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Crónica de una boda (muy) anunciada
Crónica de una boda (muy) anunciada
6 minutos de lectura
Crónica de una boda (muy) anunciada
29 de noviembre, 2010
Por: Alberto Tavira
@WikiRamos 

Terminó la espera. Luego de varios meses en los que se generaron muchas expectativas en torno a la boda de Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera Hurtado, finalmente llegó el gran día. El pasado sábado 27 de noviembre, desde antes de que saliera el sol, el zócalo de la capital mexiquense ya estaba sitiado. Aproximadamente 300 elementos de seguridad del estado colocaron vallas metálicas alrededor de la Plaza de los Mártires así como en las inmediaciones de la Catedral de Toluca con el fin de extremar las medidas de seguridad en la zona.

Todo estaba muy organizado. Para la prensa –previamente acreditada– se destinaron dos templetes, uno en el costado derecho y otro frente al recinto sagrado. Para acceder a ellos, las decenas de reporteros, camarógrafos y fotógrafos de diversos medios nacionales y extranjeros tuvieron que pasar por una exhaustiva revisión. El público que llegó desde temprano –y que también fue revisado– para ser testigo del enlace del gobernador del Estado de México, tuvo un espacio privilegiado: la primera fila frente a la Catedral.

Los invitados a la ceremonia religiosa

Luego de más de una hora de espera la gente estaba ansiosa. Ya querían ver a los novios. Cerca de las 11:30 llegó un camión blanco de pasajeros con varios invitados. Entre ellos se encontraba Ana Cecilia, una de las dos hermanas menores de Peña Nieto, quien llegó con un largo vestido rojo acompañada de su esposo Felipe Casahonda. En ese mismo grupo venían los señores María Eugenia Hurtado, en vestido largo fucsia, y Manuel Rivera, papás de la novia.

Del medio artístico se pudo ver a Toño Mauri y su esposa Karla Alemán, así como a la actriz Graciela Mauri y su marido Héctor Lostanau quienes fueron los primeros en entrar a la iglesia por una de las puertas ubicadas a los costados de la entrada principal. Del gabinete del mandatario mexiquense sólo se observaron a Luis Miranda Nava, secretario general de Gobierno y David López Gutiérrez, coordinador general de Comunicación Social.

Por separado, en una camioneta con vidrios polarizados, al poco rato llegó María del Socorro Nieto viuda de Peña, quien optó por una falda azul marino y saco blanco con bordados morados y lilas.

Pocos minutos antes de que el reloj marcara las 12:00 horas llegó el novio. Enrique Peña Nieto descendió de una camioneta, enfundado en un frack gris Oxford y zapatos negros de charol, acompañado de sus dos hijas Paulina y Nicole Peña Pretelini, así como de las tres hijas de Angélica: Sofía, Fernanda y Regina Castro Rivera. Todas las pequeñas lucían vestidos en colores pastel y telas satinadas.

El político priista, de 44 años, se detuvo con sus acompañantes por unos minutos frente a las cámaras de uno y otro lado para saludarles. Las mujeres del público gritaban emocionadas de ver a su “góber precioso”. No faltó la quien, a todo pulmón, le dijo: “Enrique, si te arrepientes antes de dar el sí, aquí te espero afuera”. Todo mundo se rió. El novio se dirigió al interior de la iglesia para aguardar a la novia. Durante la espera, monseñor Constancio Miranda Weckmann, arzobispo de la Arquidiócesis de Chihuahua, acompañado de otros sacerdotes, se acercó a saludar a Enrique antes de oficial la misa.

La llegada de la novia

Muy poco tiempo después hizo su arribo Angélica Rivera. Por fin sería revelado el secreto mejor guardado de la boda: el vestido de la novia. La actriz, de cuatro décadas, bajó de un Passat negro, adornado con moños blancos, acompañada de Alejandro, el hijo de Peña Nieto. Frente a toda la concurrencia presentó el Macario Jiménez del que tanto se había hablado.

La futura señora de Peña sonreía a las cámaras que se encontraban frente a ella. Cargando la cola de su vestido, Rivera ingresó a la iglesia del brazo de Alejandro. En cuanto tuvo enfrente a su futuro esposo, le dio un beso, el cual fue muy ovacionado por los que lo alcanzaron a ver.

Se cerraron las puertas de la Catedral. La ceremonia religiosa duró una hora y media. Antes de que salieran los novios sonaron las campañas de la iglesia y hasta se escucharon un par de cuetes. La entrada principal abrió sus puertas de par en par y tomados del brazo salieron Enrique y Angélica convertidos en marido y mujer.

Los aplausos del público, que para entonces ya había aumentado sobre las calle y tras las vallas, recibieron a los recién casados. Ante la solicitud de los asistentes los novios se dieron varios besos para que fueran captados por las cámaras. De la mano, la pareja caminó unos 100 metros sobre la avenida Independencia, ubicada frente a la Catedral, para saludar al público.

En cuanto regresaron, Rivera lanzó el ramo de rosas blancas naturales hacia los asistentes. Ante el fuerte jaloneo la buena suerte se repartió en tres vecinas de Toluca: Ángeles Mejía –que se llevó la mayor parte–, Perla Uscanga y Geraldine Jáuregui. Enseguida los novios abordaron el Passat que los llevó rumbo a la casa Estado de México donde se celebró la recepción y la ceremonia civil.

Y la fiesta comenzó

A su llegada a la casa de gobierno tanto Peña como su esposa bajaron las ventanillas del coche con el fin de saludar a la prensa que, nuevamente tras vallas metálicas, esperaba su llegada. Detrás de ellos venían sus seis hijos en una camioneta Suburban negra. Ambos vehículos fueron los únicos que cruzaron el portón del número 305 del Paseo Colón, en la colonia Residencial Colón, en Toluca.

El resto de los invitados descendieron de sus camionetas frente a la casa Estado de México y por su propio pie entraron a la residencia oficial. Así se vio al actor Juan Soler y su esposa Maki, Carina Ricco, quien fuera esposa del actor Eduardo Palomo (qepd), el empresario Jaime Camil de la mano de su mujer Tony, el también hombre de negocios Carlos Peralta y su esposa Mariana Tort.

Entre los políticos que asistieron al banquete estuvieron los ex gobernadores del Estado de México: Alfredo del Mazo González, Emilio Chuayffet Chemor, Ignacio Pichardo Pagaza y César Camacho Quiroz, todos en compañía de sus mujeres.

De igual forma acudieron el ex Procurador del Estado de México Alberto Bazbaz Sacal –quien renunció a su cargo por el caso Paulette–; Eruviel Ávila Villegas, alcalde de Ecatepec; el primo de Enrique Peña Nieto, Alfredo del Mazo Maza, que estuvo con su novia María Amelia Aguilar; Luis Videgaray Caso, presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública del la Cámara de Diputados; y el diputado local priista Enrique Jacob Rocha.

Los grandes ausentes fueron, el expresidente Carlos Salinas de Gortari; el predecesor de Peña Nieto en la gubernatura del Estado de México, Arturo Montiel, además de la presidenta del PRI, Beatriz Paredes; el líder de los senadores priistas y presidente de la Cámara Alta, Manlio Fabio Beltrones; y el coordinador de la bancada tricolor en la Cámara de Diputados, Francisco Rojas.

La última en ingresar a la fiesta fue la cantante Lucero quien llegó sin su esposo Mijares. La también actriz estuvo acompañada de su mamá, Lucero León.

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