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Falta de recursos y corrupción, los muros que México le impone a sus científicos
Falta de recursos y corrupción, los muros que México le impone a sus científicos
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Falta de recursos y corrupción, los muros que México le impone a sus científicos
21 de julio, 2017
Por: Aleyda Villavicencio
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La falta de infraestructura y recursos, así como la corrupción en los gobiernos obligan a científicos e investigadores mexicanos a buscar oportunidades de empleo y desarrollo en otros países, principalmente en Estados Unidos.

Tan sólo en la Universidad de Cambridge hay decenas de mexicanos involucrados en proyectos que van desde aeronáutica hasta biotecnología y energías renovables.

[contextly_sidebar id=”5RChfaMRfHmCXQneben3Fn1vOn2EvAEY”]Estos profesionistas y estudiantes de posgrado han decidido quedarse en EU porque, dicen, la burocracia y la corrupción podrían limitar la disponibilidad de recursos necesarios para llevar a cabo su trabajo.

La repartición de fondos gubernamentales a través de becas es una forma de corrupción que enfrentan los científicos que salieron del país. En México, la mayoría de estos fondos se distribuyen a través del CONACYT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologia), y éste entrega los fondos directamente a los estudiantes, en lugar de hacerlo a las universidades.

“(Los líderes del CONACYT) quieren mantener la discrecionalidad sobre a quién se otorgan dichos fondos”, dice Marco Muñoz, director de la Oficina de Iniciativas Globales del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés). “Las becas no siempre se otorgan por méritos académicos sino por influencias”, agrega.

[animalp-quote-highlight position=”left”]En México cualquiera puede ser rector de una universidad sólo por ser amigo del gobernador[/animalp-quote-highlight]

Muñoz estudió en el extranjero, en la Escuela de Leyes de la Universidad de Texas, gracias a una beca otorgada por el gobierno de Veracruz.

Ramón Sánchez, quien ha vivido en Boston por más de 10 años y ha participado en el desarrollo de docenas de proyectos de energía renovable en todo México, está convencido que “el mayor detractor para que el talento se quede en el país es la corrupción”.

“En México cualquiera puede ser rector de una universidad sólo por ser amigo del gobernador”, dice el profesor, quien se desempeña como director del Programa de Salud y Tecnologías Sostenibles en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard.

Burocracia y falta de equipos

Guillermo Ulises Ruiz-Esparza tiene 28 años y es actualmente el más joven de los cinco científicos líderes del Centro de Innovación e Investigación de la División de Ciencias y Tecnologías de la Salud de Harvard-MIT, donde trabaja desde hace un año.

El investigador está convencido de que en México no habría podido hacer tanto como ha logrado en EU.

El científico recuerda la frustración de no poder hacer su trabajo por no tener los recursos disponibles durante el tiempo que pasó en México tras terminar su doctorado nanotecnología y biomedicina en Houston.

“Duré cinco meses hablando a distintos laboratorios en el país para intentar hacer unos análisis”, dice Ruiz-Esparza. “Algo que aquí me tomaría unos minutos hacer dentro de un mismo edificio, en México me llevó meses. Es imposible competir con científicos de primer mundo cuando no se tienen los recursos a la mano”.

“En México, con excepción de mi mentor, nadie me tomaba en serio”, cuenta con tristeza Ruiz-Esparza. “Antes de que mi tesis doctoral fuera tan publicitada, la gente me decía que era un tonto, un niño. Irónicamente aquí en Estados Unidos, Harvard creyó en mí, y me invitaron a trabajar con ellos. Fue un sueño hecho realidad y no lo pensé dos veces en aceptar”.

Ruiz-Esparza señala que si tuviera que regresar a México tendría que dejar por completo su investigación sobre nanotecnología, pues no podría continuar su trabajo.

“Es prácticamente imposible hacer allá lo que hacemos aquí. Se requiere de equipo altamente sofisticado que en México no está siempre disponible. De hecho, en ocasiones aún y cuando cuentas con el equipo la burocracia y los impuestos de importación de la materia prima vuelven prácticamente imposible realizar nuestro trabajo en tiempo y forma”, agregó.

El científico mexicano teme que las políticas antiimigrantes de Donald Trump y la renegociación del Tratado de Libre Comercio puedan afectarlo a él y a otros investigadores que viven en EU, obligándolos a regresar a México.

En febrero, Ruiz-Esparza viajó a México a renovar su visa TN, la cual está respaldada por el Tratado de Libre Comercio, ahora el proceso que normalmente tomaba un par de días puede tardar hasta 9 meses, y sin ninguna garantía de que la renovación fuera aprobada.

[animalp-quote-highlight position=”left”]No quiero becar estudiantes que se vayan al extranjero porque no van a volver[/animalp-quote-highlight]

Un estudio realizado en 2013 por el Centro de Educación Superior Internacional de la Universidad de Boston señala que al menos un tercio de los mexicanos con grado académico de doctorado vive en EU.

Aproximadamente 11,000 mexicanos, cuyos estudios de posgrado han sido pagados por el gobierno de México, o por ellos mismos, trabajan actualmente en ese país.

Guillermo Ulises Ruiz-Esparza es el más joven de los cinco líderes del Centro de Innovación e Investigación de la División de Ciencias y Tecnologías de la Salud de Harvard-MIT.

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La fría bienvenida de México a sus científicos

Una de las responsabilidades de Marco Muñoz en el MIT es encontrar “socios filantrópicos”, tanto para ayudar a los estudiantes a implementar sus ideas como para crear becas que beneficien a estudiantes de cada país específicamente.

Por ello tiene contacto con millonarios de todo el mundo, sobre todo de Latinoamérica y reconoce que es particularmente difícil encontrar socios financieros en México. “La razón que escucho con más frecuencia”, dice Muñoz, “es ‘no quiero becar estudiantes que se vayan al extranjero porque no van a volver’”.

Muñoz ha aprendido que particularmente los mexicanos que estudian en el extranjero no se sienten bienvenidos al regresar a sus país y una de las razones es la falta de vinculación entre las autoridades que otorgan las becas y los estudiantes.

Por ejemplo, explica, hace cuatro años el MIT creó las primeras 10 becas para estudiantes peruanos gracias a un socio filantrópico de ese país. Este individuo viaja cada año a Cambridge a visitar a los 10 estudiantes que reciben las becas y los invita a que visiten sus distintas empresas en Latinoamérica.

“Así los jóvenes se involucran con sus compañías, hacen ahí sus prácticas profesionales y buscan solucionar las problemáticas que descubren durante sus visitas”, agrega.

Muñoz señala que nunca ha visto ese vínculo entre los estudiantes mexicanos y las autoridades, más allá del compromiso que establece el CONACYT de volver a México una vez concluidos tus estudios en el extranjero.

Esa falta de vinculación propicia un total desconocimiento por parte de los estudiantes sobre las oportunidades en su país, y de las autoridades respecto de las necesidades de infraestructura de sus estudiantes para desarrollarse plenamente una vez que terminen sus estudios, dice Muñoz.

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