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El Michoacán de <i>La Familia</i>
El Michoacán de <i>La Familia</i>
4 minutos de lectura
El Michoacán de <i>La Familia</i>
20 de diciembre, 2010
Por: Redacción Animal Político
@WikiRamos 
La presencia de La Familia en Michoacán. FOTO: Cuartoscuro

Un sector de la población en Michoacán, adoctrinada y dueña de una cultura edificada por el narco, hoy no apoya ni a Los Zetas ni a los hermanos Valencia, conocidos como los máximos operadores en ese estado, de las últimas dos décadas. Sus cultivos, su trabajo de mano de obra, su labor como “orejas” en los poblados, hoy es dedicada a los de La Familia.

Mensajes escritos en lugares públicos, la música que se canta y las discretas opiniones en las calles de sus principales localidades así lo indican.

En la plaza central de Apatzingán se venden “cuernos de chivo” de juguete, hechos en plástico o en madera, para los más pequeños de las familias, quienes saben que desde entonces deben sembrar marihuana. Hoy el mensaje, sin embargo, va dirigido hacia qué grupo van a ofrecer sus servicios conforme vayan creciendo.

Dos "narcolaboratorios" fueron asegurados por el Ejército Mexicano en la comunidad de Las Cruces perteneciente al municipio de Villa Madero. Michoacán. Foto: Cuartoscuro.

Las transacciones se realizan con gente adulta que se reúne con los enlaces del joven cártel en restaurantes y billares de Lázaro Cárdenas o Carácuaro; en las esquinas corren a toda velocidad camionetas en las que se trasladan los que pertenecen al grupo mezclados entre los habitantes honorables. La vida en Michoacán sigue pese a la fuerte presencia de vigilancia federal.

El apoyo de la población a los de “La Familia Michoacana” se corrobora con las mantas aparecidas apenas esta semana en Morelia, la capital, donde grupos civiles moderan las acciones de su cártel. “Dénle en la madre al gobierno federal, pero a la población respétenla. Estamos con ustedes”, se leía en las mantas que de inmediato fueron retiradas por cuerpos policiales.

Asimismo, en aparatos de radio policiacos se dejó escuchar, apenas la semana pasada, la voz de Servando Gómez Martínez, “La Tuta”, uno de los hombres clave de la organización, invitando a los oyentes a tomar las armas e incluso dormir con ellas ante el ataque de las autoridades federales.

En tanto, en los estéreos y rocolas de las trocas y los pequeños changarros se sube el volumen para escuchar a Los Tucanes de Tijuana, quienes resumen en poco más de tres minutos, a ritmo de banda, de lo que el cártel significa para las masas del estado.

“Son valientes, muy valientes y no se andan por las ramas,
a cualquiera le hacen frente, son expertos con las armas,
donde quiera tienen gente La Familia Michoacana.

“Siguen duro trabajando no hay poder que los detenga,
si los siguen provocando pagarán las consecuencias,
ya les han dejado claro que sus plazas se respetan.

“Ranchos, pueblos y ciudades, sierra y playas michoacanas,
son terrenos principales de la familia pesada,
no se metan sin la clave porque ruigirán metrallas,
del estado trae las llaves la familia michoacana”.

Las primeras estrofas suenan así, y a todo lo que da el volumen, en un territorio en el que sabe que los funcionarios protegen al narco, pero que, sin embargo, ninguna autoridad federal ha podido comprobar a través de sus indagatorias. En estas tierras también siguen operando una “Tuta” y un “Chango” Méndez con toda impunidad y escondidos y solapados quién sabe por quién.

El “héroe” abatido

El fuego y las balas en Michoacán se recrudecieron con la muerte, a manos del gobierno federal, de Nazario Moreno González, “El Chayo”, el pasado 10 de diciembre.

Este capo era el principal líder de la organización de La Familia junto con Jesús Méndez Vargas “El Chango Méndez”, considerados como dos de los narcotraficantes con mayor poder económico y apoyo de corporaciones policiacas en la entidad.

Su perfil ideológico le dio cohesión a la organización, erigiéndose como “El Mesías”, utilizando la Biblia para profesar a la gente pobre y obtener de la misma la seguridad de su apoyo incondicional; estableció el adoctrinamiento a los integrantes.

Nazario Moreno González y Jesús Méndez Vargas, de acuerdo con documentos del gobierno federal, fueron quienes iniciaron el cobro de cuotas a los narcotraficantes para que pudieran operar en la entidad de Michoacán, lo cual derivó que se alejaran de la zona varios importantes operadores del cártel del Milenio.

Dentro de los principales vínculos delictivos de “El Chayo” se ubica a J. Jesús Méndez Vargas, también conocido como “El Chuy” Méndez, “El Chango” o “El Chamula”; Arnoldo López Rueda, alias “La Minza”, quien ya está detenido; Sergio Estrada Hernández, “El Muñeco”, “El Bofo” o “El Manys”, así como Nicandro Barrera Medrano, también identificado como “El Nica”.

Se sabe que posterior a la operación realizada por autoridades federales en julio del 2006 en Apatzingán, Michoacán, “El Chayo” huyó del país hacia EUA, sin embargo el 10 de septiembre de 2006, fue visto en compañía de “El Toñón”, “La Minza” y “El Nica” en un panteón particular de Morelia, Michoacán, lugar donde se encuentra sepultado su hermano Eliodoro Moreno González, quien fuera asesinado ocho días antes (2 de septiembre de 2006), en las cercanías del aeropuerto de Morelia.

Era identificado por las autoridades en el estado de Michoacán como el autor intelectual de un gran número de homicidios.

Se presume que habría iniciado una estrategia de eliminación de lugartenientes que integran la estructura de la organización Cárdenas Guillén, con la protección de algunos funcionarios públicos.

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