Por largo tiempo, la discriminación racial fue tolerada y propiciada ante el retraso en el establecimiento de normas e instituciones específicas de combate a estas prácticas, así como la protección a las víctimas, pues fue hasta la reforma constitucional del 2001 en materia de derechos y cultura indígena que se establece la cláusula que prohíbe la discriminación por origen étnico y nacional. Es hasta 2003 cuando se promulga la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, para la posterior armonización en las entidades federativas.
A pesar de este marco normativo, el esfuerzo de prevención para generar cambios culturales, es decir, propiciar la sensibilización de la sociedad para modificar sus creencias, actitudes y comportamientos hacia las personas indígenas y afromexicanas aún presenta escasos resultados. Las distinciones contra la población afromexicana basadas en su tono de piel, origen étnico y nacional se hacen día a día, como si estas diferencias constituyeran una ofensa o amenaza, al tiempo que otorgaran minusvalía a una persona.
En México la discriminación racial ha adquirido múltiples formas y resulta preocupante que en diversos espacios se lleve a cabo, como en el ámbito de convivencia escolar. En tiempos recientes, ocurrieron tres casos de bullying o acoso racista entre adolescentes que derivaron en actos graves de violencia física, como el de Juan Zamorano, de 14 años y origen otomí, a quien sus compañeros de clase molestaban por ser indígena, constantemente hostigaban por hablar y comunicarse en su lengua materna, hasta el grado de que le rociaron alcohol y luego le prendieron fuego, causándole quemaduras graves. Otro caso es el de Norma Lizbeth de 14 años, quien perdió la vida en 2023, tras ser brutalmente golpeada por una de sus compañeras de clase, ante los ojos de otros alumnos. Ella era molestada por su tono de piel y ante la impotencia de no ver fin a las agresiones verbales y físicas, acudió en defensa, a una pelea concertada por su agresora.
Santiago Zayas fue agredido con un cuchillo afuera de su casa por un compañero de la preparatoria de la Universidad de América Latina de Puebla. En varias ocasiones Santiago fue amenazado debido al tono o color de su piel, su ascendencia cubana y por ser afrodescendiente. Ante la indignación que provocó este caso, colectivos, organizaciones, activistas y personas aliadas del movimiento afromexicano nos congregamos para acuerpar la exigencia de justicia en favor de Santiago y su familia. En una productiva reunión en la que nos acompañó el abogado colombiano y defensor de derechos humanos Alí Bantú Ashanti, quien desde su experiencia en los casos que ha conducido a través del Colectivo Justicia Racial nos fijó su postura respecto a este flagelo y expresó su solidaridad con el joven agredido.
A pesar de que en los casos de Juan Zamorano y Norma Lizbeth ya existe una sentencia en contra de sus respectivos agresores, el caso de Santiago se mantiene en la impunidad, pues no sólo no se ha logrado aprehender a su agresor, sino que tampoco es investigado como un crimen de discriminación racial. Él y su madre han afrontado una cruzada en busca de justicia ante unas autoridades que les han obstaculizado el acceso a una justicia satisfactoria y reparativa.
La responsabilidad en la prevención y combate de la discriminación racial incumbe a todas las personas. En el acceso a la justicia, esto implica acciones contundentes como medidas de reparación con Fiscalías que cuenten con una vocación transformadora, de tal forma que sea no sólo restitutiva sino también correctiva, pues el racismo tiene serias consecuencias físicas y psicológicas en la vida de las personas. Estas acciones deben extenderse a todos los ámbitos de la sociedad, incluyendo el escolar, donde una de las tareas primordiales del personal escolar debería ser la detección oportuna de los casos de bullying racista y la creación de un protocolo de atención a víctimas, para evitar que estos terminen en violencia extrema, feminicidio, homicidios o un delito de odio racial.
Es esencial que los medios de comunicación asuman su responsabilidad en la promoción de la igualdad y la inclusión. La adopción de lenguaje inclusivo, libre de estereotipos y de discurso de odio, es fundamental en el propósito de informar, transmitir y entretener. Esto no solo contribuirá a una representación más equitativa y precisa de todas las comunidades en la sociedad, sino que también ayudará a combatir la discriminación racial en todas sus formas.
La discriminación racial no debe minimizarse; sus manifestaciones no constituyen hechos aislados, pues son producto de la existencia arraigada de estereotipos, estigmas y prejuicios, y los casos que ocurran requieren que se les dé seguimiento. La violencia no soluciona el problema de discriminación racial. Acudamos a los mecanismos institucionales y a las organizaciones. De la misma manera, el aislamiento tampoco constituye la salida, necesitamos tejer redes de solidaridad para acompañarnos en la exigibilidad de nuestros derechos y de un trato digno.
* Celeste Sánchez Sugía (@maria_celestess) es afromexicana y directora de Afrodescendencias en México, Investigación e Incidencia (@afrodes_mx), colectivo interdisciplinario interesado en contribuir en la construcción de una sociedad más justa, equitativa y libre de racismo.
Las llamadas Earthships están diseñadas para soportar las temperaturas extremas de un desierto, como el que rodea Taos.
Si te adentras en el hermoso y desolado desierto de Nuevo México, es posible que te encuentres con algunas casas fantásticas y poco convencionales (algunas palaciegas y esculturalmente redondeadas; otras con una forma similar a la de un templo antiguo) que parecen sacadas de una película de “La guerra de las galaxias”.
Ubicadas en la ciudad de Taos y sus alrededores, donde se inventaron hace casi 40 años, estas son las Earthships, casas de diseño sostenible y con emisiones netas cero construidas principalmente con materiales naturales y de desecho, como neumáticos viejos, botellas de vino vacías, madera y barro.
Debido a que la construcción de las Earthships requiere menos materiales de construcción tóxicos o que emitan carbono, como hormigón y plásticos, estas exquisitas casas son cada vez más buscadas en todo el mundo.
Las Earthships se venden por entre US$500.000 y US$900.000, y también están disponibles para pernoctar en Taos y sus alrededores por unos US$240 la noche.
El movimiento Earthship comenzó en Taos en la década de 1970 después de que Michael Reynolds, oriundo de Kentucky y fundador de la empresa de construcción ecológica Earthship Biotecture, se mudara aquí en 1969 tras obtener su título en arquitectura.
Su objetivo era “conducir motos de cross, por diversión”, dice.
El hombre, que ahora tiene 71 años, tuvo un momento de inspiración.
“Vi a Walter Cronkite [presentador de noticias de CBS News] hablando sobre la tala de bosques para obtener madera, lo que no solo crea erosión, sino también un problema de oxígeno porque los árboles emiten oxígeno”, le cuenta Reynolds a la BBC.
“Estaba hablando de lo que ahora llamamos cambio climático y calentamiento global. Vi todas esas latas de cerveza tiradas a la basura y me dije: ‘¿Por qué no construimos con latas de cerveza y no con árboles?'”.
Reynolds construyó su casa hecha con latas de cerveza en 1971, y no recibió mucha atención en las noticias por su peculiaridad.
Sin embargo, se exhibió en varias partes del mundo, incluido el Museo del Louvre en París y el Museo de Arte Moderno (MoMA) de la ciudad de Nueva York.
Lee también | Huracanes y sequía golpean economía de agricultores de Baja California Sur: les pagan 4 pesos por un producto de 15
Reynolds señala, con cierta incredulidad, que “el MoMA acaba de comprar un ladrillo hecho con latas de cerveza por US$4.500”.
De hecho, después de utilizar uno de los bloques de construcción hechos con latas de cerveza en una exposición, el museo decidió añadir uno a su colección permanente.
Aun así, durante años se lo consideró, en el mejor de los casos, un chiflado y no un arquitecto serio.
“Era una idea un tanto ingenua y ridícula, pero seguí adelante y empecé a ir en esa dirección”, dice Reynolds.
“Comencé a utilizar botellas y neumáticos, y seguí adelante. Llevo en esta dirección fácilmente 55 años, y luego, hace unos 36 años, etiqueté por primera vez una casa como Earthship”.
Pero ha llevado mucho tiempo llegar al punto de una aceptación más amplia.
“Ya sabes, parecían demasiado raras y siguen pareciendo extrañas, pero ahora la gente lo está entendiendo, y también está abierta a ellas porque [muchos] están a punto de quedarse sin hogar y paralizados por las facturas de la electricidad y los servicios públicos”, afirma Reynolds sobre el aspecto financieramente empoderador de vivir desconectado de la red eléctrica.
“Y ahora la gente quiere revertir el cambio climático”.
Taos es un lugar que ha atraído a artistas e individualistas desde hace mucho tiempo.
Su antiguo pueblo (aldea) y la ciudad más nueva tienen una arquitectura sorprendente, en su mayoría casas tradicionales de adobe con vigas de madera, cuyos techos están hechos de madera y tierra apisonada.
Taos fue la incubadora perfecta para las casas Earthships, que tienen una gruesa pared de neumáticos, cada uno lleno de tierra.
Un terraplén (un banco de tierra construido a propósito) rodea las Earthships por tres lados, proporcionando una masa aislante que controla la temperatura.
La refrigeración se realiza a través de ventanas tradicionales de travesaño colocadas en lo alto de las vigas de soporte para ventilar de forma cruzada, y de las rejillas de ventilación del edificio.
Cada una tiene un invernadero (ya que Reynolds cree que la gente debería tener la capacidad de cultivar su propia comida), ya sea en el lado norte o sur, según la ubicación.
La mayoría de las Earthships funcionan únicamente con energía solar; algunas también tienen turbinas eólicas como complemento o una estufa de leña como respaldo.
Taos tiene inviernos fríos y nevados, y veranos a menudo secos y calurosos, pero en una Earthship, la temperatura interna se mantiene cerca de los 21 °C durante todo el año, independientemente de las condiciones climáticas externas.
Reynolds se mudó a su primer Earthship hace 35 años, dice, y crió a su familia allí. Todavía vive allí: “Es tan cómodo que no queremos irnos”, asegura.
¿Qué se siente al estar dentro de una Earthship? “Se siente como si estuvieras dentro del útero”, señala la directora de construcción de Earthship, Deborah Binder.
“Te sientes constantemente abrazado y acurrucado. La temperatura siempre es agradable. A veces, cuando hace mucho frío afuera, salgo sin abrigo sin darme cuenta, porque adentro hace mucho calor”.
Binder se incorporó hace 11 años a la compañía para gestionar un proyecto sin ánimo de lucro en Malawi, África, sin ningún tipo de experiencia en construcción, dice.
No solo se quedó en la empresa, sino que se mudó a Taos y actualmente alquila una Earthship mientras construye la suya.
Binder también enseña en la Earthship Academy, que atrae a estudiantes de todo tipo para aprender los principios de diseño, los métodos de construcción y la filosofía de Earthship.
“La mayoría de la gente quiere aprender por sí misma”, señala Binder. “Algunos aprenden a construir para proyectos comunitarios”.
A pesar de su atractivo medioambiental, las Earthships todavía no son aceptadas como una opción para aliviar la crisis de la vivienda y el cambio climático.
“En cierto modo, todavía están al margen”, expresa Binder. “Es muy importante que la gente viva en una de ellas. La sensación que se tiene al vivir en ellas es única, y en la práctica no se pagan facturas de servicios públicos. Eso es bastante sorprendente”.
“Una vez que la gente las prueba, normalmente quiere una”, añade Reynolds, algo que se confirma con los numerosos testimonios entusiastas en los libros de visitas colocados en cada alquiler de Earthship.
Reynolds cree que no podría ser más oportuno, incluso urgente, convertir las Earthships en la norma.
Su objetivo es construir viviendas comunitarias alquilables como respuesta a la falta de vivienda y al consumo de energía devastador para el planeta.
“No me interesan tanto los encargos; tener un cliente me hace ir más lento”, dice. “Necesito producirlas rápido y arrendarlas a la gente por un alquiler justo”.
Reynolds está a toda máquina con su último modelo simplificado de Refuge Earthship, que cree que podría ayudar a combatir la falta de vivienda y la pobreza debido a la simple cuestión económica de no pagar enormes facturas de servicios públicos cada mes.
“Refuge es el modelo más económico que se construye; el que vamos a replicar en todo el mundo”, afirma apasionadamente.
Luego está la extravagante Atlántida, una llamativa nave terrestre turquesa con curvas, creada como ejemplo del lado escultural y artístico de los edificios.
“Tienen un lado artístico: jugué con las botellas como vitrales, y está el aspecto escultural. Son hermosas”, dice Reynolds, quien se pagó sus estudios universitarios trabajando como artista.
“Lo que es realmente hermoso es que cuidan a las personas mientras cuidan el planeta. Nada tiene tanto significado en el arte como lo tiene una casa”.
Este artículo apareció en BBC Travel. Puedes leer la versión original en inglés aquí.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp, donde encontrarás noticias de última hora y nuestro mejor contenido.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.