantes del Gran Caribe.

En el territorio que abarca el proyecto se encuentran zonas de protección para tres especies de alto valor y que se encuentran amenazadas: el tiburón ballena, el tiburón toro y el manatí.

A las características naturales que demandan mayores esfuerzos de protección y que se encuentran regularmente presionadas por el desarrollo productivo, ya sea pesquero o turístico, hay que sumar los problemas que genera la tenencia de la tierra.

La cobertura de la Reserva de la Biósfera del Caribe cubre 116 mil 784 hectáreas de terrenos ejidales, nacionales, parcelas y pequeñas propiedades en Isla Mujeres, Lázaro Cárdenas y Benito Juárez, con cabecera municipal en Cancún.

Pese a ser propiedades ya reconocidas legalmente y certificadas para su uso y aprovechamiento productivo, se encuentran en constante presión por ubicarse, como se señala, en municipios con un alto potencial para el incremento de la actividad turística.

El conflicto generado entre la empresa Península Maya Developments y propietarios de terrenos ejidales en Holbox es un ejemplo de lo señalado, que se sumó a la incertidumbre generada por la ausencia de un plan de manejo integral de la zona de Yum Balam.

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¿Qué recomiendan los investigadores y especialistas en materia ambiental?

Luego de revisar el proyecto previo justificativo, 23 organizaciones que reúnen a ambientalistas, investigadores, especialistas en derecho y medio ambiente, entre otras disciplinas, emitieron una serie de recomendaciones a la Semarnat y la Conanp que consideran prioritario tomarse en cuenta a fin de que el proyecto de la Reserva no termine por generar más problemas.

El grupo consideró que la ANP puede mejorarse a través de la participación de los diversos sectores involucrados: desde los especialistas, grupos ciudadanos, productores pesqueros, propietarios de terrenos ejidales y la iniciativa privada.

En el caso de esta última, “la Asociación de Hoteles de Cancún (AHC) asegura que la declaratoria del Caribe mexicano como Área Natural Protegida (ANP) supone el freno a más de 27 mil habitaciones proyectadas en los siguientes años para Cancún, Riviera Maya y la parte continental de Isla Mujeres. Esa cifra equivale a casi la tercera parte de las 87,000 habitaciones con que cuenta actualmente Cancún-Riviera Maya”, según reproducen varios medios informativos a partir de un artículo de El Economista.

El sector hotelero y de hospedajes en Quintana Roo ha rechazado la propuesta de la Semarnat y la Conanp. La directora adjunta de la Asociación de Clubes Vacacionales de esa entidad aseguró –de acuerdo con la misma publicación- que tratarán de “impedir que se vuelvan a imponer más candados al desarrollo turístico de Quintana Roo tal como sucedió ya una vez con la Ley de Protección al Manglar, la cual en su momento obligó a que se cancelaran varios proyectos”.

“Con este exceso de protección no sé dónde vamos a vivir. ¿Qué van a hacer con los permisos ya otorgados, con la falta de certeza jurídica respecto al uso de tierra? Lo único que está produciendo hoy en este país se llama turismo, el petróleo sigue cayendo, el cambio de divisas está terrible, la única divisa que está entrando es la del turismo y ¿vamos otra vez a bloquearla?”, expuso la empresaria en el texto citado.

De acuerdo con las organizaciones de la sociedad civil que ya plantearon sus recomendaciones por escrito ante la Semarnat y la Conanp lo primero que debe hacerse, más allá de que el estudio previo justificativo de la Reserva de la Biósfera del Caribe Mexicano está abierto al público, es organizar una consulta con “mecanismos efectivos de participación”.

Esa consulta deberá basarse en cuatro temas de análisis fundamentales: a) la poligonal del ANP; b) la zonificación propuesta en el EPJ; c) la operación de las ANP existentes y la propuestas de operación para la RBCM; y d) la participación social.

En el primer caso se plantea cambiar la categoría de Reserva de la Biósfera a la de Área de Protección de Flora y Fauna,  “con el fin de ser consistentes con las otras ANP ya decretadas y que tienen objetos de conservación puntuales, así como con las categorías de manejo”.

También se propone modificar las dimensiones para incluir áreas que deben conservarse como los humedales de Puerto Morelos y para revisar la zona terrestre al sur de Yum Balam, ya que ahí se encuentran propiedades particulares, reservas privadas y propiedad comunal a las cuales no se les aseguran alternativas productivas y ya son parte de procesos paralelos de conservación y manejo.

En el tema de zonificación se solicita presentar de manera precisa la información, dado que existen inconsistencias en los límites marcados, como es el caso de las zonas núcleo en las cuales se pide incluir toda su superficie para aprovechar las oportunidades de conservación.

A la vez se deben considerar las áreas privadas incluidas en la propuesta como zonas de amortiguamiento, con el fin de fortalecer el ANP.

En lo que se refiere a la operación de las ANP existentes, se considera fundamental la creación de criterios ecológicos a integrarse en los Planes de Desarrollo Urbano y Programas de Ordenamiento Ecológico Local.

A fin de asegurar la viabilidad de este ambicioso proyecto, se pide que éste cuente con un presupuesto real y se desglose su costo de operación. Específicamente, se solicita que por lo menos el 80% de los fondos recaudados por cobro de derechos de la Reserva regresen a ésta para su manejo, el cual deberá ser transparente, a través de la creación de un organismo intersectorial.

Se requiere también ampliar las atribuciones de la Conanp y de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en materia de inspección y vigilancia, en alianza con otras instituciones gubernamentales.

Finalmente, en lo que se refiere a la participación social, las organizaciones solicitan la realización de talleres sectoriales e intersectoriales, convocados de manera oficial, así como que se incluya en el Estudio información científica reciente sobre áreas arrecifales, áreas marinas de centro y sur del estado, áreas profundas y oceanografía del Caribe, así como los conocimientos generados en talleres con grupos científicos y técnicos.

La propuesta ya enviada a las dependencias está respaldada por los grupos  Alianza Kanan Kay, Alma Verde Holbox, Amigos de Isla Contoy, A.C., Amigos de Sian Ka’an A.C., Asociación de Prestadores de Servicios Acuáticos de la Riviera Maya, A.C. (APSA), Blue Core, A.C., Casa Wayuu, A.C., Centro Ecológico Akumal (CEA), Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A. C (CEMDA),  Centinelas del Agua, A.C., Ch´ooj Ajauil, A.C., Colectividad  Razonatura, Comunidad y Biodiversidad, A.C. (COBI),   Flora, Fauna y Cultura de México, A.C., Grupo Tortuguero del Caribe, A.C., Iniciativa Arrecifes Saludables (HRI), Manatus México, Ocean Solutions México, Onca Maya, A.C., Organización Mexicana para la Conservación del Medio Ambiente, A.C. (OMCA), , A.C., Reserva Ecológica El Edén, A.C., Saving Our Sharks A.C. (SOS), Voces Unidas de Puerto Morelos.

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