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Cuando una empresa se convierte en tu religión: Cinta negra, una novela distópica
Cuando una empresa se convierte en tu religión: Cinta negra, una novela distópica
3 minutos de lectura
Cuando una empresa se convierte en tu religión: Cinta negra, una novela distópica
29 de mayo, 2017
Por: Karen Julibeth (@julib3th)
@Julib3th 

¿Qué estarías dispuesto a hacer por un salario como el de Carlos Slim? El personaje principal de Cinta negra (Pepitas de calabaza, 2017) sabe que podría estirar al máximo sus límites morales (si es que los tiene). Y por eso no duda en poner en peligro hasta su propia vida con tal de ser el empleado más reconocido de su empresa.

Con tintes de sátira y parodia, la novela de Eduardo Rabasa se puede enmarcar en la década de los noventa, cuando si bien existían teléfonos celulares no existían las redes sociales en internet tal y como las conocemos ahora.

La trama de Cinta negra gira en torno a Fernando Retencio, un oficinista que tiene un sólo objetivo en la vida: obtener la cinta negra, que es el máximo reconocimiento de Soluciones, una empresa que —como su nombre lo indica— se dedica a dar soluciones a las personas que contratan sus servicios. Y cuyo “sistema de pensamiento es como una especie de secta que lo engulle todo”, dijo Eduardo Rabasa.

“La idea era pensar en una especie de arquetipo, un sujeto contemporáneo que abunda y es bastante difundido. Que está motivado por esta especie de credo —que está obteniendo cada vez más tintes teológicos— de la cuestión corporativa, empresarial, del éxito, del dinero, la acumulación”, explicó Rabasa en entrevista.

Entrevista con Eduardo Rabasa
La cinta negra “es una especie de meta difusa vinculada con el estatus”.

Parte de la motivación del escritor para crear a Fernando Retencio nace del presente. Donde generaciones de estudiantes y trabajadores son educadas bajo un nuevo referente que deja afuera la ética. Aquí lo importante es ganar a toda costa. “Un poco como estos magnates de Silicon Valley. Una especie de raza o casta dominante”.

En el mundo de Cinta negra el objetivo de trabajar no se limita a traer el sustento a casa. Ir a la oficina se traduce en buscar, día a día, el éxito que también busca tu compañero, y que no pueden compartir. Entonces, tu colega es tu enemigo, pues busca lo mismo que tú.

Ahora, en el trabajo de oficina está “en juego casi la identidad, la personalidad, la valía de uno en el mundo”.

Pero, ¿qué es la cinta negra?

La gran obsesión de Retencio es la cinta negra, pero nadie —ni él— sabe qué es. Pero para el editor Eduardo Rabasa “es una especie de meta difusa vinculada con el estatus”.

Durante la novela una pizarra funge como mediador entre el dueño de la empresa (el señor Sonrisa) y los empleados. La pizarra los califica para luego ubicarlos en los lugares que les corresponde según su desempeño laboral. Cada vez más cerca o lejos de la amada cinta negra.

El poder de la pizarra es tal, que los oficinistas “viven entre con reverencia y temor por averiguar su suerte cada día”.

A continuación, un extracto de Cinta negra, cortesía de la editorial Pepitas de calabaza:

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