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México es inacapaz de controlar armas: EU
México es inacapaz de controlar armas: EU
3 minutos de lectura
México es inacapaz de controlar armas: EU
28 de marzo, 2011
Por: Dulce Ramos
@WikiRamos 
Decomiso de armas a grupos armados. FOTO: Cuartoscuro

La Jornada publica hoy que ante las quejas mexicanas sobre el tráfico de armas desde Estados Unidos , los interlocutores estadunidenses eluden el tema y responsabilizan a las autoridades mexicanas por su incompetencia, por el mal estado de los registros de armas confiscadas y por “el desorden” existente en las bodegas donde la Secretaría de la Defensa resguarda los arsenales decomisados al crimen organizado.

Cuando los funcionarios mexicanos piden resultados en el tráfico de armas, sus contrapartes invariablemente responden que lo que se requiere es “acceso total” de las agencias especializadas estadunidenses a los enormes arsenales de material confiscado en el país para rastrear la ruta que siguen las armas desde los proveedores en la frontera hasta el usuario en la delincuencia organizada.

Las únicas medidas concretas que han tomado ha sido la aplicación del programa E-Trace y las operaciones Armas cruzadas y Chuck Wagon. Según explica un cable preparado para la visita del entonces secretario de Seguridad Interior, Michael Chertoff, del 17 al 19 de julio de 2008 (cable 08MEXICO2160), E-Trace es un software instalado en la PGR y la SPP en los 32 estados que permite indagar directamente en un banco de datos del Departamento de Justicia en Washington sobre el origen de un arma determinada. Armas cruzadas es un mecanismo de cooperación entre la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) y su contraparte mexicana. Chuck Wagon era una operación que existía entonces para que la oficina del agregado militar estadunidense, que depende directamente del Pentágono, ayudara a la Sedena a identificar armamento militar, incluidos cohetes, lanzacohetes antitanque RPG y granadas.

Según consta en cables de la embajada estadunidense contenidos en el archivo de Wikileaks en poder de La Jornada, el gobierno mexicano reclamó reiteradamente durante los primeros años del sexenio que eso “no era suficiente”. Después dejó de hacerlo.

Las agencias estadunidenses involucradas –Inmigración y Aduanas (ICE), por parte de la Secretaría de Seguridad Interna, y Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF), por la oficina del procurador general– obtuvieron todo el acceso que exigieron. El resultado fue el escándalo de Rápido y furioso; aún no se sabe hasta dónde asciende en el escalafón del ejecutivo estadunidense la responsabilidad en esta operación encubierta y fallida.

A la fecha, ATF tiene acceso a las escenas del crimen que solicite en México, a los bancos de datos y depósitos de la PGR y la Sedena, incluso a los indicios balísticos (casquillos y piezas de explosivos) que le parezcan de interés, pero no ha logrado presentar un solo caso de identificación de traficantes de armas, un episodio de intercepción de armamento contrabandeado o información sobre el origen de los cargamentos ilegales o su destino en territorio mexicano. En los cables en poder de este diario y en los anales de la Secretaría de Relaciones Exteriores no figura ningún reclamo formal, por la parte mexicana, por esta falta de resultados sobre un asunto tan vital.

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