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<i>Cae</i> la cortina del sexenio marinista
<i>Cae</i> la cortina del sexenio marinista
4 minutos de lectura
<i>Cae</i> la cortina del sexenio marinista
28 de enero, 2011
Por: Ernesto Aroche Aguilar
@WikiRamos 
El mandatario que manejó los hilos del poder casi con carro completo en Puebla no pudo llenar el auditorio del Centro Expositor en su mensaje de despedida.

Puebla, Pue. – Cayó la cortina del sexenio marinista que dejó obras públicas inconclusas,  una deuda pública de 9 mil 104 millones de pesos y una grabación telefónica inolvidable cuando le llamaron “El Góber Precioso”.

El mandatario que manejó los hilos del poder casi con carro completo en Puebla –legisladores y presidentes municipales-  no pudo llenar el auditorio del Centro Expositor, una de las megaobras del marinismo que costó mil 600 millones de pesos,  50%  más de lo presupuestado. Los invitados a su último informe como gobernador de Puebla apenas ocuparon una tercera parte de las alrededor de 10 mil sillas montadas. El ánimo de los cientos de acarreados que acompañaron a Marín a lo largo de su sexenio se quedó dormido.

Gente dormida en la despedida de Mario Marín. Da click para agrandar.

Sus invitados apenas ocuparon una tercera parte de las alrededor de 10 mil sillas montadas.

A la última cita con Marín llegaron algunos vecinos de La Margarita, a quienes Lydia Chávez Hernández, una de las líderes de esa unidad habitacional, logró convencer; también se vieron a algunos campesinos de la sierra que fueron traídos en 10 camiones de la Unión de Autobuses Serranos y a  la burocracia que a partir del próximo lunes no verá llegar sus cheques y prestaciones.

Pero Marín no estuvo del todo solo. En su despedida lo acompañaron los exgobernadores y líderes partidistas que están por entregar el poder.  Con una corbata verde anudada al cuello llegó el otrora mandatario oaxaqueño, Ulises Ruiz. En helicóptero y en un viaje relámpago,  también arribó el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto.

En la despedida de Marín también estuvo Beatriz Paredes Rangel, quien  tuvo que sortear las tres manifestaciones que bloquearon el centro de la capital poblana y las inmediaciones del cerro de Loreto.

¿Y estas cifras, de dónde?

“Y esas cifras, ¿de dónde salieron?”, preguntó el gobernador electo Rafael Moreno Valle Rosas a José Juan Espinosa Torres, el dirigente estatal del partido Convergencia y el único diputado de la coalición Compromiso por Puebla que no se adhirió a Acción Nacional (PAN) para conformar un solo bloque legislativo.

Las cifras que pintaban un estado próspero, con altos niveles de competitividad y transparencia, “no tienen nada que ver con la información que nosotros tenemos y los indicadores de organismos nacionales o internacionales”, puntualizaba Moreno Valle a su interlocutor.

Mario Marín llegó minutos antes de que iniciara el acto protocolario y subió al cuarto de invitados especiales, donde esperaba el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, y el gabinete en pleno.

El diputado federal Fernando Morales, el hijo mayor de Melquiades Morales, exgobernador de Puebla, se acercó intentando conversar sin apenas lograrlo. La entrada de Marín al salón interrumpió pláticas y atrajo miradas; el hombre que durante seis años encarnó el poder total caminó lentamente por el salón, escoltado por su esposa y sus hijos, y le extendió la mano al panista que le arrebató en las urnas la posibilidad de perpetuarse a través de su hijo político Javier López Zavala. Los dos sonrieron.

Afuera el equipo operativo levantaba sillas y retiraba fundas. Los 10 mil asientos que se instalaron no se ocuparían, a pesar de ello, serían visibles huecos durante la hora y 10 minutos que duró el acto protocolario.

Y pidió tregua

“El año pasado, en mi V Informe de Gobierno, me comprometí a no intervenir en el proceso electoral y respetar la voluntad ciudadana, compromisos que he cumplido cabalmente”, dijo Marín.

Tras el  rosario de cuentas alegres, llegaba por fin el mensaje político y, con él, algo que sonó a petición de tregua: “El primero de febrero de este año, en unos cuantos días, iniciará una nueva etapa, marcada por la alternancia en el titular del poder Ejecutivo. Deseo que esta expresión democrática sirva a los propósitos comunes de todos los poblanos, y que la nueva convivencia prevalezca el diálogo, la racionalidad política, el acuerdo y la prosperidad, por eso deseo al nuevo gobernador, doctor Rafael Moreno Valle Rosas, mucho éxito en su gestión”.

El sexenio, había terminado.

“¿Qué nos espera a los poblanos?”, cuestionaba a la salida una reportera el exgobernador Manuel Bartlett.

“Muy mal, porque el PAN es el peor gobernante de este país. Los panistas han hundido a México, les quedaba Puebla y ahí van. El gobernador electo es panista”, respondió.

“Pero Moreno Valle es priista, nació priista y tiene tatuado en su ADN las prácticas priístas…”, terció otro reportero.

“¿Quién lo candidateo? ¿No fue el PAN? Entonces es panista”, contestó tajante.

Animal Político difundió este 27 de enero una investigación sobre cómo Mario Marín dejará el gobierno de Puebla sin dejar en claro cómo gastó 184.5 millones de pesos en 2006 para contener el sisma político que le significaron las acusaciones en su contra que hiciera la periodista Lidia Cacho, quien ventiló sus nexos con una presunta red de pederastas.

Sobre este tema, Marín  guardó silencio.

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