El teatro útil: la tragedia de la Guardería ABC, a escena
—El exgobernador de Sonora Eduardo Bours. ¿Inocente o culpable?
—Culpable.
—Daniel Karam y Juan Molinar Horcasitas ¿Inocentes o culpables?
—Culpables.
—Felipe Calderón. ¿Inocente o culpable?
—Culpable.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha deslindado ya de responsabilidades a altos funcionarios por el incendio de la Guardería ABC. Pero ayer por la noche, ocho actores dieron voz a ese veredicto utópico que muchos quisieran escuchar. Todos son culpables de la muerte de 49 niños.
Vestidos de negro y formados en fila en el escenario, cuatro actores y cuatro actrices dieron vida a los testimonios que el periodista Diego Osorno recopiló en su libro ‘Nosotros somos los culpables’. El dramaturgo Humberto Robles adaptó el texto para su lectura dramatizada en teatro y anoche se puso en escena por primera vez, con música original de Jean Angelus Pichardo.
En el pequeño teatro Ana María Hernández, enclavado en la avenida Pacífico, pocas butacas de las casi 250 del aforo quedaron vacías. Sin más publicidad que el boca a boca y las redes sociales, la representación convocó a activistas y ciudadanos que, por casi 80 minutos, recordaron el dolor de quienes perdieron un hijo aquel 5 de junio de 2009 en Hermosillo, Sonora. Pero también revivieron la indolencia de los servidores públicos y la ausencia de justicia.
El desgarrador discurso que Roberto Zavala, padre del fallecido Santiago de Jesús, diera nueve días después del incendio, frente al Palacio de Gobierno de Sonora, nuevamente resonó en alto, pero esta vez en la voz del actor Juan Carlos Bonet.
“Yo tengo la culpa por confiar, yo tengo la culpa por pagar mis impuestos. Yo tengo la culpa por ir a votar ¡Yo soy el responsable de la muerte de mi hijo!”.
Ni Zavala ni ningún otro padre de la Guardería ABC pudo presenciar la dramática puesta en escena, pues se congregaron en Hermosillo por los 20 meses del incendio.
Artistas en una ‘nube de pedo’
Hace ocho semanas, llevar al teatro ‘Nosotros somos los culpables’ no era sino una arriesgada idea en la cabeza del activista Daniel Gershenson. Hasta que compartió la inquietud con Humberto Robles, el proyecto tomó forma.
Dramaturgo y guionista, Robles ha escrito y llevado a los escenarios obras como ‘Mujeres de arena’, sobre la violencia feminicida en Ciudad Juárez. Además, es de los pocos que aún le apuestan al teatro documental en el País.
¿Puede el arte aportar algo a una causa ciudadana? Robles está convencido de ello.
“Está muy bien hacer obritas musicales y reírnos, pero hay que hacer teatro útil. Lo que estamos viviendo en este país lo reclama con urgencia. Estamos dormidos, apáticos, incluyendo los artistas. Los teatreros estamos en una nube de pedo. Temas sobran. Hay muchísimos”, dice a las puertas del teatro, mientras recibe felicitaciones y da bocanadas urgentes a su cigarro.
Entre quienes dieron vida a las voces de la Guardería, la figura más pública es acaso el actor Juan Carlos Bonet. Con una veintena de telenovelas en su currículum, sorprende que se haya involucrado en esta causa.
El histrión reconoce que, en su profesión, la mayoría no sabe dar tiempo y talento a las causas ciudadanas pues viven del teatro mercantil. Además, lamenta el poco “teatro útil” que se hace México, pese a lo mucho que se requiere.
“Es muy difícil hacerlo, pero es muy necesario. Nuestra élite artística es sumamente pobre en conceptos y educación. Este tipo de cosas hay que hacerlas, si no, estamos condenados a la inmovilidad. A la barbarie”, dice al finalizar la obra y aún con la vestimenta negra de la función.
Con menos fama, pero con las mismas críticas, la actriz Claudia Aguirre se dice orgullosa de hacer teatro reivindicativo.
“Al salir de estas funciones uno se queda con la alegría de haber participado y usar el espacio teatral como un foro para expresar lo que está pasando en la realidad.
Tras el final de la obra, los asistentes –algunos con ojos llorosos– fueron invitados a hacer comentarios y preguntas. La indignación y las dudas se vertieron en un diálogo por espacio de 20 minutos. No faltaron las expresiones de vergüenza por ser mexicano ni las preguntas por el estado de los pequeños sobrevivientes.
A pesar del orgullo de los involucrados y la curiosidad del público, la conmovedora función de ayer fue solamente una prueba piloto. Humberto Robles tiene planes para llevar ‘Nosotros somos los culpables’ a distintos foros y ciudades del país, pero por ahora, no hay nada concreto. El teatro útil en México hace –a veces– debut y despedida en una misma noche.
#YoSoyAnimal
¡Agrega uno!