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Es injusto, no le robo a nadie, dice la mexicana símbolo de la política migratoria de Trump
Es injusto, no le robo a nadie, dice la mexicana símbolo de la política migratoria de Trump
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Es injusto, no le robo a nadie, dice la mexicana símbolo de la política migratoria de Trump
11 de febrero, 2017
Por: Juan Paullier // BBC Mundo (@bbcmundo)
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[contextly_sidebar id=”q4IEu3g5sQmaiOp8b2NrA3SvyfZE6uHB”]”Es injusto porque yo estaba trabajando, no le estoy robando a nadie nada, y al contrario, les están quitando el derecho a mis hijos de estar con su mamá”. La mexicana Guadalupe García de Rayos habla con la voz apagada horas después de volver a poner un pie en el México que abandonó a los 14 años para cruzar de forma ilegal a Estados Unidos junto a su familia.

Veintiún años después, el jueves pasado la mexicana atravesó la misma frontera.

“Todo ha sido tan rápido que no asimilo bien lo que es”, dice en entrevista con BBC Mundo en Nogales (Sonora)

A esta mexicana se le considera una de las primeras persona en ser deportadas bajo una nueva orden ejecutiva que el presidente Donald Trump firmó el 25 de enero que prioriza la remoción de indocumentados “peligrosos”.

Y se convirtió en un símbolo. 

El caso de esta madre, de 35 años, de dos ciudadanos estadounidenses menores de edad (Ángel, de 16 años, y Jacqueline, de 14) encendió las alarmas para millones de inmigrantes indocumentados en el país.

Cada seis meses debía presentarse en la oficina del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), en Phoenix, Arizona.

Este miércoles, pese a las dudas por la nueva orden ejecutiva, lo hizo. Lo que debía ser una cita de rutina se convirtió en un caso emblemático de la política migratoria de Trump.

Quedó detenida y menos de 24 horas después fue deportada a México. Se encuentra junto a alguno de sus familiares en Nogales, a unas tres horas de Phoenix.

Guadalupe y sus hijos.
Image caption“Les están quitando el derecho a mis hijos de estar con su mamá”, asegura García.

“No me arrepiento”, le dice a BBC Mundo. Si no me hubiera presentado iba a estar huyendo, y en cualquier momento me iban a perseguir, por eso me atreví a hacer lo que hice”.

Pero eran conscientes de los riesgos. Tanto, que antes de presentarse ante las autoridades la familia fue a misa, y García de Rayos ingresó a las oficinas rezando, junto a su abogado y un sacerdote.

“Al principio teníamos miedo”, explica su hijo Ángel, “pero luego dijimos que lo teníamos que enfrentar, que no nos podíamos esconder, que teníamos que hacer lo correcto”. 

“Podría haber huido, pero enfrentó la situación, como hacía cada año”, agrega.

Su deportación generó protestas fuera de las oficinas de ICE. Siete personas fueron detenidas, entre ellas un hombre que se encadenó a las ruedas de vehículo donde intentaban a trasladar a García de Rayos.

La gente reunida gritaba “Liberación, no deportación”.

Ahora García de Rayos y sus familiares esperan que la notoriedad del caso sirva para advertir a otros inmigrantes en condiciones similares a que tomen precauciones, se informen y se asesoren con sus abogados.

“Nos está atacando”, dice la mexicana

La nueva directriz del presidente Trump determina que cualquier inmigrante indocumentado condenado por un delito, aunque no hayan sido acusados pero se considere que cometieron “actos que constituyan un crimen imputable”, serán una prioridad para deportación.

“Nos está atacando, no veo el porqué atacarnos tan feo si solamente estamos contribuyendo al país, no le estamos robando ni quitando nada, simplemente queremos trabajar para estar bien”, afirma. 

García de Rayos fue deportada no por haber ingresado ilegalmente al país, lo que se considera una ofensa civil, sino por usar un número falso de seguridad social para poder trabajar en el parque Golfland Sunsplash en Mesa, un suburbio de Phoenix, por el cual fue condenada por los delitos de robo de identidad y el uso de documentos falsos.

Su caso fue descubierto el 16 de diciembre de 2008 cuando en una de las primeras redadas ordenadas por el controvertido sheriff del condado de Maricopa, Joe Arpaio, acusado por el gobierno estadounidense de prácticas policiales discriminatorias, quedó expuesto su uso indebido del número de seguridad social.

Tras ello, pasó tres meses presa y otros tres en un centro de detención migratoria.

Su hijo todavía recuerda cuando tenía 8 años y vio cómo se llevaban a su madre esposada.

“Es bastante difícil vivir con el miedo de que deporten a tu madre. Ni siquiera pude crecer como hubiera querido, teniendo saber que te pueden quitar a tu madre en cualquier momento. Da miedo. Y saber que hay millones de familias en la misma situación es realmente triste”.

“Criminales, no familias”

En 2013 un tribunal migratorio determinó que debía ser enviada a México pero su situación quedó en suspenso porque durante el gobierno de Barack Obama casos como el de García de Rayos, que ingresó al país siendo menor, no eran un objetivo prioritario de deportación.

Desde entonces debía presentarse una vez al año y luego cada seis meses en las oficinas de ICE, recibió un permiso de trabajo y retornó al mismo lugar de trabajo.

El gobierno del expresidente, tildado por líderes de la comunidad latina como el “Deportador en Jefe”, expulsó 2009 y 2015 a casi 3 millones de inmigrantes indocumentados que habían cometido algún tipo de delito bajo una política denominada por Obama como “felons, not families” (criminales, no familias).

Una vez electo, Trump prometió que iba a deportar entre 2 y 3 millones de inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales, entre ellos “miembros de pandillas y narcotraficantes”. Se estima que en 2014 unos 11 millones de indocumentados, casi la mitad mexicanos, vivían en Estados Unidos.

La advertencia del gobierno mexicano

Tras su deportación, el gobierno mexicano emitió un comunicado en el que “invita a toda la comunidad mexicana a tomar precauciones”.

El caso, aseguró la cancillería, “ilustra la nueva realidad que vive la comunidad mexicana en territorio estadounidense ante la aplicación más severa de las medidas de control migratorio”.

“Es importante que los connacionales se familiaricen con los distintos escenarios que pueden enfrentar”, añadieron las autoridades.

ICE defendió la medida en un comunicado. Su caso “estuvo sujeto a revisiones en múltiples niveles del sistema legal de inmigración (…) y los jueces determinaron que ella no tiene bases legales para permanecer en Estados Unidos”.

Donald Trump.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionDonald Trump firmó el 25 de enero una orden ejecutiva que prioriza la remoción de indocumentados “peligrosos”.

García de Rayos confía en que podrá volver a reunirse con sus hijos.

“Tengo esperanza de que se revierta. Sé que es difícil, pero sé que lo vamos a lograr con la ayuda de Dios y las organizaciones, esta lucha no se va a acabar”.

Por lo pronto, planea en los próximos días ir a Guanajuato para reencontrarse con sus padres, a quienes no ve desde hace 15 años.

“Siento que me va a gustar de ver cosas que hace tiempo que no veía”, dice, “me hace ilusión abrazar a mis papás”.

 

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