[contextly_sidebar id=”rpoepjxDUPvMmJpqdWT9jnNYtZoGtIXm”]El pasado 25 de mayo, Luis Alberto Cerón Hernández viajó de Hidalgo a Tamaulipas siendo chofer. Llevaba apenas un día de trabajo y al llegar a Nuevo Laredo, después de haber enviado un mensaje de texto a su familia para informar que estaba en la ciudad para comprar un motor de autobús, desapareció.
Horas después, la familia de Luis Alberto le llamó a su teléfono celular, el cual contestó una mujer desconocida, quien dijo que ese número le pertenecía a ella y colgó. Nunca más pudieron volver a entablar comunicación con ese aparato telefónico.
Luis Alberto y su familia son originarios de Hidalgo, y por falta de dinero para trasladarse a Tamaulipas, interpusieron la denuncia por la desaparición en Pachuca, en las oficinas de la PGJ estatal.
El expediente de la desaparición de Luis Alberto, con el número 12-2016-04832, fue recibido por la PGJ de Hidalgo, la cual debía activar el Protocolo Homologado para la Búsqueda de Personas Desaparecidas y la Investigación del Delito de Desaparición Forzada, pero no lo hizo.
Han pasado más de tres semanas desde su desaparición, y la procuraduría de Tamaulipas informó a la familia que únicamente ha realizado búsquedas en centros de detención y hospitales, omitiendo la búsqueda en las calles de Nuevo Laredo, ciudad donde desapareció, y el rastreo de su aparato celular.
El Protocolo Homologado para la Búsqueda de Personas Desaparecidas y la Investigación del Delito de Desaparición Forzada es un documento que enlista los pasos que se deben seguir dentro de las primeras 24 horas, entre las 24 y las 72 horas y después de las 72 horas de la desaparición de personas, explica la investigadora del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, Volga de Pina.
“Estos son los pasos que tienen que seguir, porque se ha demostrado que si tú los sigues en los tiempos prudentes, hay alguna posibilidad de encontrar a la persona desaparecida y no si tú te pones a buscarla tres meses después de que desapareció”.
La especialista del IMDHD subrayó que “tenemos un gran problema de falta de difusión del protocolo, de falta de entendimiento. Por ejemplo, si a Luis Alberto se lo llevó la policía de Tamaulipas, no hay modo legal de que la Procuraduría de Hidalgo pueda proceder contra la policía de Tamaulipas, porque estaría invadiendo competencia, pero una cosa es la investigación y otra cosa es la búsqueda.”
En la búsqueda, explicó, “el chiste es que, cuando tienes conocimiento de una desaparición, tienes qué ver cómo le haces para activar los mecanismos de búsqueda urgentes. Y no lo hacen, no lo hacen porque les vale, porque son flojos, porque son indolentes, porque no saben cómo.”
Luis Alberto, de 30 años, trabajaba para Tapia, una empresa dedicada a la construcción industrial. Es padre, esposo, hijo y hermano amoroso y responsable, tal como lo describe su hermana Lizbeth Cerón Hernández.
Ante la falta de respuesta por parte de las autoridades para buscar a Luis Alberto, Lizbeth publicó una carta dirigida al gobernador de Tamaulipas, Egidio Torre Cantú, reclamándole que ninguna autoridad ha iniciado acciones eficientes para dar con su paradero, a pesar de que su hermano desapareció tres días antes que Alan Pulido, futbolista secuestrado y liberado en un día.
“Cuando nos enteramos de la desaparición del futbolista también lo lamentamos, pero más lamentamos ver cómo ante la desaparición de Luis Alberto ninguna autoridad ha iniciado acciones eficaces para dar con su paradero. (…) Después supimos de la liberación de Alan, y desde entonces nos sentimos desconcertados porque parece que además de que somos víctimas de la desaparición de Luis Alberto, ahora también lo somos de la discriminación”, escribe en la carta, dirigida a Egidio Torre Cantú.
“Cuando supimos quién era (Pulido), sabíamos que esto iba a generar bastante presión en todos los sentidos”, fue la declaración en entrevista para Radio Fórmula del Procurador de Justicia de Tamaulipas, Ismael Quintanilla, quien reconoció que hubo un operativo especial para buscar al jugador.
Incluso, el gobernador del estado, Egidio Torre, acudió al hospital al que fue trasladado Pulido para atender las lesiones que presentaba después del rescate.
“Lo que demuestra el caso de Pulido es que si activas el mecanismo de búsqueda inmediata los encuentras vivos. De ahí deberíamos agarrarnos para decir ‘hagamos el protocolo Alan Pulido, esa fue una buena práctica, ¡impleméntenla!, nada más que para todos los pobres mortales”, finalizó de Pina.
Según las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Tamaulipas es el estado con mayor número de desapariciones del país, con 5 mil 583 personas no localizadas, seguido del Estado de México, con 2 mil 830 y Jalisco, con 2 mil 390.
